La explosión demográfica
( Publicado en Revista Creces, Septiembre 1998 )

Con la población doblándose cada 40 años, el desastre parecía inevitable. Sin embargo, los datos actuales muestran que esta comienza a estabilizarse e incluso a disminuir en algunas partes del mundo. Todo parece indicar que la bomba se ha desactivado.

Desde millones de años, la población mundial ha estado constantemente creciendo. Pero dentro de este proceso, los demógrafos han podido identificar tres grandes oleadas de incremento poblacional, cada una correspondiendo a revoluciones tecnológicas que han significado grandes cambios sociales.

La primera revolución fue cuando el hombre comenzó a fabricar herramientas, hecho que ocurrió gradualmente entre un millón y 100.000 años atrás. La segunda revolución fue cuando el hombre pasó de nómade, cazador y recolector, para estabilizarse coma agricultor. Esto ocurrió al final de la época de los hielos, hace más o menos 10.000 años.

El proceso se inició en el Medio Este y se fue extendiendo paulatinamente por toda Europa y Asia y también a América. Ella ayudó a que la población del mundo, que en ese entonces se estimaba en 10.000.000 de habitantes, llegará a 150.000.000 en la época de Cristo y a 350 millones, mil años después.

Pero en el siglo XIV la población de Asia y Europa disminuyó ostensiblemente, como resultado de la epidemia de "peste negra". Fue la peste bubónica, transmitida por moscas y ratas, que iniciándose en Asia fue extendiéndose a Europa, reduciendo en un tercio la población en ese continente. Pero luego vino la recuperación a comienzos del siglo XIX, coincidiendo con la revolución industrial.

Esta tercera revolución es la que ha elevado la población mundial a 6 mil millones. Si se toma como punto de partida el comienzo del siglo XIX, hay que concluir que la población mundial se ha incrementado hasta en 6 veces. Sólo desde el año 1960 hasta ahora, ésta se ha duplicado. Según los demógrafos, lo probable es que la población llegue a alcanzar los 10.000 millones de habitantes, y posiblemente allí se estabilizaría. Dos factores han sido fundamentales para que se produjera esta verdadera explosión demográfica:
a.- Los enormes avances en la producción de alimentos, lo que ha permitido alimentar cada vez a más personas, y b.- el control de las enfermedades que les ha permitido vivir por más tiempo.

Los demógrafos han tratado de describir el proceso de la actual explosión demográfica con un modelo que han llamado "transición demográfica". Esta transición comienza básicamente con un incremento de la expectativa de vida y con una consecutiva disminución en las tasas de mortalidad. Todo ello se produce en la medida que mejora la salud y el bienestar de la sociedad por la mejoría de la higiene y la alimentación. En el comienzo de la transición, las tasas de nacimiento permanecen elevadas, mientras que caen las defunciones, todo lo cual causa un incremento de la población. Pero eventualmente, los cambios sociales llevan a una disminución de los nacimientos, con lo que la población comienza de nuevo a estabilizarse.


Estabilización por la prosperidad

Esta transición es la que ya ha ocurrido en los países industrializados. En Europa, la declinación de la tasa de mortalidad (desde más de 30 muertes por mil personas cada año a menos de 10 hoy día) tuvo lugar gradualmente, comenzando en el siglo XVII, para continuar siempre a un ritmo lento hasta la época actual. Al comienzo del siglo XX, el crecimiento de la población europea era de 1.5% por año, y desde allí ha comenzado a caer, disminuyendo el tamaño de la familia por la adopción de métodos de control de la natalidad.

La variación a familias con menos hijos ha sido la consecuencia de cambios sociales importantes. En las sociedades pobres los niños son vitales para la labor en el campo y como proveedores de cuidados para sus padres cuando éstos envejecen. Pero en las sociedades urbanas ricas, pasan a ser una carga económica, por los costos en educación, vestuario y alimentación que ellos significan. Como por otra parte ha disminuido notablemente la mortalidad de los primeros años de vida, los padres tienen más confianza que ellos van a sobrevivir hasta su edad adulta, mientras que por otro lado existen pensiones o seguros sociales, todo lo cual no hace indispensable tener muchos hijos para asegurarse su atención durante la vejez. Es así que ahora la gente invierte más en bienes que en niños.

En Europa toda esta transición demográfica ha tornado más o menos tres siglos. Pero hoy, en los países que se están desarrollando, el proceso está siendo mucho más rápido. El cambio es especialmente evidente en el Este de Asia, que hasta hace poco tiempo estaba creciendo a un ritmo de más de 3% al año, lo que significaba doblar la población cada 25 años, con una edad promedio entre 15 a 18 años.

Esta mayor rapidez de la transición demográfica es en parte debida a la transferencia de tecnologías que han acelerado los progresos médicos en esos países, junto con los cambios económicos. Pero también refleja la adopción de actitudes dominantes en Occidente frente a la planificación familiar y la mejoría del status de la mujer.

Mientras los países industrializados están ya en una situación de población estable, el resto del mundo (85%) continúa creciendo. Sin embargo, el ritmo de crecimiento de estos últimos, está ahora disminuyendo. Ello es especialmente evidente en los países del Este Asiático, donde el incremento de población rica y urbana ya está reduciendo el tamaño de la familia. Países como China y Corea del Sur, en los últimos 20 años, ya han disminuido a la mitad su ritmo de crecimiento.

El cambio ha sido más lento en el sur de Asia. En la India por ejemplo, entre los años 1945 y 1970, las tasas de mortalidad han disminuido a la mitad, mientras aún permanecen sin cambios los nacimientos, lo que condicionó en este período que su población aumentara al doble. En la India las tasas de fertilidad (el número de nacimientos por mujer) han comenzado a disminuir. En la actualidad es de 3.5 niños por mujer. Sin embargo, en su vecino Pakistán, es aún de 5.6 niños por mujer.


Ricos y pobres

Los países africanos de la región de Sub-Sahara, están bastante más atrás, con una alta tasa de crecimiento de su población. Aquí, las mejorías en el cuidado de la salud y la higiene ha incrementado la expectativa de vida, pero en las zonas pobres rurales no hay ningún incentivo para reducir el tamaño de la familia. En muchos países africanos la familia promedio tiene aún seis o más hijos. En Kenia en los últimos años, ha habido cuatro veces más nacimientos que muertes. Por ello este país tiene ahora el más rápido crecimiento de la población, incrementándose esta en más de 4% por año.

En la última conferencia de Naciones Unidas celebrada en El Cairo en 1984, 28 países informaron que sus tasas de fertilidad se habían elevado en relación a la conferencia anterior celebrada en 1984. Veinte de estos países estaban en Africa. También en Estados Unidos estas tasas se elevaron, pero allí se debió a la inmigración Hispánica, cuyas tasas de fertilidad eran altas.

Los demógrafos dicen que ellos no ven la transición demográfica como un proceso inevitable. Algunos pesimistas arguyen que los países que se encuentran atrapados en la pobreza van a ser incapaces de lograr las condiciones sociales que empujan a las personas a reducir su familia, salvo que se apliquen ciertos grados de presión por parte de los gobiernos. Esto ha ocurrido en China, que entre la década de 1970-1980 estableció obligadamente la política de un hijo por familia, lo que redujo el crecimiento poblacional a 1% al año. Pero esto ha sido criticado por los defensores de los derechos humanos.

Sin embargo, durante la década de 1990, algunos de los países más pobres, menos industrializados y menos urbanizados, han logrado también reducir su ritmo de crecimiento sin aplicar ninguna presión. Así por ejemplo en Bangladesh, uno de los países más pobres de la Tierra, ya más del 40% de las mujeres usan contraceptivos que son proporcionados gratuitamente por el gobierno. En el hecho, en todo el mundo se está produciendo una declinación de la fertilidad, con excepción en el Medio Este y en la región tropical Sub Sahara.

Algunas naciones, dentro de este proceso, parecen estar ya en la fase de estabilización de su población. La mayor parte de los países europeos tienen ahora tasas de natalidad muy bajas, siendo la tasa promedio para Europa de 1.4.

En todo caso, entre el momento en que se inicia la disminución del tamaño de la familia y que comienza a bajar el crecimiento de la población, transcurre un período de tiempo relativamente largo. Ello se explica porque las personas que nacen hoy día, vienen a tener niños cuando alcanzan entre los 20 y 40 años. De este modo, si los nacimientos de un país alcanzan el pico máximo de crecimiento y comienzan luego a descender, resulta que un gran porcentaje de las mujeres que nacen ahora van a ser fértiles y tener niños hasta el año 2040. Pero si además continúa aumentando la expectativa de vida de la población, por este otro factor, la disminución de la población va a demorar aún más en hacerse evidente.


El cambio demora una vida

La demora en la disminución de la población se puede ilustrar con lo que sucedió en Europa Occidental durante la posguerra, con el llamado "baby boom", en que nacieron más niños que lo habitual. Allí se vio que la población continuó aumentando en muchos países europeos, aun cuando las tasas de fertilidad habían descendido por debajo de los niveles de preposición. Así por ejemplo, la tasa de fertilidad de Inglaterra, por 30 años ha estado por debajo de 2.1 (inferior a las tasas de reposición), pero aún la población no comienza a disminuir, lo que va a ocurrir en algunos años más. Por todo esto se espera que la población de Europa Occidental, como promedio entre a la etapa de estabilización en el año 2010. Mientras tanto, la composición de la población cambia con dos tendencias: un incremento de la población vieja y una disminución de la población joven. En China esta demora en la transición será aun más marcada. Si allí, a partir de ahora todas las parejas tienen dos niños, la actual población de 1.200 millones todavía seguirá creciendo hasta alcanzar 1.600 millones a fines del siglo XXI.

También podemos ver esta demora demográfica en una apreciación mundial. El máximo pico de fertilidad se alcanzó en el año 1950, cuando cada mujer tenía como promedio 5 niños. Desde entonces ha caído hasta la cifra actual de 2.9 niños. Pero no ha sido hasta la década del 90 que se ha comenzado a producir una disminución del ritmo de crecimiento de la población.

El efecto neto de los diferentes ritmos de crecimiento poblacional en los diversos países, según sean los diferentes momentos porque atraviesa cada nación en su transición demográfica, ha resultado en un aumento de la población del mundo que en los comienzos de la década del 90, creció en 90 millones de habitantes por año. Desde entonces ha estado disminuyendo, de modo que el aumento de población mundial en el año 1996, fue de 80 millones. En base a la suma de todas las tendencias de los diferentes países, los demógrafos estiman que la población del mundo se va a llegar a estabilizar alrededor de los 10 mil millones de habitantes, lo que ocurriría en la segunda mitad del siglo XXI. De allí en adelante, la bomba demográfica se comenzaría a desinflar.

Sin embargo, algunos demógrafos creen que se va a producir un estado de equilibrio antes de lo que se había pensado, ya que en la actualidad, por lo menos 50 países en Europa, el Caribe y el lejano Este, incluyendo a China, ya han alcanzado tasas de nacimientos que están por debajo de los niveles de reposición, y lo probable es que muchos otros los sigan en esta tendencia en los próximos años. Naciones Unidas ha hecho tres estimaciones de crecimiento poblacional para los próximos años, y una de ellas (la más baja) estima que el máximo de población mundial alcanzaría los 8.000 millones de habitantes en el año 2045, y de allí en adelante comenzaría a descender durante el resto del siglo XXI (fig. 1).

El demógrafo australiano John Caldwell que fue presidente de la National Union of the Scientific Study of Population, dijo en la conferencia que se celebró en El Cairo en 1994, que él creía que este último escenario sería el verdadero.

Una de las más importantes consecuencias de una dramática disminución de la población mundial, es el rápido incremento de la población vieja. En la primera mitad de la década del ´90 la población mundial creció a razón de 1.5% por año, pero el número de viejos aumentó en 2.7% al año.

La edad promedio de los ciudadanos del mundo de hoy es de 28 años. Sólo el 9% de la población tiene más de 60 años, mientras el 32 % tiene menos de 15 años. Las proyecciones para el año 2050 predicen que la edad promedio alcanzaría los 38 años, y que más del 17% estaría por sobre 60 años, cifras que ya son muy similares a las que existen en Europa. En China ya se está viendo que la población vieja está aumentando muy rápidamente y lo probable es que alcance las cifras de Europa Occidental en los próximos 35 años, lo que significa que para aquella época tendrán una proporción de gente vieja como nunca había sucedido en la historia de la sociedad humana. En Europa el aumento de la población vieja ya está presionando a los servicios de salud y a los fondos de pensiones. Ya para Japón se predicen crecimientos económicos más lentos, debido al envejecimiento de la población. Igual impacto también se comenzará a sentir pronto en los países en desarrollo. Algunos demógrafos ahora están preocupados que una rápida declinación del crecimiento poblacional podría ser peor que una declinación moderada.


Alternativas radicales

Las teorías modernas que relacionan a la población, la economía y el medio ambiente comenzaron con el economista británico Thomas Malthus. Su libro: "Un Ensayo en el Principio de la Población" se publicó por primera vez en el año 1798, en tiempo de inestabilidad social, como consecuencia de la Revolución Francesa. Este trabajo extremadamente pesimista, declaraba que la población crecería en proporción geométrica (1, 2, 4, 8, 16 y así en adelante), mientras que la disponibilidad de alimentos sólo podía crecer en proporción aritmética (1, 2, 3, 4, 5...) No viéndose forma de restringir el crecimiento de la población, el autor concluye que todo tendría que terminar en grandes hambrunas y elevados índices de mortalidad entre las clases pobres. Su tratado fue un empujón hacia el socialismo y Carlos Marx definió esta obra coma "la difamación de la raza humana". Marx aceptaba que había una sobrepoblación pero culpaba de ello al sistema económico que valoraba más el capital que a las personas.

Muchos ambientalistas modernos han revivido de las ideas Maltusianas. En 1968 el ecologista americano Paul Ehrlich escribió su polémica obra "La Bomba de la Población", en la que afirmaba que cientos de millones de personas antes de 1985 morirían de hambre, debido a la sobre población. Del mismo modo en el año 1972, el Club de Roma, un grupo muy influyente de industriales e intelectuales, usando simulaciones en computación, publicaron su informe titulado "Los Límites del Crecimiento". Ellos predecían un colapso catastrófico de la población para el año 2025, debido al crecimiento descontrolado de ésta y los recursos limitados para sustentarla.

Los analistas sociales han hecho énfasis en que son la pobreza y la inseguridad las que inducen a las familias a tener un gran número de hijos. Han argumentado que los avances sociales y económicos son los que en definitiva reducen el crecimiento poblacional, iniciando así a transición demográfica antes definida. Académicos americanos, como Frances Moore Lape arguye que el elevado crecimiento poblacional del mundo moderno es el resultado del abuso de los derechos humanos de los pobres.

Los pesimistas como Ehrlich, argumentan que el rápido crecimiento poblacional de los países pobres, está destruyendo los recursos naturales, como son los suelos y los bosques, y que ellas nunca serán capaces de aprovechar los avances económicos y sociales que le pudieran poner un freno al crecimiento poblacional.

Ellos visualizan una crisis Maltusiana, que afectando primero a naciones individuales se extendería posteriormente a todo el mundo.

Pero una alternativa radical a la visión Maltusiana, ha sido ofrecida por el economista danés Ester Boserup en su libro: "Las Condiciones del Crecimiento Agrícola (1965)". Mientras Maltus afirma que el crecimiento agrícola se verá limitado por el crecimiento poblacional, Boserup dice que el crecimiento poblacional lleva a avances tecnológicos que incrementan la producción agrícola y crean desarrollo económico. La idea ha sido tomada por economistas de derecha, como Julian Simon de la Universidad de Maryland que afirma que si bien es cierto que el crecimiento poblacional significa más bocas que alimentar, también significa que hay más manos para trabajar y más cerebros para pensar".


1.- Distribución poblacional

A pesar del masivo crecimiento de la población mundial producido durante los últimos dos siglos, las partes del planeta que estaban más densamente pobladas antes que comenzara la Revolución Industrial (Europa y el Este y Sur de Asia) continúan aun hoy siendo las de mayor población. Las Américas y Australia permanecen hoy relativamente despobladas, con excepción de sus grandes ciudades, como Los Angeles, Ciudad de México, y Sidney. También Africa aparece comparativamente despoblada, a pesar que existen bolsones densos como la costa de Africa Occidental, Egipto, y las tierras altas del Este de Africa.

Pero a pesar que la población de otros países se estabiliza, Africa en cambio se espera que continúe con un rápido crecimiento aun por algunas décadas. Su crecimiento poblacional es ahora el más alto del mundo, En 1996, por primera vez en la historia, Africa tiene más población que Europa. Las proyecciones de Naciones Unidas sugieren que Nigeria triplicará su población, alcanzando los 340 millones. Las proyecciones indican que el continente en total va llegar a cuadruplicar su población, hasta que se inicie la etapa de población estable.

En la medida que la población del mundo ha crecido, millones de personas han migrado desde las áreas más densamente pobladas, buscando nuevas tierras y nuevas oportunidades o simplemente para escapar de la pobreza o la persecución. Las mayores migraciones han sido desde Europa y el Viejo Mundo hacia el Nuevo Mundo de las Américas. En la época en que ella se produjo, al comienzo de la primera mitad del siglo XIX, dos tercios de los migrantes procedían de Inglaterra y un cuarto de Alemania. En la segunda mitad de ese siglo, la migración vino de Irlanda, Italia, España y del Este de Europa.

Inglaterra también colonizó otro nuevo continente, Australia, que en un comienzo fue una colonia penal. Pequeñas cantidades de personas se trasladaron temporalmente para gobernar otras colonias europeas y territorios imperiales. Otras personas migraron forzosamente, como los 15 millones de esclavos que antes de 1850 fueron llevados desde Africa a América. También los colonialistas europeos transportaron hindúes al Este de Africa, Malasia y las islas del Caribe en el Pacífico. Otras personas migraron escapando de persecuciones o del hambre. Esta categoría incluye a judíos que abandonaron Rusia en el siglo XIX, o desde Alemania huyendo de los nazis en las décadas del 30 y el éxodo masivo de irlandeses por la "hambruna de la papa" en la mitad del siglo XIX.

Durante el siglo XIX hubo también grandes movimientos de personas dentro de los países. En Norte América, millones de personas se trasladaron a las tierras del Oeste, y de la Rusia Europea a Siberia. En la primera mitad del siglo XX, la expansión del imperio soviético llevó millones de rusos al Asia Central, Siberia, lejos a la Rusia del Este y al Báltico y Europa Central. La disolución de los imperios coloniales de los países europeos también gatillo nuevos movimientos. Inglaterra, en la década del 60, estimuló a caribeños y población del Sur de Asia para que vinieran a trabajar a ese país. Del mismo modo, muchos habitantes de Africa del Norte y Este, se trasladaron a Francia.

En la década de los 90 también ha habido migraciones masivas. Más de un millón de personas ha salido de Europa Oriental después del colapso del imperio Soviético. Durante la crisis del Golfo en el año 1991, cinco millones de trabajadores extranjeros en Irak, Kuwait y Arabia Saudita volvieron a sus hogares en Egipto, Jordania, Yemen e India. Mientras tanto las guerras civiles y las persecuciones forzaron a los ruandeses a migrar a Zaire y Tanzania, mientras los kurdos iraquíes migraron a Turquía. por otra parte ha habido un flujo continuo de mexicanos y centroamericanos que entran ilegalmente a los Estados Unidos. En la actualidad los países desarrollados hacen esfuerzos para impedir la migración de lo que ellos llaman "refugiados económicos", para que no crucen sus fronteras.

2.- LAS MUJERES TOMAN EL CONTROL

Son numerosos los países subdesarrollados que intentan disminuir su crecimiento poblacional. Las excepciones son los países prioritariamente católicos, como Chile y Argentina, cuyos gobiernos se oponen a los métodos de control artificial de los nacimientos. Sin embargo, Italia y España tienen las tasas de fertilidad más bajas, en los niveles de 1.2 y 1.15 niños por mujer respectivamente. Muchas naciones islámicas también se resisten a adoptar políticas de restricción en el crecimiento poblacional. Arabia Saudita, Sudan y el Líbano boicotearon la conferencia patrocinada por Naciones Unidas que se celebró en El Cairo en 1994.

Aun así, según Naciones Unidas, el 55% de las mujeres en edad de procrear, ahora usan métodos contraceptivos. Los métodos varían dependiendo de las políticas de gobierno y de las condiciones sociales. En China y Cuba, los respectivos gobiernos presionan a las mujeres para usar dispositivos intrauterinos, mientras que en Alemania, la mayor parte toma píldoras. En otras partes, los hombres toman la iniciativa. En Japón el condón es el rey, mientras en Inglaterra es muy frecuente la vasectomía. En Turquía, las estadísticas señalan que el retiro antes de la eyaculación, es el método preferido.

En muchos países hay un amplio rango de métodos disponibles sin costos. En China el 90% de las mujeres usa dispositivos intrauterinos y en Asia lo más usado es la esterilización.

3.- MOVILIZACIÓN HACIA LAS CIUDADES

Dentro de los países, las mayores migraciones ocurren desde el campo a la ciudad. Los demógrafos esperan que en los próximos 30 años, la mayor parte de la población mundial estará viviendo en las ciudades. La gente es “empujada” desde el campo debido a la mecanización de la agricultura y por la declinación ambiental. Llegan a las ciudades en busca de trabajo y también para utilizar las inversiones que los gobiernos hacen en servicios como escuelas, hospitales y caminos, las que casi siempre se concentran en las ciudades.

Las "megaciudades", que son las ciudades con más de 10 millones de personas, en algunos países han llegado a ser dominantes. Ciudad de México, Sao Paulo, Shanghai y Bombay, ya albergan cada una alrededor de 16 millones de personas. Tokio, la más grande, tiene 27 millones de habitantes.

Sin embargo, después de una generación de crecimiento muy rápido, durante la presente década, el crecimiento de las megaciudades ha tenido un ritmo decreciente. En la reunión organizada por Naciones Unidas (Habitat II) se escuchó repetidamente acerca del colapso de los servicios y los problemas de contaminación y polución, además del incremento del crimen. Muchos de los habitantes de estas ciudades viven en poblaciones marginales. Con todo, sólo el 3% de la población mundial vive en megaciudades. Pero lo cierto es que en muchos otros países está creciendo rápidamente la población urbana.

4.- EL CASO EN CHILE

Chile, durante a segunda mitad del presente siglo, ha experimentado también una rápida transición demográfica. En aquella época la población era muy joven (ver Figura 5), con una tasa de fertilidad también muy alta (5 niños por mujer). La mortalidad en los primeros años de vida era muy elevada, pero debido a la alta tasa de fertilidad, el crecimiento poblacional era de 3.8% al año, lo que significaba que a ese ritmo se estaba duplicando la población en menos de 20 años. En la actualidad estas cifras han cambiado fundamentalmente, bajando en forma espectacular la mortalidad de los primeros años de vida y también ha descendido la fertilidad, de modo que el crecimiento actual es de 1.4% al año. Todo hace predecir que la transición demográfica continuará, con lo que se llegará en los próximos decenios a una situación de equilibrio poblacional y probablemente más tarde a un descenso de la población.

Durante este período (1950-1997) ha aumentado notablemente la expectativa de vida, que se ha elevado de 40 a 75 años. Con ello ha comenzado a aumentar el porcentaje de personas mayores de 60 años, siendo actualmente de 10%. En el futuro, necesariamente este porcentaje continuará incrementándose, aunque demorará algunos decenios en llegar a las cifras de los países europeos (18%).



Consultor ambiental de New Scienstist.

Artículo: New Scientist,

(Inside Science Nº 112, Julio 11, 1998)


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