Peligros de la terapia génica
( Creces, Agosto 2005 )

A fines del año 1999, un joven de 18 años (Jesé Gelsinger) murió en Estados Unidos, por una complicación atribuida a una terapia génica. El enfermo voluntariamente se había sometido a ella para tratar una enfermedad hepática grave que padecía desde su nacimiento. Su deceso se atribuyó a una sobrecarga del virus (adenovirus) que se utilizó como vector para transportar el gene correcto. Como consecuencia, el comité que regulaba los ensayos de terapia génica en los Estados Unidos, estableció una moratoria para el uso de esta tecnología.

Más tarde en el Hospital Necker de París, se trataron mediante terapia génica, a nueve lactantes que padecían de una rara enfermedad inmunológica, denominada "deficiencia inmunológica grave combinada a X" (X-SCID), para la cual no hay tratamiento. Uno de ellos falleció por una leucemia, la que se atribuyó al virus que se utilizó como vector, ya que se demostró que éste se incorporó en el genoma del cromosoma X. (Realidad y Ficción de la Terapia Génica); más tarde un segundo niño del mismo grupo, también falleció de leucemia. A pesar de ello se han continuado tratando en Francia, pacientes con esta enfermedad, mediante terapia génica, habiéndose ya completado 17 casos exitosos.

Desgraciadamente, un tercer caso ha vuelto a desarrollar una leucemia, "después que el virus vector se estableció en su genoma, cerca de un oncogene. Debido a ello se ha prohibido continuar con estos ensayos (Science: vol 307, año 2005, pág. 1028). Sin embargo en Inglaterra se continúa en otro grupo de niños con la misma enfermedad, dado que no hay otra alternativa.



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