Probióticos e Inmunidad *
( Creces, 2010 )

Durante muchos años las bacterias lácticas han sido usadas en forma empírica (yogur, leches cultivadas) para prevenir y/o curar enfermedades gastrointestinales. Actualmente se les denomina probióticos.

Los probióticos son microorganismos vivos, bacterias o levaduras, que después de ser ingeridos transitan vivos a través del intestino y pueden ejercer funciones específicas y beneficiosas en la salud humana.

Como los probióticos se usan para regular la microbiota intestinal, los efectos que ejercen sobre el organismo son muy similares a las funciones ejercidas por la microbiota: protectores, nutricionales y metabólicos. Estos efectos contribuyen a mantener la salud de las personas y a prevenir el desarrollo de enfermedades. Además han sido utilizados con éxito en el manejo nutricional de varias patologías tanto locales como sistématicas.

Durante los últimos años, gran número de estudios básicos y clínicos se han realizado para observar el real impacto de los probióticos en la salud del ser humano, entre ellos se ha confirmado que la ingestión de Lactobacillus mejora la tolerancia de la lactosa en individuos hipolactásicos, disminuye la colonización intestinal por agentes patógenos lo que se manifiesta clínicamente por la reducción de la aparición de diarrea.

Existen otros estudios que sugieren un efecto de los probióticos en la estimulación del sistema inmune, la reducción de niveles de colesterol plasmático y la disminución en la colonización por H pylori.


¿Qué sucede en inmunidad y alergia?

En Finlandia se han realizado diversos estudios, con probióticos como B. lactius Bb612 o Lactobacillus rhamnosus GG, donde se ha observado que cuando se usan estos microorganismos en niños, hay una reducción del eczema atópico durante los primeros 7 años de vida, sin embargo en prevención de alergias en general hay muy pocos resultados. En los últimos años se ha sugerido que bacterias prebióticas pueden promover mecanismos de barrera endógenos en pacientes con dermatitis atópica y alergia alimentaria, que disminuyendo la inflamación intestinal, pueden ser de utilidad en el tratamiento de niños con alergia alimentaria, pero nada demostrado aún.

Una de las aplicaciones más interesantes en respuesta inmune, acerca del uso en pediatría de estos microorganismos que se encuentran en el mercado, ya sea en fórmulas lácteas o en comprimidos, es la capacidad de crear inmunidad a nivel respiratorio, disminuyendo la intensidad de los episodios de resfrío común e infecciones respiratorias de invierno, cuando se consumen por tiempo prolongado, a modo de prevención.

La relación bacterias lácticas/sistema inmune puede ocurrir a distintos niveles. En ratas recién nacidas que reciben leche de vaca, Lactobacillus GG estimula el desarrollo de una respuesta inmune local (IgAs) que reduce la absorción de antígenos de la dieta y protege contra la alteración de la permeabilidad intestinal, lo que podría llevar a plantear una disminución en las alergias alimentarias al usar este prebiótico en humanos, algo que aún no se ha podido demostrar.

En otras áreas de la imunidad, se ha visto que la administración simultánea de Lactobacillus GG con una vacuna oral antirotavirus en niños de 2 a 5 meses produjo un aumento de la conversión IgM e IgA anti-rotavirus. Estos resultados muestran que ciertas cepas de Lactobacillus tienen propiedades inmunoestimulantes sobre la respuesta inmune frente a vacunas orales, mejorando la respuesta en los pacientes vacunados.

La respuesta inmune celular también puede ser estimulada por probióticos: algunas cepas lácticas inducen la secreción de las citoquinas proinflamatorias TNF-a e IL-6 de la citoquina antiinflamatoria IL-10 por linfocitos periféricos humanos cultivados in vitro. Es aquí donde Trapp et al. describieron niveles inferiores de IgE total en un grupo de sujetos que ingirieron yogurt durante 4 meses, lo que se traduce en una menor frecuencia de alergia.

En conclusión, la gran cantidad de estudios realizados en los últimos años sobre probióticos han demostrado que un porcentaje importante de las bacterias lácticas o de levaduras ingeridas sobrevive en el tubo digestivo, pudiendo modular la flora intestinal, estimulando el sistema inmune local y mejorando la digestión de ciertos alimentos, con resultados beneficiosos para la salud. Estos efectos son específicos de cada cepa, lo que realiza la importancia de saber seleccionar las cepas que se usan en las diversas situaciones fisiológicas o patológicas en que se aplicarán.

Los probióticos son inocuos para el ser humano, a cualquier edad y en diferentes estados fisiológicos, incluyendo ancianos y embarazadas. A pesar de los numerosos resultados obtenidos con éxito, es necesario seguir explorando las propiedades funcionales de los probióticos, para optimizar su uso, tanto en el campo nutricional como inmunológico.



*Dra. Sylvia Cruchet
Gastroenterología y Nutrición Pediátrica
INTA, Universidad de Chile


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