Los piojos de la cabeza y del cuerpo tienen sus propios territorios
( Publicado en Revista Creces, Diciembre 2004 )

El tema se discute por más de 250 años: El piojo del cuerpo y el de la cabeza, ¿Son iguales o pertenecen a dos especies distintas? Para dilucidar esta trascendente pregunta sólo vale un análisis genético. Ello adquiere relevancia, cuando el piojo ha vuelto en gloria y majestad a estar en la cabeza y ropa de niños de países desarrollados y hay que tomar medidas cómo combatirlos.

Linnaeus en el año 1758, denominó al piojo humano "Pediculus humanus", considerando que existía una sola especie. Pero después pensó que deberían haber dos tipos, pero no pudo llegar a demostrarlo. Desde entonces el debate ha continuado. Los que afirman que corresponden a dos especies diferentes, argumentan que el piojo del cuerpo sería más grande que el piojo de la cabeza y que éste sólo viviría en la ropa. Esto lo avala el hecho de que es el piojo del cuerpo el único que puede trasmitir enfermedades, como el tifus o la fiebre de las trincheras, cosa que no hace el piojo de la cabeza.

Otros expertos en cambio, no están de acuerdo y afirman que ambos piojos son los mismos, ya que en el laboratorio se ha observado que los piojos de la cabeza y los del cuerpo se cruzan. Sin embargo el cruzamiento bajo condiciones artificiales, no es una buena demostración de separación de especies.

Con el objeto de ver si el piojo de la cabeza y del cuerpo se cruzan en condiciones naturales, Natalie Leo y Stephen Barker de la Universidad de Queensland en Brisbane, Australia, capturaron piojos de siete niños en Nepal y cuatro niñas en Mongolia en China. De esta fuente lograron 443 piojos, a los que realizaron un muestreo de su DNA. Así comprobaron que correspondían a dos poblaciones distintas. "Los piojos de la cabeza eran una gran familia; los piojos del cuerpo eran también una gran familia", dijo Barker.

Luego se realizaron estudios en piojos de niños que compartían dormitorios, y observaron que los piojos del cuerpo de unos, viajaban al cuerpo de los otros, mientras que los piojos de la cabeza, viajaban a la cabeza de otros, pero nunca los de la cabeza pasaban al cuerpo o viceversa. Esta era otra evidencia que las dos poblaciones, en condiciones naturales, no se cruzaban. Ello era un nuevo argumento que hace pensar que se trata de dos especies diferentes.

Ello tiene implicaciones sanitarias. Muchas autoridades de salud, incluso las del Centro de Control de Enfermedades Infecciosas de los Estados Unidos, aconsejan que para eliminar los piojos de la cabeza hay que tratar la ropa y las sábanas. En cambio otros expertos afirman que no hay que perder tiempo hirviendo ropas. De acuerdo a estos recientes hallazgos, se puede concluir que los padres de los niños que tienen piojos en la cabeza, deben concentrar sus esfuerzos en la cabeza. "Para un piojo de la cabeza, cambiarse a la ropa, es como atravesar el desierto", señala Barker.



(New Scientist, Septiembre 11, 2004, pág. 10).


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