Una seguridad para los bancos de sangre
( Creces, 2015 )
Los bancos de sangre toman todas las precauciones disponibles para prevenir que la sangre del donante contenga algún patógeno que pueda infectar al paciente receptor. A pesar de ello, siempre queda la duda. Pero ahora disponen de una nueva tecnología que da total seguridad: bloquear todos los ácidos nucleicos de posibles virus y bacterias que pueda contener la sangre del donante, de modo que ni bacterias ni virus puedan llegar a reproducirse en la sangre del receptor.
Es cierto que los bancos de sangre disponen de suficientes precauciones microbiológicas que les permiten detectar posibles bacterias o virus en sangre donada. Con todo no siempre pueden estar seguros de su esterilidad, no sólo porque pueden fallar los métodos de detección microbiológicos convencionales, sino también porque no se ha dispuestos de técnicas para microorganismos poco frecuentes y no convencionales, como por ejemplo los causantes de enfermedades tropicales, tales como el dengue y chikungunya, u otros muy raros, que por lo remoto, se estiman que no existen en el país. Ello es un riesgo, dado el enorme y rápido desplazamiento de las personas por vía aérea. Es así como por ejemplo, ya han comenzado a expandirse por el Continente Americano, el dengue y chinkungunya, cosa que parecía improbable
(La infección causada por el virus Chikungunya en Africa, ahora se extiende al Continente Americano).
Ahora los bancos de sangre disponen de una nueva técnica, que impide la multiplicación de patógenos. Recientemente el Food and Drug Administration de Estados Unidos (FDA) aprobó el sistema llamado INTERCEPT, que permite limpiar plaquetas (componentes de la coagulación) y plasma (el líquido sanguíneo) de todo posible agente infeccioso. La tecnología ha sido desarrollada por la empresa Cerus, e impide que los ácidos nucleicos (DNA y RNA) de virus y bacterias, puedan reproducirse en el organismo del recipiente (ver figuras). La técnica consiste en agregar una molécula capaz de insertarse en el DNA o RNA de la sangre donante y luego exponerla a la luz ultravioleta. Con ello se logra que la molécula insertada se una irreversiblemente a los ácidos nucleicos de virus o bacterias impidiendo su replicación. El procedimiento no daña al plasma ni a las plaquetas porque ellos no contienen ácidos nucleicos. Tampoco afecta a los glóbulos rojos, dado que no contienen DNA ni RNA (no contienen núcleo). Se ha definido esta tecnología como la forma más segura disponible para preservar la sangre. Así lo afirma recientemente el New England Journal of Medicine, en su editorial (Junio 2015).