En España encuentran restos humanos de más de un millón de años
( Creces, 2007 )

Es la primera prueba de la presencia humana en Europa, con anterioridad al "homo antecesor".

El equipo de excavación que trabaja en los yacimientos prehistóricos de la Cueva de la Sima del Elefante en Atapuerca (Burgos) ha descubierto restos que confirman la presencia humana en Europa desde hace más de un millón de años. Según los primeros indicios, se tratan de restos de un ancestro de homo antecesor, una especie que ya había sido descubierta en el yacimiento de la Gran Dolina, también en la Sierra de Atapuerca.

Hasta ahora, los últimos hallazgos del Homo antecesor databan de hacía 800.000 años. El debate sobre el momento en el que tuvo lugar la primera colonización humana del continente europeo ha interesado a científicos y arqueólogos a lo largo de la historia; los primeros hallazgos arqueológicos y paleontológicos hablaban de hace medio millón de años; pero esta fecha quedó pronto corta y los restos en yacimientos como Monte Poggiolo en Italia, Le Vallonet en Francia o Gran Dolina en Atapuerca, ya alejaban al primer europeo hasta un millón de años. Se trataba del hallazgo de herramientas de piedra, que sólo podían ser explicadas por la presencia de hominidos en Europa en aquella época tan remota.

En julio de 1994 aparecieron en el nivel TD6 del yacimiento de la Gran Dolina un centenar de restos humanos de una especie desconocida hasta entonces y asociada a numerosos instrumentos de piedra. Tres años más tarde, la revista Science publicaba la denominación de una nueva especie, el Homo antecesor, el explorador, el primer colonizador de Europa, con una antigüedad de 800.000 años.

El pasado 27 de junio, un equipo de Atapuerca encontró un premolar humano en el nivel TE9 del yacimiento de la Sima del Elefante. Se trata del resto fósil humano más antiguo de Europa occidental.

Los restos hallados se encontraban en el nivel TE 9 del yacimiento de la Sima del Elefante, donde ya se habían encontrado restos de algunas especies de mamíferos, como bisontes, jabalíes, ciervos, e incluso un resto de macaco, uno de las pocas especies de primates europeos de ese período. Además, piezas de aves y de un pequeño ratón, Allophayomis lavocati, que permitía aventurar una cronología de más de un millón de años para este nivel.



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