En una reciente publicación (Science, vol. 313, pág. 1610, 2006), de un grupo de investigadores mesoamericanos, describen el hallazgo de una piedra en Veracruz, México, que contenía 62 signos inscritos, que tienen todas las características que corresponden a una escritura. Ella sería la más antigua del nuevo mundo, ya que se estima de una data de 900 años antes de Cristo. La época corresponde a la civilización Olmeca, la que cimentó las bases para los imperios posteriores, Mayas y Aztecas. "Este hallazgo ubica a la civilización Olmeca a otro nivel", señala Stephen Houston, antropólogo de la Brown University y uno de los co-autores del trabajo.

Otros antropólogos también concuerdan con la importancia del descubrimiento. "Se trata de algo muy trascendente", señala Mary Polil de Florida State University en Tallase. Ante la evidencia, aun los escépticos afirman que están convencidos que los signos de la piedra representan una escritura, sin embargo hay diferentes opiniones acerca de la fecha de data y de las implicaciones que se pueden desprender. Algunos dudan que fuera la cultura Olmeca la dominante en esa época. Bien pudiese ser que en ese entonces hubiese muchas y diferentes sociedades en Mezo América.

La civilización Olmeca apareció en la costa del golfo de México alrededor del año 1.200 A.C. y rápidamente floreció gracias a la calidad del suelo y el régimen de lluvias, que les permitió la producción masiva de maíz. El primer centro, San Lorenzo de Tenochtitlan, lo abandonaron los Toltecas 900 años A.C., junto con otro cerca de La Venta. Más tarde, 400 años A.C., los Olmecas desaparecieron. En el intertanto, durante este casi medio milenio, las costumbres Olínecas se extendieron por Mezo América y su influencia permaneció en el tiempo. Junto con crear un sofisticado calendario, también dejaron grabados jeroglíficos como los encontrados en San Lorenzo y La Venta, que para algunos expertos no podían catalogarse como escrituras (Science, 6 de Diciembre, pág 1872, 2002).