A que edad el feto ya siente dolor
( Creces, 2006 )

Tal vez porque el feto no está en condiciones de opinar, los políticos toman su representación. En los Estados Unidos, por ejemplo, el gobierno se opone abiertamente al aborto, afirmando que el feto siente dolor a partir de las 20 semanas a contar desde el momento de la concepción. Congreso está considerando legislar obligando al médico a que informen a las mujeres que soliciten abortar acerca de estos hechos e incluso les ofrezcan la posibilidad de anestesiarlo.

Pero dos nuevas revisiones relacionadas con el dolor fetal, una de Estados Unidos y otra de Nueva Zelanda, sugieren que esa afirmación estaría equivocada, ya que se basa sólo en evidencias interpretativas de observaciones que inducen a error.

Ambos informes llegan al consenso que el feto carece del circuito nervioso necesario para recibir y elaborar estímulos sensitivos, por lo menos hasta transcurridas las 29 semanas de embarazo. Los investigadores de Nueva Zelanda van más lejos, concluyendo que el feto está inconsciente a través de todo el embarazo, permaneciendo en una sensación de sueño, incapaz de sentir dolor. Los médicos que preconizan dar anestesia durante la cirugía fetal, lo están poniendo en peligro. De hecho, algunos estudios señalan que los anestésicos pueden dañar el cerebro del niño durante el período de formación de este, que coincide con un rápido crecimiento.

Los médicos americanos, liderados por Mark Rosen de la Universidad de California en San Francisco, afirman que el feto menor de 29 semanas, no recibe señales a nivel del tálamo que se pudieran interpretar como dolor, ya que su corteza sensorial a esa edad aún no ha desarrollado el circuito como para recibir e interpretar las señales (Journal of The American Medical Association, vol. 294, p.947, 2006). "La capacidad de percepción no puede existir antes que se desarrolle el circuito, y aun cuando más tarde se desarrollase, va a requerir más tiempo para alcanzar la madurez necesaria para interpretar la sensación de dolor" dice Rosen.

En base a este trabajo, se rechaza la idea de que el feto siente dolor, sólo por el hecho de interpretar el retroceso como signo de dolor, cuando se le pone una inyección, o cuando presenta algunas reacciones al someterse a cirugía intrauterina. Los autores argumentan que reacciones similares se observan en pacientes adultos con muerte cerebral sometidos a cirugías y que lo mismo se observa en lactantes anencefálicos que carecen de corteza cerebral.

Según Raben, el dolor es una construcción psicológica, basada en experiencias y memoria, de modo que tiene que ser "aprendido", después que se han completado los circuitos cerebrales. "El dolor es una experiencia sensorial compleja que requiere de cierto nivel de conciencia, lo que es absolutamente diferente de respuestas reflejas a situaciones de estrés.

Con todo, algunos expertos que asistieron al undécimo Congreso del Dolor en Sydney, Australia, estaban en desacuerdo con lo anterior. Así por ejemplo, Lart Arent-Nielsen, experto en dolor en la Universidad de Aalborg, en Dinamarca, y revisor del JAMA (Journal of American Medical Association), afirmó que se coloca demasiado énfasis en la idea que se necesita de una corteza funcionando para llegar a sentir dolor. Afirma que a pacientes a los cuales se les ha extraído la corteza sensorial, o que han sufrido una lesión cerebral, o han tenido un tumor en la región, aún sienten dolor.

Por otra parte, los investigadores Neozelandeses, afirman que durante todo el embarazo los fetos están sedados e inconscientes, ya que el cerebro fetal y también la placenta, producen una potente hormona que induce el sueño, incluyendo la pregnanolona, un neuroesteroide anestésico. (Brain Research Reviews (DOI): 10.1016/jbrainresrev.2005 .01.006).

Esta opinión es refrendada por Maria Fitzgerald del University College de Londres, que afirma que nunca el feto esta despierto en el útero debido a la existencia de altos niveles de neuroinhibidores endógenos.

La misma opinión es compartida por David Walker del Monash University en Melbourne, quien ha estado trabajando con fetos de oveja. En estos animales se producen resultados muy semejantes a los de los humanos. "La administración de substancias químicas que bloquean la producción de algunas hormonas generadoras de sueño, gatillan un brote de actividad eléctrica en el cerebro y músculos del feto", señala Walker. Otros experimentos demuestran que las partes altas del cerebro de la oveja, no reciben información hasta después de nacimiento.

Todas estas observaciones corroboran la noción de que las hormonas suprimen efectivamente la actividad cerebral. "El objetivo es que el niño no perciba numerosas sensaciones físicas, frente a las cuales no tendría como reaccionar". "Los médicos están equivocados al pensar que si el prematuro siente dolor, también el feto debe sentirlo".

Existe preocupación por la administración de analgésicos, como la morfina durante las intervenciones, ya que hay antecedentes que señalan que estas drogas pueden afectar el desarrollo cerebral. Desde luego, en fetos de oveja se observa que al administrar analgésicos se produce en ellas, movimientos de respiratorios vigorosos que fuerzan sus músculos para consumir más oxígeno desde la placenta. "Recomendamos mucha precaución antes de administrar cualquier analgésico o anestésicos al feto, si en definitiva el objetivo es lograr un niño saludable", señala Walker (Andy Coghlan y Emma Young, New Scientist, Septiembre 3 del 2005).



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