La evolución del lenguaje
( Creces, Julio 2005 )

Los animales pueden emitir sonidos propios de cada especie, tales como ladrar, mugir o relinchar, pero sólo el hombre puede emitir una enorme variedad de sonidos complejos que son necesarios para hablar. La mayor parte de los investigadores que buscan el origen de la especie humana, están de acuerdo en que la capacidad de comunicarnos, a través del lenguaje, es la principal característica que nos separa del resto de los animales. El lenguaje es el centro de lo que nos hace especiales, permitiendo desarrollar desde la conciencia, hasta el simbolismo, la espiritualidad y la moralidad. Del mismo modo, ha sido el lenguaje el que permitió transmitir la información de una generación a otra.

El conocer cómo nuestros ancestros lograron este paso, es uno de los grandes problemas de la ciencia. El hecho es que sólo el cerebro humano es capaz de producir el lenguaje, con la complejidad de su sintaxis y su gramática. Contrariamente a la creencia popular, el lenguaje no está confinado a una región cerebral especializada, como se atribuía al área de Broca y Huerique. Si estas se dañan, otras toman su lugar.

Eors Szathmary del Instituto de Estudios Avanzados de Budapest, cree que nuestra exclusividad del lenguaje, reside en nuestra mayor complejidad de red cerebral que nos permite desarrollar el complicado proceso de la gramática y la sintaxis. La formación de ella depende de nuestros genes y de la experiencia. Recién en el año 2001, se descubrió el primer gene asociado con el lenguaje, el que se ha denominado con la sigla FOXP2. Fue identificado al estudiar una familia inglesa, que por generaciones ha sufrido de un grave desorden en el lenguaje (Se descubre un gene ligado al lenguaje). Se trata de un gene que también existe en diferentes primates y que codifica una proteína constituida por 715 aminoácidos. En los seres humanos ella difiere en tres aminoácidos. Según ello se ha podido calcular, por las mutaciones del gene, que ella habría ocurrido hace aproximadamente 200.000 años y que se habría llegado a fijar en el 95% de la población, hace no más de 120.000 años (El gene del lenguaje nos separa del resto de las especies animales).

El hecho es que el cerebro de los recién nacidos humanos es mucho menos desarrollado que el cerebro de los simios recién nacidos. Ello significa que nuestra red neuronal toma muchos mas años en su desarrollo, lo que ocurre mientras está envuelto en un ambiente lingüístico.

En esencia, el lenguaje es la última palabra en la evolución biológica. Esta innovación revolucionaria tan particular, es la que ha permitido a los que la poseen (los seres humanos), ir más allá de lo puramente biológico. Mediante el lenguaje, nuestros ancestros fueron capaces de crear su propio ambiente, que ahora llamamos cultura, al que la especie humana se ha ido adaptando sin necesidad de cambios genéticos.



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