Hasta el inicio de las operaciones del Radiotelescopio Milimétrico/ Submilimétrico de Atacama (ALMA), situado a 5.100 metros de altura al interior de la Región de Antofagasta, sí un astrónomo quería escudriñar el misterio del nacimiento de las estrellas ubicadas fuera de nuestra galaxia, debía conformarse solo con imágenes generales de las nubes de gas donde ellas se formaban.
Era como ir a un parto y quedarse en la puerta del hospital. Ahora, por intermedio de las antenas Chajnantor, los investigadores están por primera vez teniendo acceso al detalle del proceso.
Las bondades del radiotelescopio, que el 13 de Abril (2015) cumplió dos años de operaciones, fueron destacadas durante un seminario sobre formación galáctica en el marco del encuentro anual de la" Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia", AAAS, que se realizó en San José, California.
"Gracias a ALMA hoy es posible obtener imágenes de galaxias en formación cuando son extremadamente jóvenes, de cuando sus primeras estrellas ni siquiera se han formado o si lo han hecho, todavía están rodeadas por el polvo", dijo Kartik Sheth, investigador del National Radio Astronomy Observatory (NRAO), uno de los entes operadores del complejo.
El investigador mostró como ejemplo una imagen recientemente captada que muestra cúmulos muy densos de nubes de gas en la galaxia del Escultor,en la que se puede ver su estructura capa por capa.
"Solo con ALMA podemos hacer observaciones de este tipo. Hasta ahora solo se podíía dar una mirada en detalle a la formación de estrellas dentro de la Vía Láctea, pero esta, en cierto sentido es bastante floja en lo que se refiere a formar nuevos soles. Hay otras galaxias que se conocen como explosivas y que crean estrellas a un ritmo vertiginoso, cientos y miles de veces más rápido que nuestra Vía Láctea".
Es justamente el caso de Escultor, a 11,5 millones de años luz de la Tierra. Con el radiotelescopio no sólo es posible verlas sino estudiar sus propiedades internas y entender qué procesos intervienen y aceleran o atrasan la formación de las estrellas.
"Ahora podemos diferenciar las distintas nubes de polvo y gas. Estudiando el polvo puedes determinar parámetros físicos como temperatura y densidades. Analizando las moléculas se obtiene todavía más información. Es posible ver la química y cómo se mueven estas nubes", destaca a "El Mercurio" Itziar de Gregorio, encargada del programa científico de ALMA.
Ello ha sido posible, dice, gracias a la combinación de la tecnología de las antenas, que es muy avanzada, y el sitio donde están ubicadas; "porque a las frecuencias altas a que trabajamos, la atmósfera puede contaminar muchísimo. Chajnantor es muy alto y seco, lo que evita el ruido ocasionado por ella".
ALMA no solo ha conmovido a los científicos. La imagen de un disco protoplanetario (es decir un planeta en formación) tuvo 500 millones de visitas en internet, resalta Pierre COX, director del radiotelescopio.
El complejo ya funciona prácticamente a plena capacidad, pero eso no significa que es posible usar todas las antenas de que dispone a la vez. "No se pueden emplear las 66 antenas al mismo tiempo por un tema de mantención. Nuestro objetivo es que a fin de año lleguemos a utilizar de 58 a 60 antenas, lo que equivale casi 90% del total", asegura Cox, para quien el complejo ha sido un progreso fantástico para la ciencia.
Aunque el proyecto es una cooperación internacional, la participación chilena es alta. En la ciudadela que se conoce como centro de operaciones, el 80% del personal es de origen chileno y además a los investigadores les corresponde 10% de la investigación que allí se realiza.
Chajnantor no solo apunta al espacio lejano. También está entregando nuevas perspectivas del Sistema Solar. De hecho, la NASA les pidió a los operadores de ALMA que apuntarán a Plutón para detectar su posición exacta, de modo de guiar en forma segura la trayectoria de la misión New Horizons, que debe llegar allá en julio.
complemento
ALMA es hoy el mayor radiotelescopio en operaciones del mundo, pero Square Kilometre Array (SKA), que comenzó a instalarse en Sudáfrica y Australia, podría quitarle este título en los próximos años ya que obtendrá su señal a través de miles de pequeñas antenas instaladas en un radio de 3 mil kilómetros. Pero no será competencia para el radiotelescopio de Chajnantor, aclara su director, Pierre Cox. "No lo será porque opera longitudes de onda, a frecuencias muy bajas, por lo que podrá medir procesos físicos totalmente diferentes. En realidad serán complementarios".
Uno de los mayores hitos de ALMA ha sido el análisis de discos protoplanetarios en formación en torno a estrellas. Esta imagen, que fue un éxito en internet, muestra a uno de ellos, observado en torno a HL Tauri en la constelación de Tauro, a 450 años luz de la Tierra.
Las antenas en la planicie de Chajnantor se pueden desplazar en un radio de hasta 15 kilómetros. El área es estable. De hecho, según Pierre Cox, el terremoto que afectó al norte de Chile del año pasado ni siquiera se sintió allá arriba.
Participantes
ALMA es una asociación entre el Observatorio Europeo Austral (ESO), la Fundación Nacional de Ciencias de EE.UU. (NSF) y los Institutos Nacionales de Ciencias Naturales de Japón (NINS), en cooperación con la República de Chile. La construcción y operaciones son conducidas por ESO, el Observatorio Radioastronómico Nacional (NRAO) de EE.UU. y el Observatorio Nacional de Japón (NAOJ).
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