En la Clínica Veterinaria se inyectó el polímetro llamado "polietilenglicol" (PEG) a 19 perros que habían sufrido de parálisis de las extremidades cuando se fracturó su columna. Simultáneamente los perros recibieron un tratamiento estándar, consistente en la cirugía necesaria para aliviar la presión de la médula espinal, remoción de los fragmentos óseos y esteroides para reducir la inflamación.

Después de seis semanas, 13 de los perros (68%) habían recuperado la capacidad de caminar. En experiencias anteriores, solo 24% de los perros con lesiones semejantes tratados en la misma clínica se habían recuperado.

Estos resultados obtenidos por Borgens y sus colaboradores no son lo corriente. La mayor parte de los investigadores que trabajan en heridas de la médula tratan de encontrar algún medio para hacer crecer de nuevo a los nervios, o simplemente reemplazarlos. Pero Borgens piensa que el PEG, que actualmente se usa mucho en medicina y cosmetología, realmente ayuda a reparar las células dañadas, fusionando sus membranas celulares o reparando agujeros de que se hayan producido en ellas. "Cuando están comprometidas las membranas, la PEG tapa las heridas" dice Borgen.

Las injurias de la columna que sufren los perros, aplastan los nervios, pero no los cortan. Sin embargo Borgen ya había mostrado anteriormente que la PEG puede restablecer parcialmente las conexiones a cuyes a los que se había cortado la médula espinal (New Scientist 21 Noviembre 1998 pág. 7). Ahora ya esta planeando la iniciación de un ensayo en humanos.