El robot Philae está vivo sobre la superficie del cometa 67P
( Creces, 2016 )

Tras despertar al cargar sus baterías, ha reiniciado su trabajo en la superficie del cometa 67P. Desde allí, se comunica con Rosetta y esta con la Tierra.

En el mes de Mayo del año 2004, la Agencia Espacial Europea, lanzó desde la Guyana Francesa, la llamada "Misión Roseta", cuyo destino final era el cometa 67P. El lanzamiento fue un éxito, iniciando la nave Rosetta un viaje que duró 10 años, hasta llegar a la vecindad del cometa (Noviembre del 2014). Desde allí, a una distancia de 30 kilómetros, este lanzó un nódulo de aterrizaje, llamado Philae. Este golpeó la superficie del cometa y después de rebotar dos veces, logró posarse en su superficie, pero quedando atrapado entre dos acantilados, un lugar con muy poca luz, con lo que sus baterías no pudieron recargarse (Nuevos datos obtenidos por Rosetta ayudan a entender la geología del cometa 67P).

Con todo, pudo transmitir información durante sesenta horas, hasta que se agotaron sus baterías. Philae logró comunicarse con Rosetta y esta con la Tierra. La comunicación fue muy fructífera, cumpliendo con los objetivos de la misión, cual era contribuir a comprender la evolución del sistema solar desde su nacimiento, ya que los cometas son considerados verdaderos guardadores de vestigios de la materia prima solar. "Es que el cometa es un bloque de hielo, que atrapa y conserva los componentes constituyentes de la formación del Sistema Solar, del mismo modo que un refrigerador conserva la comida" dice Laurence O'Rourke, coordinador científico de la misión Rosetta. Como el cometa es un bloque de hielo, va atrapando y conservando muestras del gas y el polvo que se fue produciendo durante el desarrollo del sistema solar, y por ello es como mirar al pasado.

Aunque no estaba previsto que en su aterrizaje rebotara, eso le permitió hacer mediciones que no habrían sido hechas si se hubiera fijado en el lugar de aterrizaje originalmente definido.

"Así conseguimos mas información de dos partes distintas del cometa, lo que fue un plus enorme", dice O'Rouke. "Mas aún, Philae no hubiera sobrevivido, si se hubiera quedado en el sitio original, por la directa exposición al enorme calor solar".

El hecho es que tras un retardo de siete meses, el pequeño robot europeo Philae despertó. Es que al acercarse al Sol sus baterías solares volvieron a recargarse, aún cuando estuviese al fondo de una quebrada. Esta vez envió menos datos, pero más recientes, dado que el cometa está constantemente girando sobre sí mismo cada 12 horas y 40 minutos, lo que le permite al robot comunicarse sólo dos veces por día terrestre.

Ahora ya se está alejando del Sol, con lo que sus baterías solares volverán a descargarse y consecuentemente volverá a dormirse. En todo caso, la misión se ha extendido hasta el 30 de septiembre del 2016, momento en que el orbitador (Rosetta) se estrellará con el cometa, completando sus últimas lecturas de datos.



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