La inteligencia de los delfines
( Creces, 2010 )

Según Lori Marino, experto en neuroanatomía de la Universidad de Emory, Atlanta, los delfines son tan inteligentes como las personas. Asegura que después de los humanos, son los más inteligentes seres de la Tierra. Los delfines “Cuellos de Botella”, tienen un cerebro de mayor tamaño que los humanos (1600 gramos, versus 1300 gramos). La relación “peso del cerebro/peso corporal”, es mayor que la que se da en los grandes monos, pero inferior a la de los humanos.

En el delfín, no sólo el tamaño del cerebro, sino también su estructura, se asemeja al humano. Los delfines tienen una neocorteza muy compleja, como es la de los humanos. Esta es la región cerebral a la que se atribuye la capacidad de resolver problemas, y donde reside además la conciencia, junto a muchas otras funciones asociadas a la inteligencia. Desde el punto de vista histológico en su corteza se han identificado también neuronas en forma de uso, que han sido llamadas neuronas de “Von Economo”, en homenaje al neurólogo australiano que las descubrió. Ellas sólo se encuentran en el cerebro humano y en el de los monos superiores, pero en estos últimos en mucha menor cantidad. (Qué hace que sea único el cerebro humano). Estas células se relacionan con la cognición social, la confianza, los sentimientos de culpa y la conciencia.

Lo que los delfines hacen con su cerebro es también impresionante. Diana Reiss del Hunter College de City University en Nueva York, que trabaja con delfines, afirma que su inteligencia social es mayor que la de los grandes monos. Ellos al mirarse en un espejo, pueden reconocerse a si mismos, lo que es un signo de identidad, que sólo muy pocos animales lo logran (La inteligencia de los elefantes). Según Reiss, ellos pueden interpretar gestos y comprender órdenes complejas dadas por los humanos. Su capacidad de aprendizaje es muy semejante a la de un niño. “Deben ser tratados como personas, por lo que mantenerlos en cautiverio no es ético”, afirma Marino. En condiciones naturales, ellos se mueven en un radio de 100 kilómetros cuadrados y en una piscina su espacio es solo una milésima parte de lo que necesitan.

Thomas White filósofo de la Loyola Marymount University en Redonde Beach, California, afirma que los delfines son personas, no humanas, pero personas, y como tal debiéramos tratarlos. Ellos tienen emociones, personalidad y demuestran un autocontrol.



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