Más sobre la droga obestatina y el apetito
( Creces, 2007 )
En este mundo estamos actualmente enfrentando una epidemia de obesidad, y cualquier noticia de nuevas drogas que pudieran disminuir el apetito, pasa a ser una noticia importante. Tal era el caso de la obestatina.
Habíamos informado que la obestatina, un polipéptido derivado de otra hormona peptidica llamada Ghrelina, liberada con las comidas, que aunque parezca raro se decía que tenía un efecto inverso a la obestatina (Un sólo gene para la saciedad y el hambre). La Ghrelina es un polipéptido que en ratas se demostró que incrementaba la ingesta de alimentos. En cambio la obestatina se había demostrado que en los mismos animales disminuía el consumo de alimentos, al mismo tiempo que retardaba el vaciamiento gástrico y disminuía el peso. Este interesante efecto despertaba un inmediato interés y se había llegado a demostrar que su acción se ejercía por interacción de una proteína G, asociada con un receptor celular llamado GRP39.
Pero más recientemente otros laboratorios sugieren que los obestatina regulan el balance energético por un mecanismo diferente al originalmente propuesto, ya que el efecto en la ingesta de alimentos, es muy débil. A. Moechars y colaboradores, encuentran en ratas deficientes en GRP39, el putativo receptor celular de la obestatina, ganan peso más fácilmente que las ratas controles normales, y los autores atribuyen esto a un efecto inhibidor del GRP39 sobre la motilidad gastro intestinal, y no a que disminuye el apetito, ya que la ingesta de alimentos fue similar en ambos grupos de ratas (Gastroenteroligy vol. 131, pág. 1131, 2006).
Por otra parte, C. Nogueiras y sus colaboradores (Endocrinology 10. 1210/en.2006-0915 (2006)) inyectaron ratas con obestatina obtenido de tres diversas fuentes, observando que no tenía efecto en la ingesta de alimentos, ni en el peso del cuerpo del animal u otro parámetro fisiológico relacionado con el balance energético. Ninguno de los dos grupos de investigadores fue capaz de detectar efecto alguno del gene GRP39 a nivel del hipotálamo, la región del cerebro en que actúan la mayor parte de las hormonas que modifican el apetito. En definitiva, los obesos deben olvidarse de esta nueva posibilidad, que esta droga les pudiera disminuir el apetito en forma significativa.