En Chile comemos carne con DDT
( Publicado en Revista Creces, Octubre 1986 )

El nuevo plato resulta sorprendente, ya que el difundido plaguicida y sus metabolitos se encuentran en el 90% de la carne de vacuno faenada en la X y XI Regiones, a pesar de estar prohibido su uso en actividades agrícolas desde 1985.

Sin saberlo, miles de chilenos consumen diariamente carnes de vacuno contaminadas con residuos de plaguicidas dorados que exceden, en forma amplia, los niveles máximos de tolerancia para la ingesta humana. Esta situación es el eslabón final como consecuencia del creciente deterioro que sufre la flora y fauna del país ante el uso intensivo y poco racional de estos productos químicos.

Las observaciones anteriores se desprenden de dos trabajos expuestos en agosto último en Talca, durante el 20 Encuentro Científico sobre el Medio Ambiente organizado por CIPMA.

El primer estudio fue realizado por los investigadores del Instituto de Medicina Preventiva Veterinaria de la Universidad Austral de Chile, Luis Montes, Rafael Tamayo y Raúl Cristi, conjuntamente con Manuel Pinto, especialista del Centro Tecnológico de la Leche, perteneciente a la misma Casa de estudios. Ellos evaluaron mediante análisis químico del tejido adiposo la cantidad de residuos de algunos pesticidas dorados existentes en el ganado bovino de la X Región. Con este fin se inspeccionaron 500 muestras de carnes faenadas en los mataderos establecidos entre Valdivia (X Región) a Palena (Xl Región).


Peligrosos excesos

De este modo se determinó que once de los doce residuos encontrados sobrepasaban con facilidad los límites máximos aceptados por las regulaciones internacionales de comercio, en concentraciones de 10,25 y hasta 50 veces superiores a la normal. Tal es el caso de los compuestos y marcas comerciales Metoxiclor, Hexacloro benceno HCB, DDT, Aldrín, Lindano, Hexaclorhidrato de Benceno BHC, Heptacloro, Clordano, Endrín, Dieldrín y Mirex.

La principal causa de esta contaminación es el consumo que hacen los animales de forraje y restos de cultivos desinfectados con dichos plaguicidas. Esta circunstancia es la que quiso evitar el Servicio Agrícola Ganadero con la resolución No 4 de 1983, en la que impuso restricciones al uso de los plaguicidas DDT, Aldrin, Dieldrín, Endrin, Clordán y Heptacloro.

Otro resultado interesante de esta investigación fue comprobar que el compuesto DDT se mantiene entre los insecticidas más utilizados en la X Región. De las 500 muestras analizadas, el producto se hallaba presente en 447 de ellas (89,4% del total). Esto ocurre a pesar de que el SAG - mediante la resolución Nº 639 de 1984- prohibió la importación, fabricación, venta, distribución y uso de este plaguicida, atendiendo al riesgo que significa para la salud de las personas y los trastornos que puede ocasionar en el medio ambiente.

Los autores estiman que la gran cantidad y variedad de residuos hallados obedecería principalmente a que "las regulaciones vigentes no han sido las más adecuadas para el control de estos productos; a la falta de un organismo que se haya preocupado de supervigilar la comercialización y aplicación de plaguicidas; a la ausencia de programas de educación permanentes para los usuarios así como al alto costo que involucra la utilización de la metodología analítica empleada en la detección de dichos residuos".


En la leche

El segundo estudio sobre el tema fue elaborado por el doctor Hernán López Villanueva, de la Universidad de la Frontera (Temuco), y tuvo como objetivo determinar la contaminación con DDT y sus metabolitos en el ganado vacuno de la IX Región. Para la selección de las muestras se eligieron dos fechas: primavera de 1984, donde se muestreó a machos y hembras; otoño de 1986, en el que se examinaron sólo machos.

Los resultados demostraron que las muestras de los dos grupos estaban contaminadas con DDT o sus metabolitos. No se encontró animales no contaminados. La no presencia de DDT en algunas hembras del primer grupo, pero si de uno de sus metabolitos, el DDE, indica una degradación enzimática del primero como también una eliminación del DDT por la leche.

El trabajo indica que al no detectarse DEE en siete ejemplares del segundo grupo la exposición a la droga tendría que ser reciente, pues este metabolito como resultado de un proceso natural, debería hallarse en el animal, si hubiese asimilado el plaguicida durante los años anteriores a la prohibición del DDT.

Se corrobora esta conclusión al establecer que la cantidad promedio de metabolitos encontrados en el primer grupo - muestreado en 1984- dobla la cantidad de metabolitos encontrados en el segundo grupo examinado en 1986.


Consecuencias

El uso y abuso del DDT y plaguicidas dorados en general, origina múltiples consecuencias negativas en ámbitos tan importantes como la salud humana, la naturaleza y la economía nacional.

Cuando el doctor Paul Müller descubrió en 1939 las propiedades del dicloro difenil tricloroetano (DDT), se produjo un gran avance para la humanidad porque se ayudó a combatir - durante la Segunda Guerra Mundial- enfermedades como el paludismo y el tifus. Ello permitió un control efectivo de las plagas que mermaban en un gran porcentaje la producción agrícola en todos los continentes.

Con el tiempo la mayor ventaja de este producto se transformó en su mayor problema. Su lenta degradación y por lo tanto, su mayor período de actividad tóxica - catorce años aproximadamente- facilita que esta molécula llegue intacta al hombre después de haber pasado por la siguiente cadena alimentaria: los vegetales desinfectados con estos insecticidas son ingeridos por las reses, quedando los residuos en sus tejidos grasos. Estos animales a su vez son ingeridos por el hombre, quien empieza a acumular las toxinas en el tejido adiposo y en la leche humana.

Al examinar la intoxicación que producen estos plaguicidas en el hombre hay que distinguir aquella aguda de la crónica. La primera se produce cuando una persona inhala o absorbe a través de la piel una gran cantidad de esta sustancia de una sola vez. En estos casos el sujeto sufre una sobre excitabilidad del sistema nervioso, temblores, contracciones musculares, vómitos y convulsiones. La muerte puede llegar por un paro respiratorio.

La intoxicación crónica es ocasionada cuando un individuo asimila pequeñas cantidades de residuos en forma sostenida por un largo intervalo de tiempo. En la primera investigación se dejó constancia que los residuos de plaguicidas clorados pueden, entre otras propiedades, actuar sobre las células productoras de anticuerpos, disminuyendo la respuesta inmunológica; interferir en la hidroxilación de la hormona masculina testosterona, ocasionando una baja en la producción de espermatozoides; actuar sobre el sistema nervioso, provocando una disminución en el sueño; tener acción generadora de cáncer, induciendo tumores hepáticos a las personas que tengan algún tipo de predisposición.

Cualquier sujeto que acumule una gran cantidad de residuos en su tejido graso corre el riesgo de sufrir una intoxicación aguda, ante la eventualidad de una desnutrición o enfermedad que le hiciera bajar de peso en forma considerable. Tal circunstancia reduciría el volumen del tejido adiposo dejando a las toxinas correr libremente por el flujo sanguíneo.


Daño ecológico

Si se tiene en cuenta que en los años anteriores a 1984 la importación en Chile de DDT para las regiones IX y X alcanzaron a las cien toneladas anuales, fácilmente se deduce que la contaminación constatada en ambas investigaciones es sólo un indicio de la que ha soportado el medio ambiente.

Los insecticidas alteran el equilibrio natural de la flora y la fauna, pero la real dimensión de los trastornos que genera su uso sin control es insospechado. Un dato ilustrativo de esta situación es la detección de residuos clorados en la grasa de los pingüinos antárticos. Como estas sustancias no son solubles en agua llegan al ecosistema antártico arrastradas por corrientes marinas,
vientos o la misma cadena alimentaria de los seres marinos. Indirectamente, el ecosistema antártico está contaminado por el DDT que sale desde nuestros campos.

Aproximadamente el 25% de DDT producido en la actualidad termina en el mar por arrastre de las aguas que lavan la tierra causando serios daños a peces, crustáceos y aves. Ejemplo de esto último es la comprobación de que el DDT afecta el metabolismo del calcio en las aves, lo que provoca el reblandecimiento de la cáscara del huevo, incidiendo negativamente en el nacimiento de los pichones.


Perjuicio económico

Los países desarrollados son los que tienen una mayor conciencia de los problemas ocasionados por esta clase de contaminantes. Esto ha redundado en que los mercados compra dores de Estados Unidos y de la Comunidad Económica Europea estén muy estrictos para exigir el respeto de los "Límites Máximos de Residuos", LMR, establecido por las normas internacionales para cada tipo de alimento de origen agropecuario.

La habilitación de un país como exportador ya no solamente depende de si cuenta con plantas frigoríficas aceptadas,sino de su infraestructura de laboratorios capaces de efectuar el control de los residuos aplicando técnicas analíticas efectivas. Los especialistas opinan que si los ganaderos y agricultores chilenos no se adecuan a las reglas del juego, nuestro país en el futuro verá severamente restringida una importante fuente de divisas.


Contaminación-escasez

El hombre al iniciar el cultivo de la tierra modificó el equilibrio ecológico. Muchos insectos y animales, que en su ambiente originario estaban regulados por la presencia de sus depredadores, en otro medio tuvieron la oportunidad de multiplicarse sin impedimentos, transformándose en plagas.

En el sector agrícola se estima como promedio que la tercera parte de una cosecha se pierde por la acción de los insectos. Esta cifra se ve actualmente superada en Africa por la nueva plaga de langostas y saltamontes que se han multiplicado por millones en los últimos meses y han dañado hasta el 60% de las cosechas de los países afectados. En casos como éste, la utilización de insecticidas fuertes como el DDT está justificada y las consideraciones sobre el medio ambiente pasan a un segundo plano.

El problema no es sólo nuestro. En las últimas décadas uno de los tópicos que ha acaparado la atención de la comunidad agro-pecuaria internacional es el conflicto causado por la disyuntiva contaminación-escasez. La FAO, ha tratado de orientar a los países hacia el punto ideal de equilibrio, de modo que los beneficios que derivan del uso necesario y aceptable de plaguicidas se obtengan sin notables efectos perjudiciales para los seres humanos.


Control biológico

En sus esfuerzos para disminuir en lo posible el uso de insecticidas dorados la FAO propicia por todo el mundo eI denominado Control Biológico. Este consiste básicamente en utilizar insectos benéficos que se alimentan de las especies dañinas o cierto tipo de hongos que le causen enfermedades y la muerte. En Chile hay varios ejemplos al respecto. Uno de ellos es el de los gusanos cortadores de maíz, que tienen como enemigos naturales a la Mosca Taquineda. Ellas colocan sus huevos sobre la larva de los gusanos y las mosquitas que nacen se van alimentando de estas larvas.

A pesar de que este sistema no es autosuficiente porque no es ciento por ciento efectivo ni sirve para combatir todos los insectos,- la importancia de este tipo de control radica en que puede ser complementado con una cantidad de plaguicidas menor a lo usual, lográndose así la utilización moderada de estos productos químicos.

A pesar de estos avances, la realidad es que en Chile y en el extranjero se tendrá que seguir conviviendo con los polémicos insecticidas por mucho tiempo más. Por lo menos hasta que se invente algo mejor. Por ello seria conveniente tomar en cuenta la conclusión a que llegan los científicos de la Universidad Austral.

"La legislación sobre plaguicidas debe ser ampliada en el sentido de exigir la aplicación de estos productos en el agro estrictamente bajo super vigilancia profesional, apoyando los cuerpos legales con un fuerte componente educativo que haga conciencia del problema."



Andrés Chavez

Periodista, Universidad de Chile


Para saber más


1. Las Gallinas y el DDT. CRE CES, 1,2,48(1981).

2. José Tércio Barnosa Ferreira Y Sinval Silveira Neto. Feromonios. Nova alternativa no controle de insetos. Revista Brasileira de Tecnologia Vol. 17; No 1, janeiro/fevereiro 1986.

3. Kydonieus, A.F., Beroza, M (editores). lnsect suppresion controlled released pheromone systems. C.R.C Press, Boca Raton U.S.A. 1982.

4. Struble, D.L. lnsect sex pheromones in agriculture. Canada Agriculture 29, 10-12, 1983

5. Luis Montes et al. Residuos de Pesticidas en las carnes de laDécima Región, Chile , En Versiones abreviadas del Encuentro Científico sobre el Medio Ambiente, Tomo 1 pp. 215-221,1986.

6. Hernán López V. Determinación de (pesticidas) clorados en grasa de bovinos en la lX Región, Chile. Ibid., pp 174-179.

7 V. M. Ruiz, H. Urzúa y J. Romero. Contaminación col DDT y nutrición nitrogenada de especies forrajeras. Ibid. Pp.. 296-303.


1 Respuestas

  • Por larbi
  • 04-12-2023 20:34:50

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