Los primeros ojos aparecieron hace 543 millones de años (muy al comienzo del período Cambriano), en un grupo de trilobitos, llamados "Roduchia". Sus ojos estaban estructurados en forma muy similar a los de los modernos insectos, y seguramente evolucionaron a partir de grupos de células sensibles a la luz. Según los restos fósiles que se han ido encontrando, los trilobitos de hace 544 millones de años, no tenían ojos.

Dan Eric Nilsson de la Universidad de Lund en Suecia, asegura que a partir de estos paquetes de células sensibles a la luz, fue evolucionando el ojo compuesto.

La diferencia no fue trivial. Probablemente antes de la era Cambriana eran comunes los paquetes de células fotosensibles, lo que les permitía a los animales detectar la luz y percibir de qué lado provenía. Aún en nuestros días son usados estos órganos rudimentarios por las medusas, los gusanos, y otros grupos primitivos y oscuros. En todo caso ellos es mejor que nada.

Sin embargo, a estos no los podemos llamar ojos. "Se necesita un lente que pueda enfocar la luz para producir una imagen, cuya efectividad puede ir de 1 a 100%", dice Andrew Parker, un zoólogo de la Universidad de Oxford.

Los biólogos creen que en muchas ocasiones los ojos pueden haber evolucionado independientemente de los diversos ancestros. Pero cualquiera que haya sido la forma que ello haya ocurrido, los trilobitos fueron los primeros.

La diferencia fue grande. En el mundo sin visión, en el comienzo del período Cambriano, la visión fue el equivalente a un superpoder. Los ojos les permitieron a los trilobitos transformarse en los primeros predadores activos, capaces de buscar su alimento como ningún animal lo había hecho hasta entonces. Frente a esta enorme ventaja, el resto también tuvo que evolucionar y restablecer el equilibrio, el que se produjo unos pocos millones de años más tarde, cuando los predadores también evolucionaron y los ojos llegaron a ser un lugar común para los diversos animales, pudiendo así protegerse. Este estallido innovador revolucionario, es lo que conocemos como la explosión Cambriana.