Evolución de la fotosíntesis
( Creces, Julio 2005 )
La evolución del proceso de la fotosíntesis, ha tenido profundas consecuencias, al hacer posible la captura de la energía proveniente de la luz solar. Literalmente la fotosíntesis ha alterado la faz del planeta, transformando la composición de la atmósfera y cubriendo la superficie de la Tierra con un escudo protector de las letales radiaciones ultravioletas, que cada día están llegando del sol.
Sin la fotosíntesis, habría muy poco oxígeno en la atmósfera y no existirían las plantas ni los animales. Sólo existirían algunos microbios, como ocurrió en el comienzo de los tiempos, que tendrían una magra existencia en la sopa primordial de CO2 y minerales. Gracias a la fotosíntesis se produjo oxígeno y a partir de ello, fue posible el desarrollo de las diferentes etapas evolutivas, hasta llegar a la vida compleja.
Antes de la fotosíntesis, la vida consistía sólo de microbios unicelulares, cuya fuente de energía la obtenían de químicos, como azufre, hierro y metano. Hace unos 3.5 mil millones de años, o quizás antes, un grupo de microbios desarrolló la capacidad de capturar energía de la luz solar para producir hidratos de carbono que lo necesitaban para crecer y disponer de combustible. No está claro como lo lograron, pero estudios genéticos sugieren que el aparato captador de luz evolucionó de una proteína, cuya función era transferir energía entre las moléculas. Con ello llegó la "fotosíntesis" (Combustible para la Vida, Energía Solar).
Pero en la temprana versión del proceso, no se produjo oxígeno. En ese entonces se usó como ingredientes primarios, sulfuro de hidrógeno y dióxido de carbono, generando como productos finales, hidratos de carbono y azufre (El Hidrógeno en el inicio de la vida). Después de algún tiempo, evolucionó un nuevo tipo de fotosíntesis que utilizó un recurso diferente, "agua", generando oxígeno como subproducto.
En esos primitivos días, el oxígeno era venenoso para la vida. Pero se concentró en la atmósfera hasta que algunos microbios fueron capaces de desarrollar mecanismos para tolerarlo, y eventualmente descubrir vías para utilizarlo en el desarrollo de fuentes de energía. Esto fue también un punto muy importante: "usando el oxigeno para quemar carbohidratos para producir energía, es 18 veces más eficiente que hacerlo sin oxigeno”.
Desde ese momento la vida en la Tierra adquirió gran fuerza, llevando al desarrollo de formas multicelulares, incluyendo las plantas, las que lograron sus aparatos fotosintéticos facilitados por bacterias fotosintéticas, llamadas cianobacterias. Hoy en día, directa o indirectamente, toda la energía que se produce en la Tierra proviene del proceso fotosintético.
El oxígeno, al mismo tiempo que provee un medio eficiente para quemar combustible, ayuda también a proteger la vida. La Tierra está bajo un constante bombardeo de radiaciones ultravioletas que provienen del sol. Un sub-producto de la atmósfera oxigenada es la capa de ozono que se extiende entre 20 a 60 kilómetros sobre la superficie de la Tierra y que tiene la propiedad de filtrar la mayor parte de los letales rayos ultravioletas. Este paraguas protector permitió que escapara la vida del santuario de los océanos y llegara a colonizar la tierra seca.
Ahora, virtualmente todo proceso bioquímico en el planeta, es en último término dependiente de la captura de la energía solar. Pegue una profunda inspiración y agradezca el oxígeno que llega a sus pulmones, a los microbios que desarrollaron el proceso bioquímico necesario para su presencia en la atmósfera.