Reconstrucción del esqueleto del hombre de Neanderthal
( Creces, Marzo 2005 )

Ahora ha sido posible comparar la estructura corporal del hombre de Neanderthal con el hombre moderno, resaltando su alta necesidad de aporte calórico y oxigeno, lo que seguramente lo puso en riesgo durante las épocas glaciales de Europa.

Se ha conseguido la primera reconstrucción del esqueleto completo de un Neanderthal, pudiendo apreciarse más claramente las similitudes y diferencias con respecto al esqueleto del hombre moderno (El hombre de Neanderthal corresponde a otra especie).

Llama la atención en primer término, la amplitud de la cavidad torácica y lo ancho de la pelvis. Sus huesos son también gruesos y muy compactos y demuestran que su estructura carece de cintura, todo lo que posiblemente corresponde a una adaptación al frío que le permitió sobrevivir tantas edades de hielo.

Gay Sawer del American Museum of Natural History de Nueva York y Blaine Maley de la Universidad de Washington en St Louis, llevaron a cabo la reconstrucción de esqueleto de la especie Neanderthal, cuyos últimos representantes desaparecieron hace más o menos 30.000 años. Para la reconstitución echaron manos a todos los restos fósiles encontrados en diferentes épocas y sitios de Europa y Asia (los diferentes colores indican la procedencia de los hallazgos de los restos fósiles (fig. 1)).

De la simple observación del esqueleto se puede deducir que los Neanderthals eran muy fornidos. Si a ello se agrega que vivieron en una Europa glacial, se puede concluir que sus necesidades calóricas y de oxígeno deben haber sido muy elevadas. Su gran tamaño del tórax es una demostración. Pero a pesar de todo, parece que estas adaptaciones no fueron suficientes para asegurar su sobrevida (Los grandes fríos mataron a los Neanderthals).

Steve Churchill de la Universidad de Ducke, en Carolina del Norte, en base a la reconstrucción del cuerpo del Neanderthal, pudo calcular las posibles necesidades de calorías y oxígeno, las que aparentemente fueron muy altas (Science, Febrero 2005, vol. 307, pág. 840).

Los fisiólogos humanos han desarrollado ecuaciones en la que relacionan la talla, la superficie de la piel y el metabolismo basal (calorías necesarias para mantener la temperatura del cuerpo en condiciones de reposo), para tener una apreciación del gasto calórico en condiciones basales. Churchill trata de hacer los mismos cálculos en los Neanderthals, para lo que basándose en el esqueleto, creó un modelo plastificado con silicona y goma y digitalizó su superficie (fig. 2). De este modo concluyó, que un Neanderthal que pesaba 84 kilos, con una talla de 1,71 centímetros, estaba contenido dentro de una piel de 2.1 metros cuadrados.

Aplicando la fórmula que se usa en humanos, estimó que para el metabolismo basal de este Neanderthal, debió consumir 2000 calorías diarias, lo que es 25% más que las que necesita un hombre moderno de ese peso y esa talla. Pero siendo este un cazador y debiendo conseguirse cada día su alimento, Churchill concluye que debió haber necesitado entre 4.500 y 5.040 calorías diarias.

También debió consumir una gran cantidad de oxígeno. Usando ecuaciones que relacionan el gasto calórico con el consumo de oxígeno, concluye que el Neanderthal en reposo, necesitaba de 19 litros de oxígeno por minuto, lo que es dos a tres veces más que un hombre moderno, lo que justifica su amplio tórax.

Según Churchill, con estas necesidades basales, el Neanderthal estaba peligrosamente cerca de los límites de supervivencia, dado el gran consumo adicional necesario para conseguir su sustento diario como cazador. No es raro que durante los tiempos de invierno debiera haber estado cerca de la desnutrición, lo que debe haber influido en su proceso reproductivo.

Se calcula que los Neanderthals vivieron en Europa durante 600.000 años, y en esa época pasaron por muchos períodos glaciales. Seguramente que durante este tiempo se adaptaron, pero fue en base a un gasto energético demasiado alto. No es raro que los últimos fríos terminaran por extinguirlos.


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