El desarrollo de energías renovables no convencionales en Chile
( Creces, 2015 )

Las energías renovables no convencionales siguen tratando de ganarse un espacio en el sistema eléctrico chileno. ¿Qué pasos se requieren para potenciar su avance?

Ruta 5 Norte, a la altura de los kilómetros 298 y 325. Mirando hacia la costa, los ojos de quienes transitan por la carretera se dirigen de manera obligada hacia las enormes aspas que por lo general están girando sobre estilizadas torres. Los modernos molinos de viento que dan vida a los parques de generación eólica, se aprecian con claridad. Es un nuevo paisaje para los chilenos que ya se ha convertido en un atractivo turístico de la Región de Coquimbo.

Más al norte, ya asoman algunas iniciativas que pretenden aprovechar la energía solar para producir electricidad, mientras las exploraciones geotérmicas siguen moviéndose, al tiempo que una empresa termoeléctrica busca poner en marcha la quema de combustibles fósiles con biomasa.

Hacia el sur, cada vez son más los proyectos de pequeñas centrales hidro que intentan ocupar los caudales que ofrecen los ríos y canales de regadío, para sumar megawatts al sistema.

Todos esos son ejemplos concretos de cómo las energías renovables no convencionales (ERNC) poco a poco se van abriendo paso, aportando diversificación y seguridad al desarrollo eléctrico del país, en armonía con el necesario cuidado del medio ambiente.

Pero pese a que la capacidad instalada operativa casi se ha duplicado en relación a 2007, alcanzando los 509 MW, la penetración de estas fuentes energéticas en el mercado chileno es aún muy escasa. Según informa el Ministerio de Energía, a julio de 2010, su presencia en la matriz eléctrica llegaba al 3,2%, considerando los aportes de la biomasa (1,13%), la generación eólica (1,12%) y las mini hidro (1,03%).

¿Cuáles son las principales trabas que impiden un desarrollo más acelerado y qué se puede hacer para superarlas? A continuación se entregan algunas respuestas.

Barreras Regulatorias

Bien se sabe que las ERNC tienen una serie de ventajas en relación a las alternativas convencionales: aprovechan recursos naturales renovables provocando bajas externalidades negativas en el entorno; emiten muy pocos contaminantes a la atmósfera contribuyendo a la descontaminación local y global (menos gases de efecto invernadero); ayudan a reducir la huella de carbono, otorgando un atributo favorable a las actividades productivas; requieren de un menor consumo de agua, otro recurso crítico hoy en día; y reducen la dependencia de combustibles importados, entre otros.

Como tal, son un factor bien relevante para avanzar hacia un crecimiento energético saludable.

Así lo reconoce la política del actual gobierno en esta materia que gira en torno a tres ejes: seguridad energética, energía amigable con el medio ambiente y a precios competitivos. En ese escenario, hay una meta declarada: trabajar para que el año 2020, el 20% de la matriz eléctrica provenga de las ERNC.

Esta aspiración implica acelerar el paso en relación a lo que se propone la Ley 20.257 que a partir de este año exige a las empresas generadoras del Sistema Interconectado Central (SIC) y del Sistema Interconectado del Norte Grande (SING) acreditar que el 5% del suministro anual tiene dicho origen. Ese porcentaje comienza a subir gradualmente recién el año 2014, hasta llegar a una exigencia de 10% en el año 2024.

El vicepresidente de la Asociación Chilena de Energías Renovables (Acera), José Ignacio Escobar, indica que el marco regulatorio es justamente la principal barrera para concretar una amplia cartera de proyectos ERNC que en el corto plazo podrían aportar unos 2.000 MW. "En el mercado actual no podemos competir. No hay condiciones favorables para financiar y viabilizar los proyectos, ni para comercializar la energía que se produce", apunta. Luego postula algunas vías de solución: "Estamos proponiendo modificaciones y mecanismos adicionales a la ley actual para crear un clima adecuado para desarrollar los proyectos. La primera propuesta es que la actual aspiración del Gobierno de llegar a un 20% de ERNC al 2020, se manifieste en la Ley, haciendo un ajuste en las metas y viendo cómo se logra incrementar año a año para alcanzar el nuevo objetivo".

En segundo lugar, plantea que es necesario reconocer las externalidades de las distintas tecnologías y transformarlas de algún modo en precios más competitivos y justos, que reflejen por ejemplo los costos en salud que tiene la contaminación generada por las plantas convencionales, o lo que gasta en el transporte de los combustibles fósiles versus la disponibilidad gratuita, ilimitada y local de los recursos renovables. En esta misma línea, recuerda que las ERNC, poseen otro atributo importante: la seguridad; lo que no sucede con otro tipo de energías que pueden llegar a causar desastres medioambientales con costos muy elevados, como fue el caso de Chernobyl, en Rusia, o el reciente derrame de crudo en el golfo de México desde la plataforma Deepwater Horizon.

Como tercera medida propone abrir el mercado a todos los actores, porque eso genera más competencia y mejores condiciones para los clientes finales.

Escobar añade que mejorando el marco regulatorio, otras trabas más específicas como las dificultades de conexión de los proyectos a la red troncal, el acceso a terrenos fiscales con potencial ERNC o la lentitud en las tramitaciones ambientales, pueden ser soslayadas de mejor forma.

Y sentencia: "Si se cumplen las condiciones señaladas, la meta del 20% es superable".

El Gobierno, por cierto, no está de brazos cruzados. Actualmente se están analizando los "lomos de toro" que existen para cumplir con el objetivo propuesto y barajando nuevos mecanismos que permitan fomentar el desarrollo de las renovables.

Este trabajo incluye también el marco regulatorio. A ese respecto, las autoridades están estudiando propuestas de normativa complementaria a la Ley 20.257. Además, se trabaja en dos temas específicos: la modificación de la Ley de Concesiones Geotérmicas, con miras a perfeccionar los procesos de evaluación de las solicitudes directas y de las ofertas en licitaciones; y el análisis y adecuación del marco normativo aplicable al biogás para permitir el desarrollo de estos proyectos.

Por otra parte, el Gobierno también ha dado su explícito apoyo a la tramitación en el Congreso del proyecto de ley de "Net Meeting" o Consumo Neto, el cual abriría la puerta para que los clientes residenciales capaces de generar electricidad puedan descontar ese porcentaje de lo que pagan a la compañía distribuidora. Incluso si generan más de lo que consumen, podrían inyectar y vender la energía sobrante a la red. Este sistema promueve la generación distribuida y opera hace años en países desarrollados como Estados Unidos, Japón y Dinamarca, donde los consumidores utilizan tecnologías principalmente fotovoltaicas para transformarse en generadores.

Cuestión de Incentivos

La experiencia internacional demuestra que el desarrollo de las ERNC requiere también de instrumentos de fomento o subsidios entregados por el Estado. En esa línea, el Gobierno ha desarrollado herramientas específicas que ya llevan operando varios años, como los subsidios a estudios de pre inversión, las líneas de financiamiento preferente y los fondos de capital de riesgo que se otorgan a través de CORFO. A eso pronto se sumarán otros como el subsidio contingente para riesgo de exploración geotérmica y los concursos para viabilizar dos plantas solares para producción eléctrica, una de 10 Mw basada en un sistema de concentración y otra fotovoltaica de 500 Kw.

No obstante, el académico del Programa de Estudios e Investigaciones en Energía (PRIEN) de la Universidad de Chile, Alfredo Muñoz, opina: "En nuestro país, los incentivos para los renovables son bajísimos".

En ese contexto, sostiene que debiera haber estímulos diferenciados para las distintas fuentes, tal como ocurre en Europa, de manera de permitir no sólo el desarrollo de aquellas tecnologías en que existe más avances como la eólica sino también de otras opciones que en Chile podrían ser rentables, como la concentración solar, la que a su juicio presenta mejores perspectivas que la energía fotovoltaica.

Asimismo advierte que la experiencia internacional muestra que se deben aplicar estímulos de todo tipo (subsidios en las tarifas, en los sistemas de transmisión, fondos para estudios, etc.) y mantener en el tiempo: "Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que a pesar de sus avances, en todo el mundo siguen existiendo incentivos para la energía eólica", dice.

Para Pedro Mathei, presidente de la Asociación de Pequeñas y Medianas Centrales Hidroeléctricas (Apemec), los incentivos también son una buena forma de superar "otro lomo de toro" que enfrentan las ERNC: la conexión a las redes troncales para inyectar la energía que generan. "Construir una línea de transmisión tiene altos costos que son difíciles de asumir para proyectos que producen pocos megawatts, como son las mini hidro", comenta. Agrega que el Gobierno diagnosticó este problema hace tiempo y ya se han dado algunos pasos para tratar de revertirlo: "Hace un par de meses, CORFO lanzó un subsidio contingente para proyectos asociativos. Este instrumento busca estimular a algunos actores para que asuman la construcción de una línea de transmisión común para varios proyectos en una cuenca. Si en el futuro, algunos de los proyectos involucrados no se lleva a cabo, entonces se activa el subsidio. Ese instrumento está en revisión, y es importante mantenerlo haciéndole las mejoras necesarias para que sea efectivo. Si eso se hace en el corto plazo, decenas de proyectos se van a viabilizar en forma casi automática".

Mathei subraya que el potencial mini hidro en Chile es enorme. Según el ejecutivo, un estudio de la CNE indica que sólo en canales de riego se podrían obtener 2.000 MW, en base a proyectos claramente identificados (con ubicación geográfica y titular). En Apemec, en tanto, las estimaciones preliminares de un barrido que se está haciendo a lo largo del país, incluyendo cauces naturales y de regadío, muestran un potencial de 3.000 MW, en iniciativas que podrían implementarse en el corto plazo. "Y haciendo una extrapolación muy conservadora llegamos fácilmente a los 10.000 MW, sin considerar Aysén", asegura.

Luego plantea otro tema que preocupa en particular a las mini hidro: la tramitación de los derechos de agua que requieren estos proyectos. "Es necesario modernizar el sistema, de manera que haya mayor información, transparencia y agilidad. Afortunadamente en la Dirección General de Aguas comparten nuestro diagnóstico y confiamos en que el nuevo director va a hacer un excelente trabajo", afirma.

Añade que en sus reuniones con el Ministerio de Energía, las autoridades también se han mostrado muy interesadas en superar estas barreras porque va a permitir aprovechar el potencial mini hidro y avanzar en la aspiración de alcanzar un 20% de ERNC al 2020. "Ese objetivo equivale a implementar 5.000 MW. Si en estos cuatro años se superan las trabas señaladas, el sector mini hidro podría inyectar perfectamente unos 1.000 MW", dice.

Información y Paradigmas

En los últimos años, el Gobierno también ha trabajado en generar la información necesaria para la inversión en este campo. Así se ha dado vida a estudios de evaluación de recursos (eólica, solar, biomasa y biogás), un catastro de proyectos hidráulicos asociados a obras de riego, modelos de evaluación técnico-económica de proyectos e información sobre geotermia.

Más allá de eso, José Ignacio Escobar señala que la falta de información sobre el tema aún es notoria y genera paradigmas equivocados que es necesario derribar. Un claro ejemplo de ello es que cuando se dice que el desarrollo de las ERNC requiere de subsidios, se olvida que hoy existe una gran cantidad de aportes estatales a las energías más contaminantes. El ejecutivo de Acera señala: "En Estados Unidos, este año se aprobó un subsidio a los combustibles fósiles de 36,5 billones de dólares para la próxima década. Con ese dinero se podrían construir 5.000 MW en energía eólica , instalar una cantidad similar en minihidro, 2.000 MW en centros solares, 1.000 MW en geotermia, 500 MW en biomasa e invertir 100 millones en l+D". Como para pensarlo dos veces; más aún si se considera que un estudio realizado por la consultora Deloitte para la Agencia Española de Energía Eólica entre los años 2003 y 2009 concluyó que el retorno de la inversión en ERNC es 9 veces por cada euro invertido, por conceptos de empleo, producto interno bruto, reducción de importaciones, competitividad y desarrollo industrial. "Esta realidad está siendo reconocida por los países desarrollados. De hecho, el presidente Barak Obama se puso como meta que al 2011 debe haber un plan para ir rebajando el subsidio para los combustibles fósiles", acota.

Escobar también aborda una de las principales desventajas que enfrentan las ERNC, cual es la inestabilidad de sus recursos base, como sucede con el viento o el sol. Al respecto sostiene: "Los combustibles tradicionales entregan potencia firme a precio variable, mientras que las energías renovables otorgan energía variable a precio fijo y estable en el tiempo. La solución es el mix entre ambas opciones, ya que sin duda, son complementarias. La suma de ambas puede configurar un sistema que cuente con la potencia adecuada y que sea capaz de otorgar el suministro parejo que requiere la demanda. No se necesita que las renovables entreguen potencia firme por sí mismas, para eso están las otras tecnologías".

Añade que el atributo de precio fijo de las ERNC permite contar con precios más estables y predecibles para toda la energía, lo que hoy no sucede en nuestro país porque estamos sujetos a la volatibilidad de los precios internacionales de los combustibles. Asimismo, ayudan a amortiguar los shocks de precios y reducen la vulnerabilidad frente a crisis internacionales, entre otros beneficios.

Tecnología e Investigación

Destinar recursos a tecnología e investigación es otro paso bien importante para avanzar en el desarrollo de las ERNC.

Así lo ha entendido el Gobierno que también ha implementado instrumentos que apuntan a ese objetivo, como es la subvención para el desarrollo de proyectos piloto o transferencia tecnológica orientado a atraer empresas extranjeras desarrolladoras de tecnología para que se instalen en nuestro país. "Queremos que Chile sea un nicho para el desarrollo de servicios tecnológicos para el resto del Cono Sur", señala Rodrigo García, Gerente de Gestión del Conocimiento del Centro de Energías Renovables (CER), entidad creada al alero de Corfo y del Ministerio de Energía. Añade que la misión del Centro es promover y facilitar las condiciones para el establecimiento de la industria de las ERNC en el país, aunando esfuerzos políticos y privados. En ese contexto, la entidad está trabajando en varías líneas, entre las que destacan el análisis de las barreras para las ERNC, el estudio del capital humano necesario para el desarrollo de esta industria, el trabajo es una mesa de bioenergía para potenciar este recurso y el estudio de los sistemas de concentración solar para generar electricidad, con énfasis en las opciones de almacenamiento.

Las empresas también juegan un rol muy relevante en materia de innovación tecnológica. Un ejemplo destacable es el trabajo que está realizando la empresa E-CL, perteneciente al grupo GDF Suez, que está trabajando tres proyectos en esta área: una planta de concentración solar en Mejillones, un proyecto eólico que pronto presentará a evaluación ambiental y la introducción de la co-quema en dos nuevas unidades termoeléctricas. Esta última es una tecnología muy probada en el mundo, pero bien novedosa parar nuestro medio, y consiste en reemplazar parte del combustible fósil por biomasa. Con ello se reducen las emisiones de gases contaminantes y de CO2, siendo reconocida como una alternativa importante para reducir la huella de carbono. Ligado a eso, la compañía esta estudiando el desarrollo de posibles cultivos energéticos que le permitan disponer de biomasa a nivel local.

Proyectos ERNC en Chile

TIPO En operación En construcción Apro Dados En Trámite
MW MW MW MW
Mini Hidro 26 186,25 9 57,4 40 314 3 43
Eólico 6 166,98 1 20 26 1.904 2 57
Solar - - - - 1 9 1 28
Biogás 1 2 3 13,14 1 28 - -
Biomasa 9 153,8 3 47,7 7 137 - -
TOTAL 42 509 16 138,2 75 2.392 6 128
Fuente: Ministerio de Energía, Julio 2010

Revista Induambiente Julio-Agosto 2010



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