Hace treinta años que se conocieron los primeros cinco casos de enfermos de SIDA (Junio 1981). Desde entonces el virus ya ha infectado a más de 60 millones de personas, y han fallecido más de la mitad de ellos. Una tremenda epidemia que no se ha podido combatir eficientemente, ya que han fallado todos los intentos de producir una vacuna. Pero si no se ha logrado prevenirla, por lo menos se ha logrado mantener los virus a raya. Con nuevos medicamentos antiretrovirales, se ha conseguido atacarlos efectivamente y tan pronto como salen a la sangre. Con ello se ha logrado transformar el SIDA de una enfermedad mortal, en una enfermedad crónica
"(Progresos en el tratamiento del SIDA y hepatitis B").
Cuando el virus entra al organismo, comienza rápidamente a replicarse e inunda el torrente sanguíneo y los líquidos genitales. La intensidad que alcanza su concentración en la sangre, se ha denominado "carga viral". Es en esa etapa que las células sanguíneas inmunológicas lo reconocen como ajeno y comienzan a fabricar anticuerpos contra él. Con ello se inicia una etapa de disminución de esta carga viral, hasta llegar a casi desaparecer, pero sin lograr erradicarlos. Es que los linfocitos (linfocitos CD4), al engullir los virus, algunos logran escabullirse, escondiéndose en el interior de su núcleo. Allí se meten en los cromosomas, pudiendo permanecer escondidos hasta por años. Atacarlo en este escondite es casi imposible y ello es el principal obstáculo para lograr la cura definitiva.
Como funciona el trucoFrente a la contaminación viral, son los linfocitos CD4 de la sangre, los que primero reaccionan, tratando de engullir y destruir a los virus agresores, al mismo tiempo que se comunican al resto de las células sanguíneas para que inicien la fabricación de anticuerpos (linfocitos B). Pero en el apresuramiento por engullirlos y destruirlos, algunos se les cuelan hasta su núcleo y se incorporan en su DNA, ocultándose en los cromosomas como si fueran parte de su genoma. Pareciera que saben que es allí donde las drogas antiretrovirales, no los pueden alcanzar. Ocultos, pueden permanecer por años, hasta que en algún momento el linfocito CD4 es llamado a la defensa de algún agresor y responde activándose, multiplicando su DNA. Parece que ese es el momento, cuando los virus ocultos se aprovechan del pánico y también ellos inician la multiplicación de su propio DNA. Con ello codifican sus proteínas, reconstituyendo completamente el virus.
(El virus del Sida se refugia en los linfocitos T). Es entonces cuando se inician los síntomas de la enfermedad (SIDA), que de no tratarse, lleva a un agravamiento progresivo y muerte del enfermo.
Ya desde hace tiempo los investigadores sabían que el virus del SIDA se escondía dentro de los cromosomas y se pensaba erróneamente que esta era la causa por la cual transcurría tanto tiempo entre contraer la infección y la aparición de los síntomas. La verdad era otra; la primera línea de defensa de los linfocitos, aún sin tratamiento, es parcialmente exitosa y los síntomas iniciales son sólo los de un resfrío y pasan desapercibidos. Pero algunos virus, ya dentro de los linfocitos CD4 logran escabullirse, introduciéndose en el núcleo, donde pueden permanecer por años. Mas tarde vuelven a atacar, cuando los CD4 son llamados de nuevo a la defensa. Logran destruir virus, pero en la batalla también mueren muchos de CD4. El sistema defensivo se agota, mientras que la carga viral se incrementa y otros agentes infecciosos oportunistas terminan por completar la labor. Por el conocimiento parcial de los primeros casos de SIDA, llamaron a esta enfermedad, "inmuno deficiencia adquirida", ya que al no poder individualizar el virus causante, solo se constataba la deficiencia inmunitaria que causaba el deterioro consecuente del paciente.
Las primeras historias clínicas, se referían a enfermos que tenían síntomas semejantes a una gripe sin consecuencias. Pero luego, muchos años más tarde, por la destrucción de linfocitos, se iban haciendo susceptibles a diversas infecciones, que cada vez más graves, terminaban con la muerte del enfermo. Fue el 5 de Junio de 1981 (hace 30 años), cuando un informe del Centro de Control de Enfermedades infecciosas de Atlanta (USA), informó en la ciudad de los Angeles, de 5 pacientes homosexuales que habían presentado una forma de neumonía causada por el bacterio Pneumocystis carinii, que raramente atacaba a adultos, pero que estos casos había sido mortal, porque ellos tenían una "deficiencia inmunológica adquirida".
Pronto fueron apareciendo más enfermos con el mismo tipo de historia, pero cuyo posible contagio no había sido por vía sexual, sino por el uso de jeringas que usaban en pacientes de hemofilia o eran usadas por drogadictos. Fue algunos años mas tarde que se describió al virus culpable, denominándose "HIV" (en inglés, Human Inmunodeficiency Virus).
La búsqueda de vacunaFrente a una enfermedad viral, una vacuna es la única forma de prevención. Pero en esta ocasión, hasta ahora ello no ha sido posible. Para que funcione una vacuna, por lo general hay que inyectar el mismo virus, ya sea atenuado o muerto. Con ello se consigue inducir una respuesta inmunológica, consistente en la fabricación de anticuerpos que impiden la contaminación real. Pero en este caso, ello es muy riesgoso, por tratarse de un virus muy letal. A pesar de las precauciones siempre existe el peligro que el virus no esté tan atenuado, o tan muerto e induzca la enfermedad.
La otra posibilidad ensayada, fué tomar proteínas de la superficie del virus y ellas inyectarlas para inducir la inmunidad. Fue así como los primeros ensayos se iniciaron con una proteína tomada de la superficie del virus, la proteína gpl20. Sin embargo se encontró que en la región clave de esta proteína se producen constantemente mutaciones, con lo que si bien se generan anticuerpos, estos no son efectivos
(Cómo va el SIDA). Mas allá de esta alternativa, se han ensayado docenas de otras estrategias, como es el uso de células T (linfocitos T), entrenados para matar células humanas infectadas con el virus. Usando esta tecnología, se ha tratado de desarrollar docenas de vacunas, pero también han fracasado. El último gran ensayo fue en el año 2007, cuando se utilizó un virus frío atenuado, al que se agregó tres genes del virus del SIDA. La idea era enseñarle a las células T a destruir células infestadas con virus SIDA.
Con esta tecnología se realizó en el año 2009, un gran ensayo en Tailandia. Se trataba de una combinación de dos alternativas combinadas. La primera se basaba en el uso de células T, estimuladas con el virus canary pox modificado. La segunda, consistía en agregar de nuevo la proteína gp120, diseñada para producir anticuerpos. Pero de nuevo, el efecto preventivo de esta combinación, fue muy débil comparado con el placebo (30%).
Ante el fracaso de las vacunas, en año 2010 se completaron otras estrategias para prevenir la infección. Así por ejemplo, se ensayó el uso del gel vaginal que contenía un antiviral, el tenofovir. Los resultados mostraron que su uso durante un período de treinta meses, disminuía la frecuencia de contaminación en un 39%. Pero depurando mas la muestra, seleccionando solo aquellas mujeres que siguieron exactamente las indicaciones, su eficiencia alcanzaba un 54%. Se usó también una profilaxis oral, con resultados más exitosos En el ensayo se incluyeron 2.399 hombres y mujeres que tuvieron sexo con hombres. A la mitad se le administró una droga llamada "truvada", que contenía una mezcla de dos antivirus: tenofovir y emtricitabine. La otra mitad tomó un placebo El que tomó las drogas tuvo un 43.8% de menos infecciones en relación al grupo placebo. Seleccionando sólo aquellos que siguieron estrictamente las indicaciones, durante 1.2 años que duró la experiencia, la eficacia se elevó a un 92%.
(Investigación en la prevención del SIDA).
Finalmente cabe señalar otra particularidad que disminuye el riesgo de contagio. Se trata de la circuncisión masculina, que diversos trabajos demuestran que disminuyen el riesgo de contraer el SIDA
(El SIDA y la circuncisión masculina). Ahora un equipo de investigadores del London School of Hygiene, liderado por Helen Weis, ha finalizado una meta análisis de 27 trabajos relacionados con el tema. En él se confirma los hallazgos antes citados y señala que los hombres circuncidados tienen un 50% de menor riesgo de contraer el SIDA, en relación a los no circuncidados. (AIDS, vol. 14, pág. 2362, año 2000). Los autores señalan que es conveniente recomendar la circuncisión especialmente en los países del Sub Sahara, como forma de disminuir la extensión de la enfermedad.
(Confirman efecto preventivo de la circuncisión masculina en el SIDA).
En resumen, hoy en día para prevenir la extensión de la epidemia contamos las siguientes recomendaciones: a.- uso apropiado de condones, b.- cambio de agujas para los usuarios de drogas, c-tratamiento retroviral del SIDA para las mujeres embarazadas contaminadas, con el fin de prevenir la trasmisión del virus al recién nacido, d.- recomendar la circuncisión a hombres, e.- usar geles con antiretrovirales para las mujeres y para las parejas homosexuales, cuando uno de ellos está infectado y el otro no, y f.- que los no infectados utilicen drogas antivirales en pequeña cantidades capaces de matar el virus antes que este se establezca. (Robin Shattock y colaboradores: Turning the tide against HIV. Science; 333:42-43, 2011).
A pesar de todo no se pierden las esperanzas de llegar a una vacuna realmente efectiva, dado que se han descubierto individuos que naturalmente son inmunes al SIDA. Ahora se está tratando de averiguar el porqué son inmunes para tratar de imitar esta salvaguardia.
La búsqueda de nuevas drogas apropiadasDesde el momento que se logró identificar el virus culpable, los investigadores comenzaron a buscar drogas efectivas. Las primeras tenían muchas limitaciones: efectos colaterales, como daños neurológicos y copiosas diarreas. Por otra parte, debían tomarse gran cantidad de pastillas para que tuvieran efecto (20 o más). Pero con el tiempo se ha ido logrando solucionar estos problemas, disminuyendo los efectos adversos, y tomando drogas más efectivas y en pequeña cantidad (dos o tres píldoras al día). Con todo, aún algunos presentan signos de osteoporosis, demencia
(El SIDA y el compromiso cerebral) o daño hepático. Sin embargo el avance ha sido considerable, ya que la mayor parte de los enfermos puede mantenerse saludables por varias décadas, siempre que sean persistentes en tomar las drogas. Es así como se ha logrado transformar el pronóstico de una muerte inevitable a corto plazo, en uno de enfermedad crónica, de evolución comparable a la que podría tener, por ejemplo, la diabetes
(Progresos en el tratamiento del SIDA y hepatitis B).
En la actualidad los mayores esfuerzos investigativos se han concentrado en descifrar el proceso que hace posible el ocultamiento del virus en el DNA de los linfocitos y el repentino renacer de él. Pero para buscar mecanismos para mantenerlo dormido en forma permanente, o mejor aún, expulsarlo definitivamente del genoma de la CD4, se debe llegar a conocer previamente los mecanismos enzimáticos que se pone en marcha reprimir o estimular la expresión de un gene en el DNA del CD4. Algunos piensan que el DNA del virus es capaz de comenzar a replicarse su DNA, sin que sea necesario que se inicie la replicación del DNA del CD4, lo que también se está investigando. Es por este camino que ahora se espera llegar a la cura definitiva del SIDA. En ello está empeñado el National Institute of Health (NIH) de USA, que acaba de asignar un presupuesto de 8.5 millones de dólares para financiar estas investigaciones. (John Cohén. The emerging race to cure HTV infections. Science vol 332:784-789, mayo 2011).
Finalmente se sigue trabajando en la búsqueda de nuevas drogas antiretrovirales, consiguiéndose avances significativos. Ello es importante, por la resistencia del virus del SIDA a los anti-retrovirus actualmente en uso.
Consideraciones finalesEs un hecho que al cumplirse el trigésimo aniversario del SIDA, las cosas han cambiado dramáticamente. Ahora parece plausible llegar algún día a terminar con la pandemia. En la actualidad, 6.6 millones de personas están en tratamiento con antiretrovirales, pero 9 millones de personas con SIDA están esperando recibirlos, pero carecen de recursos. Recientemente la Asamblea General de Naciones Unidas, señaló que para el año 2015, las drogas las estarían necesitando 15 millones de personas y que para satisfacer esa necesidad se requerirían 35 billones de dólares al año.
Es cierto que la mayor prevalencia está en los países de África, especialmente la región sub-Sahara, pero también tenemos el problema en América Latina. Aquí se estima que padecen la enfermedad aproximadamente 2 millones de personas y que solo en el año 2007, se produjeron 120.000 nuevos casos, falleciendo 70.000 en ese mismo año. Se estima que para el año 2015, los casos se elevarían a 3.5 millones, mientras que las muertes totalizarían 1.5 millones de personas. (Science, vol.321, Julio 2008. Pág. 465).