Un scanner que lo puede ver todo
( Creces, Abril 2005 )

Eso sería el ideal de lo que se puede esperar de la imagen de un órgano, tomado por un scanner. Pero si además es de alta resolución y la técnica es no invasiva y se pueden diferenciar diversos tejidos en el mismo órgano, e incluso saber si estos tienen un crecimiento benigno o maligno, se completa el paquete.

Se trata de un scanner que ha sido creado por los ingenieros de la Universidad del Southern California, Los Angeles. Lo han llamado Tomografía de Transmisión Ultrasónica de Alta Resolución (Ultrasonic Transmision Tomography o HUTT). El equipo usa el ultrasonido para crear una imagen tridimensional de los tejidos blandos. A diferencia del ultrasonido convencional, que detecta el eco de las ondas de sonido que rebotan del tejido, el HUTT usa para crear la imagen, el sonido que pasa a través del tejido. Como se trasmite 2000 veces más sonido que pasa a través del tejido, se consigue una muy superior resolución. En el hecho el HUTT entrega una mayor resolución que cualquiera otra tecnología de scanner, incluyendo la resonancia nuclear magnética y los rayos X, que se usan en mamografías.

El HUTT produce coordinadas en tres dimensiones, las que le pueden permitir al cirujano escudriñar el tejido, como también extraer con gran acuciosidad trozos de él. Pero lo que es más interesante es que la imagen puede diferenciar diversos tipos de tejidos blandos, basados en la atenuación de las ondas de sonido en la medida que estos pasan a través de ellos. Estas atenuaciones dejan "señales" que pueden usarse para individualizar estructuras específicas del órgano, como por ejemplo ductos capilares o vasos sanguíneos en el riñón (ver figura). Sus inventores afirman que incluso puede diferenciar el crecimiento de un tejido, y este es benigno o maligno.

El HUTT tiene un aspecto similar al aparato de resonancia magnética, en el que el paciente se coloca dentro de un tambor rotatorio. El tambor contiene una red de transductores, cada uno de 0.4 milímetros cuadrados, que trasmiten y reciben pulsos ultrasónicos cortos. En la medida que el tambor va dando vuelta, los transductores de un lado emiten una señal de ultrasonido, que pasa a través del paciente y es recibida por el correspondiente transductor del lado opuesto.

El tambor se va parando mientras da vuelta, creando una serie de cortes bidimensionales a través del cuerpo. Luego estos cortes se transforman en imágenes tridimensionales. Los inventores calculan que el aparato costará aproximadamente 300.000 dólares, es decir entre un 5 a un 10% más barato que el aparato de resonancia nuclear magnética (New Scientist, Abril 16 de 2005, pág. 25).


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