Síndrome de Ovario Poliquístico *
( Creces, 2010 )

Este trastorno está presente en todos los períodos de la vida de las mujeres que lo padecen. Por ello es necesario recomienda y hacer un control médico periódico que vaya más allá del fin del período reproductivo.

“Existe un falso concepto sobre el Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP): muchas mujeres creen que éste sólo esta presente en la etapa reproductiva, lo cual es un error, pues es una enfermedad crónica que la acompañará durante toda la vida y que si no es tratada puede causar graves daños a la salud”, explica la doctora Teresa Sir Petermann, profesora titular de Medicina Occidente de la Universidad de Chile, y endocrinóloga de la Clínica Las Condes.

Según aclara la especialista, esta no es una enfermedad ginecológica, sino un desorden endocrino-metabólico potencialmente severo y de origen incierto, que no se cura, aunque si se pueden tratar sus síntomas y atenuar sus consecuencias.

“En general, el SOP se caracteriza por un conjunto de síntomas relacionados con el aumento de los niveles de andrógenos (hiperandrogenismo) que en la mujer pueden causar hirsutismo o exceso de vello facial o corporal, acné, pérdida de cabello y seborrea. Además, el mayor número de estas pacientes presentan insulina resistencia, lo que origina ganancia de peso y obesidad del tipo androide, es decir, grasa localizada en la zona abdominal.”

Y agrega que el hiperandrogenismo también altera el desarrollo de los folículos en los ovarios, ocasionando ciclos menstruales irregulares, como ausencia de reglas o sangramiento excesivo. Todo ello afecta las capacidades reproductivas de la mujer, pues en quienes sufren este mal las ovulaciones son menos frecuentes, por lo que la fertilidad de las mujeres que la padecen es baja, a lo que se suma que su endometrio es poco receptivo, lo que dificulta la anidación del embrión.


Efecto global

Pero los efectos de esta enfermedad van mucho más allá de la posible infertilidad y problemas estéticos.

“El SOP se presenta a lo largo de toda la vida de la mujer. Desde la pubertad hasta el término de la etapa reproductiva predominan las manifestaciones cutáneas del hiperandrogenismo y las alteraciones del ciclo menstrual, por lo que consultan habitualmente estas pacientes y permite un diagnóstico relativamente temprano.

Mientras que a partir del término de la etapa reproductiva, se exacerban las anormalidades metabólicas, como diabetes 2, cardiopatía coronaria, dislipidemia e hipertensión arterial, el riesgo oncológico, como el cáncer de endometrio, de mamas y de ovario, que inicialmente no dan manifestaciones clínicas y pasan desapercibidas. Cabe hacer notar que las alteraciones metabólicas están presentes desde etapas muy tempranas del desarrollo sexual (niñez) y se hacen más evidentes a medida que se envejece. Por ello, es importante enfatizar que el SOP debe ser controlado durante toda la vida.

Así por ejemplo, señala la especialista que las mujeres con SOP presentan un riesgo 3 veces mayor de morir por complicaciones de la diabetes y 2 veces mayor de morir por enfermedad cardiovascular.

“En este contexto, el riesgo de presentar infartos al miocardio es 7 veces mayor que la población de mujeres sin este síndrome”.

Por ello dice, la detección precoz de la enfermedad es fundamental para un tratamiento exitoso. Sobre todo si se piensa que estudios realizados por investigaciones de la Facultad de Medicina Occidente de la U. de Chile y de la U. de Concepción, indican que los hijos e hijas de mujeres con Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP) presentan mayor peso corporal y resistencia insulínica temprana, lo que aumentaría su propensión a desarrollar diabetes mellitas tipo2 (DM) y enfermedades cardiovasculares.

Y basado en el concepto que el SOP no es curable involucra una serie de riesgos tanto reproductivos como metabólicos, señala que debiera hacerse énfasis en la prevención del desarrollo de este síndrome y prevención de las complicaciones a largo plazo. Es interesante hacer notar que las mujeres jóvenes con SOP tienen el mismo riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y cánceres hormona-dependientes que mujeres de mayor edad de la población general.

Además, se debe considerar que en la génesis de este síndrome se han involucrado factores genéticos y epigenéticos. Así, si bien el patrón genético no es modificable, los factores epigenéticos (factores ambientales que modifican la expresión de ciertos genes) son de gran trascendencia, sobre todos aquellos que se presentan durante el período prenatal.

Debido a lo anterior la prevención del SOP parte desde la vida intrauterina, con un “buen manejo del embarazo de la madre”, es decir que se embarace con un peso aceptable y que no presente un alza de peso excesivo durante el embarazo, pues de acuerdo a los estudios realizados por los investigadores chilenos mencionados, tanto los hijos como las hijas nacidos de madres con SOP tendrían riesgos metabólicos y reproductivos en su vida post-natal, que se relaciona al peso de la madre y patologías del embarazo, como diabetes gestacional y preeclampsia.

Luego, afirma, se debe continuar con la prevención de la obesidad durante la niñez y la adolescencia mediante un cambio del estilo de vida con dieta y ejercicio adecuados, que debe mantenerse hasta la adultez.
Durante la vida adulta, además de la corrección de la obesidad, es importante mantener un balance hormonal satisfactorio. Todo ello, con el fin de oponerse al efecto facilitador de una exposición prolongada a estrógenos en el desarrollo de ciertos tipos de neoplasias.

Por otro lado, al término de la edad reproductiva, estas mujeres presentan una exacerbación de sus riesgos cardiovasculares. Y de acuerdo a estudios del Dr. Nicolás Crisosto, investigador del grupo de la Facultad de Medicina Occidente de la U. de Chile, ellas tendrían una masa folicular aumentada, lo que les permitiría secretar estrógenos hasta etapas más tardías en comparación a mujeres sanas, y aumentaría el riesgo de cánceres hormona-dependientes.




*DRA. TERESA SIR P.
Jefa del Laboratorio de
Endocrinología y Metabolismo
De la Facultad de Medicina
Occidente de la U de Chile


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