Continúa el comercio de órganos en la India
( Creces, 2006 )

Desde hace años se viene realizando el comercio de órganos en la India, lo que ha obligado a legislar al respecto. Sin embargo las leyes no han dado los resultados que se esperaba. Ello se explica porque nadie se beneficia con ella, ni las personas que requieren un nuevo riñón, ni los donantes que se benefician de sus ventas, ni tampoco los hospitales ni legisladores que regulan la práctica.

(El comercio de órganos humanos)

Esta es la conclusión de la primera investigación después que se legisló prohibiendo el comercio de órganos. La ley aprobada permite la donación de órganos de parientes vivos de las personas fallecidas, incluyendo una esposa o una persona viva no relacionada que desea donar por afecto o aproximación al potencial recipiente. La donación en esta última categoría, tiene que ser aprobada por un comité de autoridades locales que asegure que el órgano no es comprado ni vendido.

Pero esto no ha impedido que florezca el comercio ilegal. Según un estudio realizado por Stephen Jan del Instituto de Tecnología de Madras, se estima que en los últimos dos años después de la ley, sólo en el estado de Tamil Nadu, 1800 personas han donado órganos a recipientes que no son parientes. Parece obvio que fueron donadas por dinero.

El equipo que realizó la investigación entrevistó a donantes, recipientes, representativos de hospitales, cirujanos y a todas las personas involucradas en el proceso. Según se informa en una publicación en Health Economics, Policy and Law, en general los donantes no tuvieron dificultad en reconocer el haber recibido dinero por sus riñones.

Encontraron numerosos casos de donantes femeninas que pretendían ser esposas de recipientes y que recibían pagos, mientras otros pagaban a donadores que fingían ser muy cercanos al paciente. Buena parte de este intercambio se realizaba en los hospitales, los que también recibían dinero. En los mismos hospitales se realizaban los exámenes para analizar la compatibilidad tisular correspondiente.

Como promedio, el precio de transacción fue de 1070 dólares por un riñón, lo que es más del doble del ingreso anual en la población. En otro estudio encontraron que el 86% de los donantes se quejaba posteriormente de que su salud se había deteriorado.

Se encontró también que muchas personas fallecieron después de recibir el trasplante de donantes no relacionados. Esto sugiere que el análisis de compatibilidad tisular que se realiza en los hospitales está mal hecho o probablemente sus resultados están influidos por el interés del dinero que se paga si se hace el trasplante.

Aun muchos legisladores tácitamente aceptan la venta de órganos, señalando que no se sienten capacitados para detener a un paciente al que el transplante es de vida o muerte, a pesar de que haya entregado dinero por ello. Todo parece indicar que la legislación no ha funcionado y que requiere de modificaciones.


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