Más opiniones acerca del Homo Floresiensis
( Creces, Abril 2005 )

El descubrimiento de restos fósiles de un homo primitivo en una caverna de la isla Flores en Indonesia en el año 2003 (revelados al mundo en el año 2004), ha sorprendido a todos los paleontólogos, ya que sus características no calzan con lo conocido hasta ahora, respecto a los eslabones de la evolución del ser humano. Por lo extraño del hallazgo, los restos se consideran como las más espectaculares que se hayan encontrado durante esta generación.

(Se encuentra un nuevo pariente del hombre) , (Surgen dudas respecto al homínido Flores).

Se trata de una calavera y otros huesos de una mujer, más fragmentos de por lo menos otros seis individuos. Lo que más llamó la atención, fue el tamaño reducido del cráneo que debió haber pertenecido a alguien muy primitivo, pero que debió haber vivido hace sólo 15.000 años y que aparentemente era ingenioso. Los especialistas lo han denominado "Homo floresiensis", o Ebu para los regionales. En una primera instancia se pensó que se trataría de un pigmeo. Otros expertos argumentaron que debieran corresponder a un hombre de tamaño normal, pero con una malformación craneana (microcefalia). Ahora, después de un detallado análisis de la anatomía del cráneo se han desechado ambas interpretaciones, confirmando que en realidad se trata de una especie única (New Scientist, Marzo 12 del 2005, pág. 12).

"Definitivamente no corresponde a un ser humano moderno miniaturizado, ni tampoco a un cráneo humano microcefálico", afirmó el antropólogo Bernard Wood en la Universidad George Washington en Washington DC.

Lo que es más, su cerebro tiene características de desarrollo avanzado, lo que hace pensar que tenía un buen grado de inteligencia. "Tiene una morfología cerebral extraordinaria, que no corresponde a nada de lo que yo conozca" afirmó Dean Falk, experta en evolución cerebral de la Universidad del Estado de Florida en Tallahasie, quien dirigió el análisis de los restos. Lo notable es su pequeño tamaño, que debe haber correspondido a un hombre de no más de un metro de alto, con un cerebro del tamaño de una naranja.

Algunos antropólogos se resisten en pensar que H. floresiensis corresponda a un "Homo sapiens". Este rechazo de los expertos recuerda la reacción de Rudolf Vírchow, cuando se encontró el primer resto de un Neanderthal en una caverna en Alemania, en el año 1856. Virchow, al observar la gruesa contextura de ese cráneo, opinó que se trataba de un hombre moderno con raquitismo.

Junto a estos restos óseos se encontraron también numerosos huesos pertenecientes a otros animales. Su aspecto chamuscados y otras huellas dejados en ellos, hacen pensar que el H. floresiensis ya disponía de armas de caza y que además manejaba el fuego, todo lo cual demuestra un evidente grado de desarrollo de su inteligencia.

Falk pudo llegar a reconstruir la forma y detalles del cerebro, después de haber sometido la cavidad craneana a un proceso de escaneo, lo que le permitió construir un modelo computacional tridimensional con su contenido, y con ello deducir los detalles del cerebro y los aspectos de su superficie. Pudo comparar el modelo logrado, con otros cráneos prehumanos extintos, como también con cráneos del hombre moderno y con el de simios actuales (Fig. 1). La forma del cerebro del H. floresiensis se parece más al H. erectus, un ancestro que desapareció hace 200.000 años.

Falk encontró muchas morfologías cerebrales avanzadas, incluyendo un agrandamiento de los lóbulos frontales y temporales y una extensión del área posterior, llamada "lunate sulcus". Sabemos que en nuestro cerebro los lóbulos frontales se asocian con los procesos de planificación y la solución de problemas, mientras que los lóbulos temporales tienen que ver con la memoria. El problema ahora es como explicarse que el Homo haya llegado a la isla Flores. ¿Habrá tenido suficiente inteligencia como para construir una embarcación y navegar? A lo mejor los dejó allá una tormenta o un tsunami, como el que ocurrió recientemente en Asia. El hecho es que allí se establecieron los H. floresiensis.


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