Encefalopatía traumática crónica del deportista
( Creces, 2009 )
Es un hecho que el cerebro no está hecho para golpearlo. Si bien es cierto que está protegido por el cráneo, cada golpe lo hace rebotar y ello repercute en su delicada estructura. Es conocido que con los primeros golpes que reciben los boxeadores se daña el cerebro y estos se van intensificando con el tiempo, todo lo que más tarde se traduce en diversos síntomas clínicos.
(En el boxeo bastan los primeros golpes para lesionar el cerebro)
El daño se expresa en sus inicios por deterioro de la memoria, luego se va dañando la coordinación mental y aparece una dificultad progresiva en el lenguaje. En la estructura histológica puede apreciarse neurofibrillas, que aparecen alrededor de los vasos sanguíneos, en forma muy semejante a lo que se observa en la enfermedad de Alzheimer (Neuropathology and Applied Neurobiology, Febrero de 1966).
Tampoco los futbolistas se escapan a este daño. No basta el cráneo para proteger el cerebro, cuando este es golpeado por una pelota que pesa medio kilo y viene con una velocidad de 120 kilómetros por hora. Los daños se intensifican con el tiempo, ya que los golpes van pasando su cuenta. Se ha podido observar que mientras mayor es el nivel competitivo alcanzado por el jugador, mayor es el daño. ¡La fama tiene su precio! (Futbolistas y el daño cerebral). Las lesiones histológicas del cerebro son semejantes a las de los boxeadores.
Recientemente impactó la noticia, cuando Cris Benoit, famoso futbolista americano de 37 años, estranguló a su familia y luego se ahorcó (Junio 2009). En el curso de su carrera había sufrido varios golpes en su cabeza. En la autopsia se encontró un daño cerebral similar a la de una demencia avanzada.
Hace ya tiempo que los investigadores sospechan una relación entre los traumatismos repetitivos del cráneo y lo que se ha llamado la Encefalopatía Traumática Crónica (CTE). Trabajos recientes sugieren que en la CTE, no sólo se forman las neurofibrillas alrededor de los vasos sanguíneos, sino también aparece la proteína “tau”, característica de la enfermedad de Alzheimer. Pero para que los síntomas aparezcan, existe un factor genético. El hecho es que golpes fuertes del cráneo, pueden manifestarse mucho mas tarde en síntomas cerebrales. Se requiere estudiar más este síndrome y para ello se ha constituido recientemente en la Universidad de Boston, un nuevo centro dedicado el estudio de la Encefalopatía Traumática Crónica. Es interesante que se haya formado una asociación de atletas retirados que se han comprometido a donar su cerebro para que se estudie que sucede en su estructura con las contusiones graves.