La amenaza de la pandemia de gripe aviar
( Creces, 2006 )
La gripe aviar producida por el H5N1 que comenzó en Asia, ya se ha extendido a ocho países de Europa, se teme que se inicie una gran pandemia de fatales consecuencias para la humanidad, otros estiman que se están exagerando los temores.
Introducción:
Las epidemias de gripe son brotes rutinarios que se producen periódicamente en épocas frías y que en algún determinado lugar pueden llegar a afectar al 20% de la población. Otra cosa es lo que se ha denominado una "pandemia" de gripe, que rápidamente se extiende por todas partes y llega a afectar a un buen porcentaje de la población mundial, dejando miles y millones de víctimas fatales. Por definición, una pandemia ocurre cuando el virus de la gripe muta en una forma peligrosa y es desconocido para nuestro sistema inmunológico, contagiándose de persona a persona por los estornudos, la tos o el contacto.
A pesar que las pandemias emergen en forma impredecible, es ahora cuando se teme el inicio de una de ellas y hay razones para pensar así. La experiencia ha señalado que estas suceden en forma periódica, con cierta regularidad, que por lo general abarca el período de una generación. Así por ejemplo en el siglo pasado, ellas ocurrieron en cuatro ocasiones: en 1918, fue la llamada gripe española, en que murieron 20 millones de personas. En 1957, la llamada gripe asiática, que se estima mató más de un millón de personas. En 1968, la gripe de Hong Kong, que mató a 700.000 personas, y la gripe rusa en 1977. Ahora ya estaríamos en la época en que correspondería una nueva pandemia.
Los científicos no pueden predecir cuándo una nueva cepa viral podría iniciar una pandemia, pero si lo pueden sospechar, cuando, una nueva cepa de gripe aviar comienza a matar a muchas aves y de paso a seres humanos, como ha sucedido ahora en Asia. Más aún, si esta misma gripe aviar ya comienza a extenderse hasta llegar a los países europeos. Este es el caso de la cepa A (H5N1), que infecta a las aves y que contagia a los humanos y otros mamíferos que han estado en contacto directo con ellas. Aún no se produce el contagio de persona a persona, pero se teme que ello ocurra en cualquier momento, porque se ha observado que el virus está mutando. Su propagación entre las aves se explica por la contaminación de las aves migratorias, que en este caso coincide con el invierno del hemisferio norte, la fecha cuando ellas comienzan su migración a diferentes partes del mundo.
Para entender al virus de la gripe
Como todos los virus, los de la gripe están básicamente formados por genes (trozos de DNA o RNA) envueltos por proteínas que los protegen, formando una matriz externa. Su estructura es tan simple que no son capaces de sobrevivir por sí solos. En el medio ambiente permanecen viables sólo unas pocas horas. Por su sobre vivencia necesitan rápidamente introducirse a las células y beneficiarse de todo su sistema productivo, actuado como verdaderos parásitos, reproduciéndose en su interior y luego infectando nuevas células.
El virus de la influenza (gripe), fue aislado por primera vez en el año 1933. Investigaciones posteriores determinaron que existían dos tipos principales: el tipo A y el B, que se diferenciaban por ciertas proteínas típicas de cada uno. Existe también un tipo C, pero estos no son causantes de enfermedades importantes.
El virus tipo A está formado por un grupo de virus complejos, que se diferencian por la variación de dos glicoproteinas que sobresalen de su superficie, las que le dan al conjunto el aspecto de un erizo. Ellas son las proteínas denominadas hemoaglutininas (H) y la neuraminidasas (N) (figura 1). Estas proteínas tienen distintas variedades, caracterizadas por diferentes secuencias de sus aminoácidos constituyentes. Dentro del virus tipo A, se han logrado identificar 15 hemoaglutininas diferentes y 9 neuraminidasas.
Los virus tipo B son más uniformes. Sólo tienen una forma de hemoaglutinina y una de neuraminidasa. Pero también en ellas la secuencia de aminoácidos puede variar, dando lugar a diferentes cepas.
Para infectar las células los virus necesitan penetrar al interior de ellas, pero para que ello sea posible necesitan previamente ser reconocidos por proteínas receptoras que están presentes en las membranas de las células. En el caso de los virus de la gripe, son las células del sistema respiratorio, para los cuales ellos tienen gran afinidad. A su pared se unen, en la misma forma que una llave se ajusta a una cerradura. De este modo el virus queda adherido a la célula y luego comienza a ser rodeado por la membrana celular hasta ser fagocitado por completo. El reconocimiento se produce sólo si la hemoaglutinina y la neuraminidasa tienen la estructura correspondiente al receptor de la superficie celular.
Aparte de estas diferencias químicas, los virus tipo A y B difieren también en su forma de actuar. Los virus de tipo B infectan sólo al hombre, provocando epidemias localizadas. En cambio los del tipo A, además del hombre, afectan también a los cerdos, caballos, ballenas, aves y a los pájaros en general. Sin embargo, no todas las cepas infectan a todas las especies (sólo cuatro subtipos han sido encontrados en el hombre). Estos han sido los culpables de todas las epidemias mundiales del último siglo. Probablemente los virus de la gripe han estado provocando pandemias por siempre, pero antes de aquella época estos no habían sido identificados.
El DNA que esta en el interior de la envoltura del virus de la gripe, también tiene algunas características especiales. Esta contenido en 8 unidades separadas de RNA. Ello es ciertamente una peculiaridad, ya que en la mayoría de los virus la información genética no se encuentra fragmentada. Ello significa que si dos virus gripales diferentes infectan simultáneamente a la misma célula, en su interior se pondrían en contacto 16 moléculas de RNA distintas, las cuales podrían recombinarse (para ser exactos) en 256 formas diferentes. Es aquí donde ahora se concentran los temores de los científicos: si el virus aviar actual (el H5N1, que está afectando a las aves), pasa a los humanos (como ya ha sucedido) y simultáneamente se encuentra dentro de la célula humana con un virus humano corriente, pueden recambiar trozos de RNA y en esta forma le puede transferir al H5N1 la capacidad de contagiar directamente de hombre a hombre (fig. 1).
La pandemia podría iniciarse si alguien que trabaje con pollos se contagiase con el virus aviar H5N1 y simultáneamente también con el virus de la influenza humana (se resfríe), la posibilidad de combinación de sus unidades es muy alta. En su interior, utilizando la maquinaria celular, comenzarían a reproducirse las 8 unidades de RNA de cada uno de los dos virus simultáneamente. Una vez formados los nuevos componentes virales, como sucede normalmente con los virus, se ensamblarían entre sí con increíble precisión, pudiendo intercambiarse una o más unidades de su RNA, intercambiando así sus genes. Posteriormente, los virus ya formados romperían las paredes de la célula huésped y se lanzarían a invadir otras, y en un lapso de siete a diez horas ya se produciría suficiente cantidad viral como para generar cientos de nuevos virus, que a su vez contaminarían otras células, los que eventualmente podrían contagiar a otras personas. Se desencadenaría así la pandemia, con un virus nuevo y muy agresivo, para el cual no se ha desarrollado la defensa inmunológica. Lo preocupante es que el H5N1 se ha demostrado altamente agresivo y letal, tanto en aves como en los humanos que han enfermado por estar en contacto con ellas.
Tanto es el riesgo que esto suceda espontáneamente, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) se decidió patrocinar el experimento en el laboratorio, provocando el encuentro viral artificialmente, para conocer cual sería el resultado, cosa que ha sido criticada como muy peligrosa por otros científicos. Sin embargo la OMS piensa que con ella se podría conocer con anticipación la potencial combinación y así adelantarse para preparar la defensa de una pandemia, produciendo una vacuna adecuada. Pero se estima que el experimento es extraordinariamente peligroso, ya que el virus podría escaparse accidentalmente del laboratorio y comenzar la pandemia. Ya en el año 2000, el Centro de Control de Enfermedades de Atlanta había comenzado a experiencias cruzando estos virus, pero decidió suspenderla cuando estalló la epidemia en los pollos en Asia en el 2003. Preocupa que hoy día cualquier biólogo molecular pudiera crear en el laboratorio un virus de esta naturaleza, con el alto riesgo que se escape como ya ha sucedido con otros virus.
Los estragos del virus H5N1
La preocupación comenzó a conocerse en el año 1997, cuando se detectó el virus aviar H5N1 en Hong Kong y por primera vez se contaminaron 18 personas que habían estado en contacto directo con las aves enfermas. De ellas fallecieron 6, lo que es un porcentaje muy alto. La alarma cundió cuando el virus aviar se extendió en forma muy agresiva a ocho países asiáticos vecinos. Como consecuencia de ello y para evitar la expansión, se decidió sacrificar a 1.5 millones de pollos. Hasta Enero del 2004, se contabilizaban 55 casos en humanos, detectados en Camboya, Tailandia, y Vietnam, habiendo fallecido 42. En todos ellos, al parecer, las personas se habían contaminado directamente de los pollos enfermos. La epidemia aviar ha continuado y hasta ahora (Noviembre del 2005), en Asia ya se han confirmado 125 casos, de los cuales han fallecido 64.
Los biólogos tratan de obtener muestras de cada nuevo caso que se detecta y parece ser que hasta ahora todos corresponden a contagios directos de aves a humanos, pero no de humanos a humanos. Sin embargo se ha comprobado que el virus esta mutando, lo que puede ser otra vía por la cual en algún momento se podría desarrollar una nueva variedad que adquiera la propiedad de contaminar directamente de ser humano a ser humano.
En Junio del año 2005, se comprobó que el virus H5N1 era el responsable que hubiesen fallecido 6000 pájaros en un lago del centro de China. En Julio la epidemia aviar se había extendido a Rusia, incluyendo Siberia y luego Kazajstán. En Agosto se reporteó que el virus había matado a gansos y cisnes en Mongolia. Más recientemente se han detectado casos de contaminación de aves en dos aldeas de Rumania y en Turquía, donde se afirma que han fallecido 1700 pavos. También se han constatado casos en humanos, especialmente niños, en seis provincias de Turquía. En Febrero del 2006 se detectaron aves migratorias fallecidas en Grecia, Italia y otros siete países europeos. Se estima que el agresivo virus ya ha matado a más de 100 millones de pájaros en el mundo.
Pero no sólo las aves están siendo victimas del virus H5N1, sino también las ratas en China. En el zoológico de Siracha en Bangkok, donde existían 500 tigres, el virus fue el culpable del fallecimiento de 100 tigres de Bengala, probablemente consumieron pollos contaminados. Por igual razón también han fallecido muchos gatos y otros animales domésticos. Pareciera que en todos estos mamíferos no ha habido contaminación entre ellos, sino más bien contacto con aves o sus productos.
Necesidad urgente de una vacuna
Hay virus que son relativamente estables y que no cambian. En ellos una vacuna es la solución. Tal es el caso de del virus del sarampión, el de las paperas, la viruela o la poliomielitis. Frente a esta estabilidad, es factible desarrollar una vacuna que pueda lograr una inmunidad que dure mucho tiempo, ya que los anticuerpos guardaran en su memoria la forma de reconocerlos apenas entren en contacto con el organismo. No sucede lo mismo con los virus de la gripe, que están constantemente mutando y transformándose y cada vez surgen distintos tipos con distintos antígenos que el sistema inmunológico tiene que aprender a reconocerlos. Mientras tanto se desarrolla la enfermedad.
Se puede fabricar una vacuna contra el virus H5N1 y probablemente va a ser muy efectiva. Ella ya se ha fabricado y puede ser muy útil para prevenir la gripe en el pollo. De hecho China ha anunciado una vacunación masiva para prevenir en ellos la enfermedad, lo cual puede ser muy útil para controlar la epidemia. Sin embargo el esfuerzo va a tener que ser de gran magnitud, ya que en ese país se estima que hay 5 mil millones de pollos, gansos y patos. Si ellos logran controlar la gripe de las aves, sería la mejor forma de prevenir que se extendiera a los humanos. Hong Kong, donde por primera vez se identificó el virus H5N1, ya en el año 2003 se vacunó a todas las aves domésticas, y gracias a ello su territorio se ha mantenido libre de la infección del H5N1 (Science, noviembre 25 del 2005, pág. 1256). Lo mismo pretende hacer Vietnam, donde existen más de 200 millones de aves. El problema es que una vez vacunadas las aves, se hace difícil distinguir las aves vacunadas de las infectadas, ya que en ambos se detectarían anticuerpos semejantes.
Otra cosa es fabricar una vacuna para los humanos, ya que no se sabe cuál sería la mutación en este virus que le permita llegar a producir la pandemia. Preparar una vacuna en base al virus actual, no sería perfecta. Hasta ahora la OMS había afirmado que la vacuna no se podía producir hasta cuando comenzara la pandemia, ya que sólo entonces se podría conocer la estructura antihigiénica de la cepa culpable. Sin embargo, dado la gran agresividad demostrada por el H5N1, la misma OMS ha variado el concepto y ahora recomienda preparar la vacuna contra el virus H5N1 actual, para comenzar a usarla en humanos. Ello debido a que hallazgos recientes sugieren que esa vacuna, aun cuando no sea la adecuada para impedir la pandemia, podría por lo menos disminuir las muertes de los enfermos. Por lo menos una vacuna que contenga el antígeno H5, al que los humanos nunca antes se han visto expuestos, podría despertar algún grado de inmunidad. Normalmente para un virus de influenza al que no ha sido anteriormente expuesto, se requieren dos dosis para adquirir la adecuada inmunidad. Si más adelante se conociera exactamente la cepa del virus culpable de la pandemia, bastaría sólo agregar una dosis más. Es esta argumentación la que ha inducido a que varios países ya hayan comenzado a realizar planes para fabricarla.
Ello es importante, dado que una vez iniciada la pandemia no habría tiempo para preparar la enorme cantidad de dosis que se requerirían. La actual tecnología empleada en la preparación de las vacunas es muy lenta. Las vacunas contra la gripe se preparan inyectando huevos. El proceso se inicia aislando el virus y luego modificándolo por un proceso llamado "genética reversa", con lo que se logra la "semilla" del virus. Luego en condiciones de estricta asepsia, un robot la inyecta en huevos fertilizados. Allí los patógenos se multiplican rápidamente. Luego para preparar la vacuna hay que disecar el virus y de él extraer las proteínas claves (antígenos) que van a estimular el sistema inmune humano. Este proceso requiere de seis meses, desde el momento que se inyecta el virus en el huevo, hasta que la vacuna está envasada en el frasco. Desgraciadamente la cepa H5 crece muy lenta en huevos. La extensión de la pandemia es muy rápida y seguramente ya antes de un año ha producido la mayor parte del daño. La capacidad productiva actual de este tipo convencional de vacuna en el mundo, no supera los 300 millones de dosis por año. Es decir, la producción de la vacuna iría muy atrás de la de los estragos de la enfermedad.
Como una solución para alargar la disponibilidad de la vacuna, se ha pensado administrar una menor dosis "per capita", pero con ello no se logra una respuesta inmune suficiente. Se está tratando de agregar un adyuvante que refuerce las respuestas inmunológicas. Diversos laboratorios, como lomal, Chiron y GlaxoSmithKlein, están trabajando en este sentido. Otra alternativa para disminuir la dosis requerida, es administrarla intradérmica en lugar de intra muscular. Si todo esto funciona, podría llegarse a fabricar 7 mil millones de dosis en seis meses, lo que alcanzaría para 3 mil millones de personas.
Otra posibilidad que permitiría acortar los tiempos, es usar otra tecnología de preparación. Se esta tratando el cultivo de los virus en células, en lugar de huevos, las que incubadas en un reactor podría incrementar la producción en forma muy significativa. En este sentido están trabajando los laboratorios Chiron, Baxter, Sanofi Pasteur, Cruceli y Protein Sciences. (Scientific American, Noviembre 2005, pág. 23).
Otra alternativa es producir vacunas de DNA. Un equipo de inmunólogos, dirigidos por Suzanne Epstein del Food and Drug Administration, ha demostrado que una vacuna de DNA, conteniendo genes para una proteína interna del virus, denominada NP y proteínas M (matriz), pueden funcionar contra la influenza aviar. Se utilizan trozos de DNA, logrando que sean las mismas células las que fabriquen el antígeno. Esto estimula varias respuestas antigénicas incluyendo la célula T, que proveen una amplia inmunidad, cosa que las vacunas convencionales que contienen sólo antígenos, no lo logran. Esta vacuna DNA inyectada a ratas, provee una protección parcial contra dos cepas del virus aviar H5N1 (Emerging Infectious Disease, Agosto 2002).
Más recientemente se está ensayando una técnica con RNA de Interferencia, que consiste en inyectar dentro de la célula trozos de RNA viral. Se demuestra que pequeños RNA de interferencia construidos con secuencias de los genes que codifican para NP y PA, protegen a las ratas contra varios subtipos virales aviares (Proceeding of the National Academy of Science, junio 8, 2004).
Drogas antivirales para el tratamiento
Según lo observado en los casos clínicos que se han presentado hasta ahora en distintas partes del mundo, se presume que a menos que el virus cambie su tremenda patogenisidad, se estaría confrontando una pandemia con una cepa muy letal. Muchos de los que han fallecido, ha sufrido una neumonía aguda, producida por el mismo virus (no por una bacteria asociada). Se ha descubierto que el virus suprime tempranamente las primeras respuestas inmunológicas, como la producción de interferón, que normalmente alerta a las células primarias para resistir el ataque. Al mismo tiempo, provoca una extrema sobre reacción imnunológica, conocida como "tormenta de citoquinas". Diversas citoquinas producidas por las mismas células inmunológicas, se suman al feroz ataque a los pulmones, provocándose una cascada de acontecimientos que no se puede detener, llegando a producir una inflamación progresiva pulmonar con acumulación de tejido muerto que hace necesario una ventilación a presión para llegar con suficiente oxígeno al torrente circulatorio.
En algunos pacientes parece que el virus también se multiplica en los intestinos, produciendo graves diarreas y deshidratación. En otras ocasiones se ha confirmado que en niños se produce una encefalitis mortal, sin que previamente se haya presentado ningún síntoma respiratorio.
El ideal para el tratamiento es disponer de drogas antivirales que ataquen directamente al virus, sin que actúen en las células del organismo humano. Ello no es fácil, dado que los virus utilizan la misma maquinaria metabólica de las células para su desarrollo y multiplicación, de modo que bloquear cualquier proceso metabólico, también afectaría a la célula huésped.
Desgraciadamente las antiguas clases de drogas antivirales, llamadas "amantadinas", no se han demostrado efectivas en el tratamiento de los enfermos, posiblemente porque ya han sido demasiado usadas en el tratamiento de cerdos en Asia y el virus se ha hecho resistente a ellas. Pero afortunadamente, después de largas investigaciones, se han podido encontrar drogas efectivas que no atacan a las células normales y que en cambio impiden la multiplicación de una gran variedad de virus causantes de gripes.
Las investigaciones se han concentrado en el estudio de la estructura química de las neuraminidasas, la que son vitales para el funcionamiento del virus. Si bien es cierto que ellas varía de una cepa a otra, se ha encontrado que el centro de su molécula contiene un grupo activo que es común y estable, tanto para los virus A, como para los B. Se ha sintetizado una droga que actúa contra este centro activo, bloqueando la producción de las neuraminidasas. Por este mecanismo, la droga es activa contra todos los virus de la gripe.
En 1933 Mark von Itztein y sus colaboradores en Australia, encontraron una droga sintética, que era un potente inhibidor de la neuraminidasa, y que no afectaba a las células humanas. Se trata del "zanamivir", que por este mecanismo se demostró ser capaz de disminuir el tiempo y la gravedad de los síntomas de la gripe. El único inconveniente es que no se puede tomar en forma de píldoras y tiene que ser inhalado a través de las vías respiratorias. En el mercado se denomina "Ralenza". Ella es producida por los laboratorios australianos Biota, y a pesar de la limitación en su aplicación, Estados Unidos, Francia, Alemania, y Hong Kong, ya han colocado órdenes de compra por más de 11 millones de unidades.
Posteriormente, Hoffman-La Roche en Suiza, ha logrado producir también un inhibidor de la neuraminidasa, que se puede tomar en tabletas y que es tan potente como el zanamivir. Se trata del "oseltamivir", que en el mercado se llama "Tamiflu". Ambas drogas para que sean efectivas deben tomarse dentro de las primeras 48 horas de aparecidos los síntomas y durante seis días. Si se toma más tarde no parecen tener efecto. Esta última ya se ha demostrado específicamente efectiva contra el H5N1, tanto en ratas como en humanos. Sin embargo muy recientemente la OMS informó de un paciente infestado con una cepa H5N1 ya era resistente al Tamiflu. Esta misma resistencia se ha observado también en otros pacientes que han sido infectados por virus causantes de la gripe corriente, observando que la mutación aparece en el 16% de los niños tratados. Afortunadamente también se ha observado que este virus mutado, casi nunca infecta a otro niño. Es de esperar que suceda lo mismo con el H5N1. (Los avances contra la gripe).
El problema es que toda la existencia de Tamiflu ha sido adquirida por los países desarrollados y el costo es alto. Pero recientemente los laboratorios Roche anunciaron que el Tamiflu también estará disponible para los países en desarrollo y a un menor costo (12 dólares por tratamiento, contra 15 dólares para los países desarrollados) (Science, 18 de Noviembre 2005, pag. 1103).
Posiblemente antes de la pandemia, ya se podrá contar también con una tercera droga antiviral, que actúa del mismo modo que las anteriores, y que ha sido aprobada para su uso intravenoso en pacientes hospitalizados. Se llama "Peramivir", desarrollada por los laboratorios Johnson and Johnson.
Comentarios generales
Según algunos especialistas, en esta pandemia podrían enfermar 2 mil millones de personas. ¿Cuántas morirían? ¿10 millones o 100 millones? Nadie puede asegurar nada, dado que no se sabe si el virus mutado producirá una pandemia moderada, como en el año 1968, o algo más grave, como fue en 1957, o tan grave como la influenza del año 1918. Sin embargo la preocupación es grande, dado que frente a este virus, las personas no han tenido la oportunidad de desarrollar inmunidad. Por ello los expertos creen que si la pandemia se inicia, cualquiera sea su gravedad, podría infectarse hasta el 50% de la población mundial. Dependiendo de la virulencia de la nueva cepa, probablemente entre el 30 y el 60% de los infestados, podría llegar a enfermar. En base a este escenario, la Organización Mundial de la Salud, estima que las muertes podrían variar entre 2 y 7 millones de personas.
Sin embargo algunos escépticos piensan que se esta exagerando demasiado, hasta llegar a provocar una verdadera histeria colectiva. Probablemente estamos en el tiempo en que debe aparecer una nueva pandemia, pero ¿será el virus H5N1 el culpable, o será otro virus que aun no se ha manifestado? Sin duda que el H5N1 es un virus peligroso, que ya ha contagiado a 125 personas, de las cuales 64 han muerto. Todas ellas contagiadas por contacto directo con las aves. ¿Será posible que el virus realmente mute para pasar a contagiar directamente de hombre a hombre? Hasta ahora se ha demostrado que entre humanos no es contagioso. Más aún, señalan los escépticos, el virus que contiene la Hemoaglutinia 5 (H5), nunca hasta ahora ha sido capaz de infestar directamente de hombre a hombre. Si bien es cierto que se han confirmado en humanos infecciones causadas por virus con H5, H7, y H9, también es cierto que nunca se ha sabido que alguno de ellos haya conseguido trasmitirse directamente de humano a humano. Mientras tanto se sabe que el H5N1 ha estado circulando entre cerdos, por lo menos durante los últimos ocho años, es decir, ha tenido tiempo más que suficiente como para haber mutado e infestando directamente de hombre a hombre. Todas las pandemias individualizadas durante el último siglo, han correspondido a H2, H3, y H1.
Paul Ewald, de la Universidad de Louisville en Kentucky piensa que cualquier mutación que incremente la transmisión del H5N1 a humanos, va a estar asociado con una fuerte caída en su virulencia, porque desde el punto de vista evolucionario, matar al huésped no es viable para el virus. El afirma que la pandemia de 1918 fue tan grave y letal por que las condiciones extremas de aglomeración y humedad que vivieron los soldados durante la Primera Guerra Mundial, las que son diferentes a las de ahora. Durante la guerra los soldados estaban inmovilizados y hacinados en las trincheras, o en los trenes en que viajaban para los diferentes campos de batalla. Según él, el virus H5N1 ha sido tan letal en los pollos, precisamente por su hacinamiento en los criaderos. Por estas razones piensa que si se produce una pandemia, ella sería moderada, como fue en 1957, en que murieron 2 millones, o en 1968, en que murió 1 millón (Science, Noviembre 2005, pág. 1103).
Las opiniones de Ewald son duramente atacadas por otros expertos que las estiman inconsistentes y peligrosas, dado que de los virus gripales y sus pandemias, sólo tenemos información sólo en los últimos 100 años, de modo que es arriesgado afirmar que nunca ellos (H5, H7 y H9) hayan infectado directamente al ser humano. A pesar de estas diferencias de opinión, expertos de ambas posiciones recomiendan ser prudentes y coinciden que ante la duda es aconsejable prepararse, pensando que la pandemia que debe venir puede ser muy letal. Ante esta eventualidad, mas vale continuar con los esfuerzos necesarios para contar con una vacuna efectiva y disponer de droga adecuadas para el tratamiento.
Fernando Mönckeberg Barros
Decano-Facultad Ciencias de la Salud
Universidad Diego Portales