De nuevo el sudario de Cristo
( Publicado en Revista Creces, Abril 1988 )
La sábana con que habría sido cubierto el cuerpo de Cristo sigue generando controversia. Ya en 1983 (Creces. Nº 1-2, pág. 24) dábamos cuenta de la polémica desatada respecto a la reliquia. En la actualidad el tenor de la discusión, en lugar de disminuir parece incrementarse.
El paño de marras se encuentra en Turín, y en la última década las autoridades vaticanas han autorizado realizar algunas investigaciones destinadas a verificar su autenticidad. Incluso se creó un organismo llamado Proyecto de Investigación del sudario de Turín para coordinar estas iniciativas.
En el año 1998, el Vaticano no había accedido a exponer muestras de la reliquia a las pruebas del carbono 14 - único modo de verificar, al menos, su antigüedad - aduciendo que dicho examen requeriría de un trozo demasiado grande de muestra, perdiéndose con ello gran parte de la reliquia. Posteriormente, la jerarquía modificó su criterio y autorizó la formación de un equipo de siete laboratorios independientes, cada uno de los cuales examinaría la tela y calcularía su antigüedad.
Lamentablemente, las cosas se complicaron cuando el Vaticano disminuyó el número de laboratorios participantes de siete a sólo tres. Según críticas de esta gestión, si uno de los laboratorios diera un resultado diferente al de los otros, la prueba perdería totalmente validez. En diciembre pasado, investigadores de los tres laboratorios seleccionados enviaron una carta al cardenal Ballestro, Arzobispo de Turín y custodio de la sábana, en la que se expresan en los siguientes términos: "Como Usted comprenderá, habrá muchos críticos que examinarán escrupulosamente los resultados que nosotros entreguemos. El cambio del protocolo original, que disminuye de siete a tres los laboratorios, ciertamente aumentará el escepticismo de los críticos. Si se mantuviera el número de laboratorios originales (siete), la divergencia de uno no tendría gran importancia desde el punto de vista estadístico. Por el contrarío, si sólo participan tres laboratorios y uno de ellos obtiene un resultado divergente, la investigación perderá valor".
Germán Harbotlle, del Brookhaven National Laboratory en Nueva York, y Harry Gove, director de Investigación Nuclear de la Universidad de Rochester llamaron a una conferencia de prensa para pedir que el protocolo se respetara como había sido diseñado originalmente, esto es, enviar trozos de la sábana a seis laboratorios diferentes y un trozo de tela diferente a un séptimo, que actuaría como control. Naturalmente, ningún laboratorio sabrá si le correspondió analizar la tela original o un trozo del tejido control.
El cardenal Ballestro ha defendido la disminución del número de laboratorios consultores aduciendo que le interesa preservar al máximo la reliquia. Los laboratorios han replicado que, para realizar la prueba, necesitan un trozo del tamaño de una estampilla de correo. Las dimensiones conocidas de la sábana equivalen a aproximadamente nueve mil estampillas.
De los siete laboratorios originales, dos iban a utilizar una técnica que consiste en reducir la muestra a dióxido de carbono y evaluar allí la cantidad de carbono 14. Al no poder contar con suficiente tela, no sólo disminuyó el número de laboratorios comprometidos, sino también la variedad de métodos analíticos a emplear. Es de esperar que en un futuro cercano, se encuentre una solución armónica a los conflictos Iglesia-científicos, y se pueda conocer, en definitiva, si la sábana de Turín merece seguir siendo venerada o no.