El misterio de los geoglifos del desierto de Perú
( Creces, 2007 )

Los geoglifos en el desierto peruano hasta ahora no tenían una explicación lógica. Si bien ellos eran una demostración de una cultura avanzada del pasado, no se conocía la motivación ni qué sucedió más tarde con esa cultura, que desapareció sin dejar otros rastros. Ahora las acuciosas investigaciones de un equipo de arqueólogos dan una respuesta lógica.

Se cree que entre los años 500 antes de Cristo y 650 después de Cristo, en la zona de Nazca y el valle de Palma, a 400 kilómetros al sur de Lima, se desarrolló y vivió una sofisticada cultura, cuya existencia se manifestaba por grandes signos que sus habitantes dejaron dibujados en el suelo del desierto de Atacama. Su enorme amplitud sólo se podía apreciar desde el aire, observándose dibujos de animales, figuras humanoides, o simplemente complejas líneas trapezoides de hasta dos kilómetros de largo (figura). Son estos trazos tan curiosos y precisos, que algunos sugerían que para su diseño y ejecución debían haberse necesitado elevarse en globos llenos de aire caliente. Nadie sabe que objetivos tenían y se tejían las más diversas hipótesis. Algunos pensaban que correspondían a cartas astronómicas, o que correspondían a sitios de ceremonias religiosas, mientras otros hasta llegaban a especular que habían sido realizadas por extraterrestres.

Recientemente un equipo de arqueólogos internacionales de Perú, Alemania, Suiza y Austria completó un trabajo que duró diez años y cuyo objetivo fundamental fue encontrar una explicación a estos curiosos geoglifos del desierto. Recientemente los investigadores presentaron sus resultados en una reunión que se celebró en Bohn, Alemania, afirmando que sin lugar a dudas estas figuras teñían una función ceremonial y que no eran simples pinturas caprichosas realizadas en el suelo. También por los descubrimientos del equipo de científicos, fue posible formarse una visión sin precedentes de la cultura que creó estas famosas líneas de Nazca, aventurando incluso las razones de su eventual desaparición.


Las más variadas explicaciones

Fue a fines de la década de 1920 cuando Paul Kosok por primera vez observó las líneas de Nazca, las que pronto atrajeron la atención de diversos arqueólogos. El Americano Paul Kosok comenzó a catalogar las líneas, mientras estaba estudiando un antiguo sistema de irrigación. Después de su muerte, su ayudante alemana, María Reiche sostuvo la teoría que las líneas correspondían a antiguas observaciones astronómicas que ayudaban a seguir los desplazamientos del sol y las estrellas en el cielo

Fue algo más tarde, en el año 1968, cuando las líneas se hicieron famosas por el libro que escribió el suizo Eric von Daniken (Chariots of the Gods?), él que usando las líneas como principal argumento, sostenía que alienígenas habían influenciado sobre antiguas culturas en diversas partes del mundo. Ello marcó un hito, ya que desde ese momento ningún arqueólogo quiso aparecer como estudiando esas peregrinas ideas de Von Daniken para no aparecer ridículo. Nadie se atrevía a investigar sobre ellas por temor que los asociaran a las ideas de Däniken.

Sólo en 1997, con fondos provenientes de la Swiss-Liechtenstein Foundation for Archaeological Research Abroad, se logró formar un equipo de arqueólogos dirigidos por Markus Reindel del Instituto Alemán de Arqueología (DAI) y Johny Isla del Instituto Andino de Investigación Arqueológica de Lima, Perú, los que posteriormente formaron un grupo internacional con investigadores de diferentes países.

Trabajaron en el Valle, Palpa ubicado más al sur y que no estaba tan bien documentado como el Valle Nazca. Comenzaron creando un detallado registro de todo lo observado, desde sitios de establecimientos de los antiguos habitantes, hasta el análisis detallado de los geoglifos. Además de los trabajos tradicionales en el plano y excavaciones, usaron un avión ligero para tomar fotografías en altura, de alta resolución en blanco y negro de todos los diseños dibujados en el suelo.


El misterio de las líneas

Concluyeron que la construcción de los geoglifos no necesitó de extraterrenos, ni tampoco de globos aerostáticos. Observaron que el suelo rocoso tenía una alfombra de rocas volcánicas oscuras cubiertas por una capa de arena clara, de modo que sacando la capa superior de rocas se podía crear en el suelo diseños con alto contraste. Ello era simple, aun cuando requirió de gran trabajo, considerando la gran cantidad y extensión de los dibujos.

Basándose en sus hallazgos, especulan que para seguir la rectitud de los diseños, habían hecho uso de puestos elevados de observación construidos de piedras y colocados a intervalos regulares, lo que les permitía el uso de cordeles y estacas para trazar líneas rectas o geométricas en el suelo del desierto.

Si bien es cierto que estos mirados a nivel del suelo, prácticamente pasan desapercibidos o son incomprensibles, sin embargo desde cierta distancia se aprecian perfectamente sus formas. Concluyen los investigadores que los dibujos obedecían a razones ceremoniales, y que las personas caminaban por sobre las líneas, o participaban en ceremonias realizadas en el área delimitadas por ellas.

Mas allá del análisis y estudios de los dibujos, y utilizando metodologías arqueológicas tradicionales, lograron también interesantes revelaciones. Excavando descubrieron plataformas cubiertas y pequeños edificios al final de las largas líneas de geoglifos. Encontraron agujeros más profundos adyacentes a las plataformas, sugiriendo que correspondían a las bases de construcciones de varios metros de alto que servían de puntos de orientación en el desierto. Cerca de ellas también encontraron numerosos restos de alfarería y evidencias de ofertas y sacrificios, incluyendo cuyes, maíz, peces y conchas marinas provenientes de sitios distantes de miles de kilómetros, todo lo que indicaba que estos sitios tenían una función religiosa, de rogaciones por agua y fertilidad.


Una sorpresa real

El equipo de científicos también investigó a cerca de las personas que crearon estos geoglifos. Hasta entonces se creía que la cultura Nazca estaba constituida por una sociedad carente de estratos jerárquicos a juzgar por la simpleza y modestia de las tumbas que se habían encontrado. Pero excavando en un sitio llamado La Mufla, descubrieron una necrópolis real. A seis metros de profundidad encontraron una cámara mortuoria llena de alfarería y otros utensilios, lo que interpretaban como evidencias que los Nazcas realmente tenían una sociedad organizada en clases.

También creen haber resuelto otro misterio: ¿qué sucedió a la compleja cultura que había desarrollado tales inscripciones? Piensan que alrededor de 500 años antes de Cristo, la región comenzó a experimentar cambios progresivos en su clima, llegando a ser extremadamente seco. Hasta entonces la gente de Nazca habría vivido en el valle alimentando a sus animales con pastizales y aprovechando el agua que corría por ríos generados en las tierras altas. En la medida que estos se fueron secando, desaparecieron los pastizales, y la gente se vio obligada a migrar hacia las montañas.

La migración habría sido paulatina, según los datos recogidos por el carbono 14. Los pobladores fueron abandonando sus tierras paulatinamente, en busca de nuevas lugares en las tierras altas. Ya en el año 650 después de Cristo, la cultura Nazca había muerto definitivamente.

Terminaron señalando la necesidad de preservar estos geoglifos de cientos de años de antigüedad, dado que hay inicios de nuevos dibujos y modificaciones de otros hechos por residentes o visitantes de la región. Las Naciones Unidas, las han decretado como Herencia Mundial, por lo que se necesitaría de protección y cuidados.



• Para más detalles ver: Andrew Curry; Digging Into a Desert Mystery, en Science, vol. 317, Julio del 2007, pág 446.



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