El genoma de la abeja
( Creces, 2007 )

Descifrar el genoma de la aveja Europea melífera (Apis mellifera), que consta de 236 millones de bases, demoró cuatro años.Su secuencia ha sido publicada en la revista Nature de Octubre 26 del año 2006, y ya ha inspirado una docena de publicaciones que están apareciendo en varias revistas. Se han identificado 10.157 genes, que entre muchas otras cosas mantienen el secreto de su comportamiento social, su fisiología y los caminos seguidos en la evolución de las abejas.

Los investigadores esperan que al descifrar la secuencia de sus bases va a permitir avanzar en la genética y establecer las bases neurales de su comportamiento social. Las abejas en sus panales están organizadas en torno a una reina que pone huevos, y que es atendida por obreras, que en la evolución de sus vidas siguen una secuenciación de cargas muy pesadas, como alimentar a las larvas, como también juntar forraje para alimento, hasta defender sus nidos. Con sólo un millón de neuronas, el cerebro de la abeja es relativamente simple, sin embargo su comportamiento es realmente sofisticado. Por ejemplo, ellas desarrollan una serie de danzas coreográficas para comunicarse entre sí donde se ubican las flores con el néctar apropiado.

La tarea de los científicos ya ha comenzado. Con la información que ha entregado su genoma, Gene Robinson, un neurobiólogo de la Universidad de Illinois, ha iniciado el análisis de la estructura genética de su comportamiento (Science, Octubre 10, 2003, pág. 296). Para ello han desarrollado micro celdas (microarrays) para determinar cuales de 5500 genes se activan en las abejas jóvenes para ir desarrollando su maduración (Proceeding of the National Academy of Sciences, Octubre 26, 2006).

Otros dos estudios, publicados en el mismo Proceeding (26 de Octubre) y también en Science (Octubre 2006, vol. 314), han tomado parte de la región regulatoria que controla 3219 genes que actúan sobre el cerebro de la abeja, incluyendo también algunos que son importantes para desarrollar la labor de recolección de forraje. Lo que es interesante, es la existencia de enzimas necesarias para la metilación de los genes, que al igual de los vertebrados incluyendo al hombre, son importantes para silenciar genes. Ello les interesa mucho a las personas que tratan de estudiar el comportamiento humano, los genes y su relación con el medio ambiente (El código de las proteínas histonas actúa regulando la expresión de los genes) y (Mecanismos epigenéticos explican traspaso de información transgeneracional).

Mientras tanto, otros biólogos evolucionistas comienzan a comparar el genoma de las abejas con el de las ratas y también con la de otros insectos, como la mosca de la fruta, o los mosquitos y el gusano de seda. Más aún, otros investigan el genoma en comparaciones a lo que encuentran en abejas fosilizadas en ámbar 100 mil años atrás, para saber cómo han evolucionado y cómo ellas han llegado a ser importantes polinizadoras.

Si bien desentrañar el genoma de la abeja demoró cuatro años, el individualizar genes y sus combinaciones de acciones, tomará bastante tiempo más.



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