Qué comió el hombre de los hielos
( Creces, 2011 )
Hace ya veinte años que en las cumbres de los Alpes (entre la frontera de Austria e Italia) durante el verano, al fundirse los hielos, apareció el cadáver de un hombre perfectamente conservado. Por su apariencia parecía que recién hubiese muerto. Fue grande la sorpresa cuando se comprobó que tenía una data de 5.300 años. Desde entonces la curiosidad ha estado incentivando una serie de minuciosos estudios, llevados a cabo por diferentes especialistas de distintos organismos científicos europeos. Durante años, antropólogos y biólogos han estado entregando información desde los más diversos ángulos: ¿qué hacía allí ese hombre?, ¿quién era?, ¿cómo vestía?, ¿qué enfermedades padecía?, ¿de qué había muerto?, etc, etc.
(El hombre de los hielos sigue entregando información), (El hombre de los hielos fue asesinado) y (Mas información entrega el hombre de los hielos)
Ahora, un equipo de microbiólogos, liderados por Frank Maixner del Institute for Mummies and Icemen, en Bolzano, Italia, quisieron conocer que había comido antes de morir. Para ello obtuvieron muestras del contenido estomacal, seleccionando algunas fibras animales. En ellas analizaron la secuencia de su DNA, concluyendo que su última comida había sido carne de cabra Alpina.
Por otra parte, imágenes tridimensionales de sus dientes, analizadas, tanto por el odontólogo Roger Seiler y el anatomista Frank Rühli, ambos del Centro de Medicina Evolutiva de la Universidad de Zürich, encontraron que estos tenían muchas caries y padecían de diversas enfermedades periodontales.
Además, un equipo de genetistas liderado por Angela Graefen, secuenciaron todo el genoma de la momia, encontrando algunas sorpresas. El color de los ojos, que en un primer momento se había sostenido que eran azules, ahora de acuerdo al genoma, debían ser de color café. Todo parece indicar que este sería el último informe, porque la momia ya no da para más.