Hay acuerdo para el lugar de la construcción del gran reactor de fusión (ITR)
( Creces, Abril 2005 )

Todo estaba decidido, menos el lugar en que el "Reactor Termonuclear Experimental" se construiría. Lo curioso que en lo fundamental, es decir el diseño del proyecto y su financiamiento (13 mil millones de dólares), incluso con los aportes respectivos que correspondía a cada país, ya había sido aprobado por unanimidad. Los países socios (China, Japón, Rusia, Corea del Sur, Estados Unidos y los países de la Unión Europea), se habían polarizado en dos grupos, que presionaban para que su construcción fuese en Japón o en Francia, y no lograban ponerse de acuerdo, hasta tal punto que parecía que el proyecto fracasaba.

(Renacen Esperanzas de la Energía de Fusión)

Reunida la comisión en Moscú, se llegó finalmente al acuerdo: la construcción sería en Cadarache, Francia, a 70 kilómetros de Marsella. Para decidir en favor de Cadarache pesaron sus instalaciones nucleares ya existentes y la disponibilidad de un nivel crítico de técnicos que hacían viable el comienzo del proyecto.

Finalmente Japón, Estados Unidos y Corea del Sur, desistieron de su demanda que se construyese en Rakkasho, Japón, pero su abandono no fue gratis: el consorcio se comprometió a construir allá un acelerador de partículas, además se le garantizó que el siguiente reactor se construiría en Japón.

La razón por la cual Japón dejó pasar esta opción fue porque pensó que lo más probable era que este primer Reactor Termonuclear, a pesar de su costo, sólo sería una primera etapa experimental, y que después de ella, y en base a experiencia adquirida, vendría el definitivo. El compromiso fue que ese segundo reactor hipotético se construiría en Japón. El grupo de países partidarios de Japón, consiguió varias ventajas adicionales: hacerse cargo del 20% de los proyectos industriales adyacentes, aportar la quinta parte de los científicos necesarios para el proyecto basal y tomar bajo su responsabilidad la dirección general del proyecto. Mientras tanto, sólo colaboraran con el 10% de los costos de la construcción.

La comisión de ciencia e investigación de la Unión Europea, señaló que se trata de un proyecto de una complejidad sin precedentes, cuyos resultados van a demorar más de una generación. Desde hace cincuenta años circula un chiste cruel: "la posibilidad de llegar a producir energía de fusión está a cuarenta años de distancia, y por siempre será así".

No es fácil imitar al sol para producir energía. Pero si ello se logra, sería un gran avance para la humanidad. Habría esperanzas para reemplazar los combustibles fósiles, tan contaminantes y que pronto se agotarán. Este tipo de energía es limpia, ya que no libera gases invernadero y sus desechos radioactivos son de baja intensidad, muy diferentes a la energía de fisión nuclear.

Quienes deberían estar más contentos son los ecologistas. Sin embargo aquí también son difíciles, ya, que no les gusta la elección de Cadarache. Argumentan que el sitio elegido no está lo suficientemente lejos de la división geológica entre las placas africanas y turco-árabe, potencial fuente de un futuro terremoto. Los técnicos dicen que los ambientalistas no tienen por qué preocuparse, ya que las instalaciones estarán muy protegidas contra sismos mayores. Por otra parte, a diferencia de la fisión nuclear, la fusión no puede desatarse por sí sola.


Crucemos los dedos para que resulte

El proyecto viene desde el año 1988. Si todo anda bien, la construcción del reactor terminará en el 2014, y la generación de electricidad deberá irse produciendo en forma progresiva.

Hacia el 2015 los científicos esperan haber aprendido a dominar la fusión atómica, por lo que para el 2022 el reactor podría generar 500 megavatios cada 300 segundos. Para el 2035, la producción podría alcanzar mil megavatios. Sin embargo, la electricidad utilizable no sería viable antes del 2050.

En teoría el principio de fusión parece muy simple. Sin embargo no es tan simple generar una mezcla lo suficientemente caliente (sobre 100 millones de °C) como para fusionar los núcleos de deuterio (isótopo del hidrógeno) y tritio, con lo que se obtendría una colosal cantidad de energía limpia (figura). Esperemos que se logre.


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