Al hombre de los hielos lo atacaron desprevenido
( Creces, 2012 )

Fue en el año 1991 cuando en los Alpes, en la frontera de Austria con Italia, unos sorprendidos excursionistas encontraron un cadáver cubierto por hielos, que estaba perfectamente conservado, como si su muerte hubiese sido reciente. Fue una sorpresa cuando llegaron los resultados del análisis radiométrico demostrando que había vivido 5000 años atrás. Para los arqueólogos ello constituyó un bocado di cardinalí, ya que nunca se habían imaginado disponer de un cadáver de tan larga data y tan bien conservado. Desde entonces han sido varios los equipos de arqueólogos y patólogos que se lo han estado peleando para examinarlo hasta agotarlo. Ello incluso provocó una disputa diplomática entre Italia y Austria. Tanto ha sido estudiado, que ya hasta se le conoce por el nombre: Ötzi, en alusión al lugar donde fue encontrado, en los Alpes de Ötzal.

En sus primeros estudios se pudo establecer que medía un metro y 59 centímetros y su edad era de 50 años, que sufría de artrosis, de esclerosis arterial, que padecía de antracosis pulmonar (semejante a lo que hoy presentaría un fumador empedernido). De allí en adelante comenzaron las conjeturas, ¿quién era este hombre?, ¿qué hacía allí?, ¿de que habría muerto?, etc. etc. En la medida que se hacían nuevos exámenes iban surgiendo también diversas conjeturas. El hombre había sido castrado en su juventud, con lo que algunos creyeron que en vida pudo haber sido un religioso o un chaman. En todo caso debió haber sido alguien importante, ya que en esos tiempos no era fácil llegar a los 50 años de vida. Además el cadáver llevaba insignias que parecían indicar que pertenecía a un rango elevado.

Otra de las incógnitas eran los numerosos tatuajes que había en su piel. Los primeros estudios permitieren detectar unos 20 tatuajes, localizados en sus articulaciones. Luego, nuevos exámenes utilizando rayos infrarrojos, permitió individualizar 30 nuevos tatuajes. Esto unido a las pruebas radiológicas y topográficas, que demostraban una artrosis, permitió suponer que esos tatuajes de algún modo correspondían a medidas terapéuticas, semejante a los que hoy conocemos como acupuntura.

Era extraño también encontrar una antracosis pulmonar, cuando aún no se fumaba. La única explicación posible era que en aquellos tiempos los seres humanos vivían en cuevas, en el interior de las cuales se encendían hogueras. Tal vez el humo de ellas le habría echado a perder sus pulmones (El hombre de los hielos sigue entregando información).

El hombre habría sido asesinado

Para enredar más las cosas, diez años más tarde, el patólogo Eduard Egarter-Vigi y el radiólogo Paul Gosner del Hospital Bolsano en Italia, comunicaron que habían encontrado en el cadáver una punta de flecha clavada en la espalda (Science, vol.293, 2001, pág. 795). Al examinarlo por medio de una tomografía computarizada, encontraron una cabeza de flecha de 2 centímetros de largo, enclavada en la espalda, que penetraba 6 centímetros de profundidad bajo su escápula. Según los investigadores, ella no comprometía ningún órgano vital, pero habría dañado el nervio braquial provocando una parálisis del brazo izquierdo. Conjeturaban que su muerte habría sido prolongada y dolorosa, debida a un profuso sangramiento. Que este nuevo hallazgo, hubiese ocurrido recién después de 10 años, cuando anteriormente el cadáver había sido cuidadosamente examinado, a muchos les pareció extraño. Era raro que hubiese pasado esta flecha desapercibida. (El hombre de los hielos fue asesinado). Con todo, ya se ha internalizado la idea que Ötzi fue asesinado y nuevos estudios confirmatorios se han realizado en este sentido.

Ahora parece que el probable cazador estuvo comprometido en una dura lucha, ya que se han encontrado huellas defensivas en sus manos, y una de ellas estaba agarrotada como si hubiese apretado un puñal. Más aún, el arqueólogo Tom Loy de la Universidad de Queensland en Australia, ha encontrado varias muestras de sangre en sus ropas y armas, que por los análisis de DNA, pertenecerían a cuatro personas diferentes.

Loy piensa que una de las muestra pertenecerían a un compañero que trató de sacarle la flecha de la espalda y que se le quebró. El hecho de haber encontrado amigos y enemigos de Ötiz, el episodio aparece más truculento, y tal vez por ello los arqueólogos han iniciado la búsqueda de nuevas momias, aprovechando que en esos años por el calor se habían derretido más que lo habitual las nieves en las altas montañas (Más información entrega el hombre de las nieves).

Pero ahora la búsqueda no solo se interesa en el hallazgo de nuevas momias, sino además cualquier cosa que ayude a elucubrar sobre lo acontecido. El hecho es que el derretimiento de las nieves de estos último veranos, ha hecho posible el encontrar 300 diferentes ítems, como artículos de caza, flechas, herramientas, trozos de abrigo de piel y lana, restos de cuero de calzados, todo pertenecientes a primitivos viajeros y/o cazadores que durante muchos años han estado cruzando los Alpes a esta altura de 2700 metros. A todos estos artefactos que se han ido encontrando, se les ha denominado genéricamente "Schnidi", por haberse encontrado en el paso denominado Schnidejoch.

Los objetos encontrados datan de diversas épocas y cada uno de ellos ha sido analizado por estudios radiométricos por expertos del Instituto de Tecnología Suizo Federal. Algunos corresponden a la edad de bronce, de una data de aproximadamente 4.000 años. Otros son más nuevos, como monedas romanas, de 200 años después de Cristo, o incluso más tarde, en plena edad media. "Todos estos hallazgos nos están permitiendo reconstruir con mayor precisión las fluctuaciones experimentadas por los glaciales en el área alpina", señala Martín Grosjean, climatólogo de la Universidad de Bern (Science vol. 321, 2008, pag. 1425) (En los Alpes, no solo se ha encontrado el hombre de los hielos).

A Ötzi lo pillaron de sorpresa

De los numerosos exámenes hechos, se había concluido que en el momento de fallecer Ötzi, estaba en ayunas, ya que su estómago estaba vacío. Pero nuevas investigaciones recientes permitieron afirmar que ÖTZI antes de morir había ingerido una opípara cena. Albert Zink y sus colegas del Instituto de Momias en Bolzano, Italia, estudiando con mayor profundidad, observaron que lo que se había interpretado como "su estómago" no era tal y que ello correspondía al colon, que sí estaba vacío. En cambio el estómago verdadero había sido empujado hacia arriba, ubicándose debajo de sus costillas. Fue allí donde Zink y sus colegas, pudieron examinar su verdadero contenido. Estaba lleno con carne de carnero montañés, parcialmente digerida. Esto sugería que Ötzi había ingerido una opípara cena poco antes de su muerte.

"El hombre de los hielos se sintió seguro y se echó a descansar", dice Zink. "El ataque debió suceder entre 30 a 60 minutos después de la comida, ya que la carne en el estómago estaba parcialmente digerida". Los investigadores también encontraron en el esqueleto del hombre de los hielos, tres cálculos vesicales, lo que les permitía asumir que su dieta habitual había sido rica en grasas animales. Ello junto a lo encontrado anteriormente y que sus paredes arteriales, tenían abundantes depósitos de grasas redondeaban el diagnóstico de ateroesclerosis (New Scientist, 10 de Diciembre 2011, pág. 10). Más de 10 años de investigación, parecen ahora haber llegado a su término. Que Ötzi descanse en paz.




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