¿Fósiles de nuestra familia?
( Creces, 2011 )
Se ha encontrado otro fósil de homínido, en una cueva, a cuarenta kilómetros de Johannesburgo. Se duda si pertenece o no a la línea de ancestros del Homo sapiens.
¡Papá, encontré un fósil!, grito Matthew Berger a su padre desde la punta de una roca, mientras mantenía en sus manos lo que parecía un resto de calavera. Lee Berger, su padre, paleoantropólogo de la Universidad de Witwatersrand en Sud Africa, sin mucha seguridad se acercó a examinar el objeto y efectivamente eran restos óseos. A él no le cupo dudas que correspondían a un australopithecine y por lo tanto podría ser un ancestro de nuestro género Homo. Matthew lo había encontrado en la cueva de Malapa en las afueras de Johannesburgo, en Sud Africa. Buscando con más cuidado, había también otros restos. Lo que encontró Matthe, pertenecían a una mujer, pero había otros que correspondían a un niño de sexo masculino. El examen reveló que tenían una data de 1.95 millones de años. Los investigadores los bautizaron con el nombre de Australopithecus sediba. Sediba en el lenguaje sesotho significa “vertiente”.
Pareciera que madre e hijo hubiesen caído en un hoyo dentro de la cueva, mientras posiblemente se acercaban a beber de la vertiente demasiado profunda. Llama la atención que los huesos se han mantenido excepcionalmente bien y recuerdan en mucho los de Lucy que se encontraron en Etiopía en 1974 ( La historia humana).
Es curioso que no se encuentren fósiles de nuestros primos, el chimpancé, los bonobús o los gorilas, y en cambio son varios los restos homínidos que se han ido encontrando. Es un hecho que existe un espacio ciego que no ha permitido conocer esta etapa entre ancestros de los grandes monos y los nuestros, los Homo. Falta comprobar cómo y cuándo se iniciaron la diferenciaron entre los chimpancés u otros grandes monos y los australopithecine, para así iniciar la evolución de los Homo. Los expertos están de acuerdo que nuestro género evolucionó de una especie intermedia de Australopithecus, ya sea aferensis (como Lucy), o africanus. A partir de alguno de ellos dos habría derivado el Homo abilis, que vivió entre 2.3 y 1.5 millones de años atrás. A partir de ellos habría evolucionado hasta Homo erectus, el primer homínido que migró desde Africa y esos serían nuestros antecesores.
La descripción del hallazgo de sediba, aparece publicado en la revista Sience de Abril 9 del 2010. El autor, Lee Berger y sus colegas, sugieren que el Austruslopithecus africanus, sería el predecesor de sediba, el que a su vez sería el predecesor del Homo. Se basan en que este (sediba) tendría un cerebro pequeño y brazos muy largos, mas parecido al A. africanus.