Ardipithecus ramidus
( Creces, 2011 )

Cada día se van agregando nuevas páginas a la historia de la evolución humana, pero solo de vez en cuando y con largos intervalos aparece algún fósil espectacular que marca un hito. El primero fue el hallazgo del antiguo esqueleto humano, hallado en Neanderthal, en Alemania, el que inició el descubrimiento de una serie de ancestros de la especie humana. Luego "el niño Chang", el primero hallado en Africa, en 1924. La famosa Lucy en 1974, cuyo esqueleto reveló que los primeros "Homo" caminaron derecho, antes que se desarrollara su cerebro. Ahora, en el 2009, aparece un nuevo miembro: "Ardí" (como se le denominó), un homínido que vivió 4.4 millones de años atrás, que anduvo derecho y también colgándose de rama en rama. Es más que chimpancé, pero estaba lejos de tener un cerebro como el de los humanos. Se halló en Afar, en Etiopía, junto a restos óseos de otros 35 individuos de su especie. Se le ha llamado "Ardipithecus ramidus"

Los primeros restos fósiles de Ardí fueron hallados en 1994 y desde un comienzo este fue considerado como algo tan importante, como había sido Lucy en 1974. Pero la excitación rápidamente se amortiguó cuando fueron comprobando las pobres condiciones en que estos se encontraban. Los huesos largos estaban molidos y todo se resquebrajaba fácilmente al tratar de extraerlos, por lo que fue necesario tomar precauciones, organizando equipos de expertos multidisciplinarios, que fueran extrayendo y excavando con sumo cuidado, para que luego pudieran ser estudiados e investigados hasta llegar a conclusiones valederas. Fue así como el proceso demoró quince años, hasta poder identificar y estudiar 125 trozos, incluyendo el cráneo y los dientes.
De todo esto se llegaron a redactar once trabajos científicos, que se publicaron recientemente en conjunto en una edición especial de la revista Science (Octubre vol. 326; pág. 5-115: 2009).

La mayoría de los paleo antropólogos que participaron, reconocieron que estos restos pertenecían a la familia de los homínido, la que incluye humanos y nuestros ancestros, pero no los ancestros de otros monos vivientes en la actualidad. Se trataba de un homínido que vivió 4.4 millones de años atrás. En particular, la anatomía era diferente a la de los monos y también a la de otros homínidos, como Lucy. Al igual que Lucy, era de sexo femenino, y había vivido un millón de años antes que ella (no se alcanzaron a conocer). Se observó que las adaptaciones de su sistema locomotor le permitían erguirse en dos piernas, pero en forma más inestable de lo que se erguía Lucy y con un caminar menos ágil, tambaleante. Debió medir alredor de un metro veinte de estatura y pesar aproximadamente 50 kilos. Al estudiar su cara y sus dientes se pudo comprobar que sus rasgos estaban ligados a lo Ardipithecus, a la que pertenecen todos los homínidos, incluyendo a Lucy y también nosotros. La base de su cráneo era corto y su cerebro del tamaño del chimpancé. Se le denominó Ardipithecus ramidus, tomado de la palabra Aramis (Etiopia), para "pies" y "suelo". Como sobrenombre se le denominó Ardí.

Sorprendentemente los huesos de las manos y pies estaban bien conservados, por lo que se podía apreciar que sus articulaciones no eran tan rígidas como las de los monos africanos y los huesos de la palma de la mano eran cortos, pero sus dedos largos, por lo que no caminaba en cuatro patas como los monos, ni tampoco era capaz de volar deslizándose ágilmente de una rama a otra. Pero si podía balancearse en una pierna mientras caminaba. Estudiando su pelvis, puede afirmarse que en realidad era un bípedo "facultativo". Del análisis de sus pies se concluye que podía trepar árboles y desplazarse entre sus ramas, pero no con la agilidad y destreza de un mono. Sus manos y sus pies eran adecuados para colgarse de las ramas y vivir entre ellas. Por su dentadura se puede concluir que podía alimentarse de nueces y frutos duros, además de roedores e insectos.

Con todo, hasta ahora no es posible dilucidar si es que la familia de Ardí desciende directamente la especie Homo, o que por el contrario Ardí perteneció a un linaje paralelo, que se pudo haber extinguió como ha sucedido con muchos otros. Podría ser que los que ahora han sido denominados Ardipithecus raminus, hayan pertenecido a una especie prima hermana de nuestros ancestros directos y que por lo tanto los Homo no descendamos directamente de ellos. Para contribuir a dilucidarlo, tendrían que encontrarse muchos otros restos paleontológicos de aquellos lejanos tiempos.


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