Los insectos como fuente de alimentos
( Creces, 2016 )

Un mundo sobre poblado y con un incremento en la calidad de vida, está demandando una mejor alimentación, especialmente en lo que se refiere al consumo de proteínas de origen animal. Satisfacer esta demanda requiere de un incremento substantivo de la producción de peces, cerdos y pollos. Los insectos pueden ser la solución, con la ventaja que su consumo tendría un mucho menor costo ambiental.

Aunque parezca raro o repulsivo, existe un proyecto de investigación en marcha, llamado PROTeINSECT, que se ha centrado en el desarrollo del el cultivo y procesamiento de dos tipos de larvas de moscas, tratando de llegar a un producto que por sabor y textura se parezca a la carne. En él participan 12 socios de siete países de China, África y Europa. Hasta ahora están en la primera etapa de investigación que trata de dar respuesta a la pregunta básica: ¿son los insectos los animales apropiados para servir de alimentos en el futuro? Los interesados afirman estar convencidos que la respuesta es “si”. En el mundo de hoy, sobre poblado y con un mayor estándar de vida (Expectativas de alimentación en el siglo XXI), el apetito por la carne está creciendo exponencialmente y para satisfacerlo se requiere alimentar animales, además de otros factores, como suficiente cantidad de espacio, mas el adecuado abastecimiento de agua limpia y un medio ambiente sanitizado. Están convencidos que para producir el alimento, y especialmente las proteínas, los insectos son la fuente de materia prima más adecuada que se pueda lograr con un costo razonable y sin dañar el medioambiente. Muchas especies de insectos pueden alimentarse a bajo costo, de estiércol y desechos orgánicos, como sobrantes alimenticios y/o restos de granos de la industria cervecera o de otros subproductos orgánicos.

Por otra parte las agencias reguladoras de diferentes gobiernos están tratando de evaluar los potenciales riesgos que de ello se pudiera derivar. Temen que los insectos podrían acumular toxinas o trasmitir enfermedades infecciosas a los animales de granjas y criaderos. Recientemente la European Food Safety Authority (EFSA) en Parma, Italia, produjo su primer informe acerca de los riesgos de usar insectos como fuente alimenticia para animales de granjas, concluyendo que ello depende de la especie de insectos que se utilicen, lo que en el informe analizan en detalle.

Según Arnold van Huis, entomólogo de la Universidad de Netherlands, opina que desde el punto de vista ambiental, utilizar los insectos como materia prima es una gran elección. Los insectos crecen muy rápidamente y llegan a producir masa corporal a una increíble velocidad, en parte debido a que son de sangre fría y por lo tanto no necesita gastar energía en regular su temperatura corporal. Los grillos necesitan solo 1.7 kilos de alimentos para ganar 1 kilo de peso, mientras que un pollo consume 2.5 kilos de alimentos para igual incremento de peso. Un cerdo gasta 5 kilos de alimento para generar un kilo de peso. Otra ventaja es que el insecto elaborado se come íntegramente, mientras que en el pollo se come nada más que la mitad, el resto son deshechos. En el vacuno, la fracción es aún menor. Como resultado de todo esto, un kilo de proteínas de insecto produce menos CO2 que un kilo de cerdo o vacuno y para ello ocupan menos de un décimo de terreno.

De las especies comestibles (de las cuales hay más de 2000), a parte de tener un alto contenido de proteínas, también son ricas en micronutrientes, como fierro y vitaminas. Por ello es que muchos animales crecen y se desarrollan muy bien comiendo insectos como parte importante de la dieta. Como por ejemplo los pollos y las truchas a los que se les puede reemplazar la soya o la harina de pescado, entre el 20º al 100% sin que se produzcan efectos adversos. Claro que la mayor parte de las dietas de insectos son deficientes en calcio, que se puede agregar a bajo costo. También son deficientes en metionina y lisina, dos aminoácidos esenciales cuyo reemplazo ya es más caro.

La alimentación humana

En la actualidad hay muchos países en que su población consume alimento proveniente de insectos. En la actualidad más de dos mil millones de personas, como parte de su dieta tradicional, cocina orugas, hierven escarabajos o consumen lombrices marinas. En el Sudeste de África, cada año se cosechan más de diez mil millones de escarabajos para consumo humano. En Uganda, un kilo de saltamontes es más caro que un kilo de carne de vacuno.

Sin embargo hay que reconocer que para muchas personas es repugnante enfrentarse a un menú de insectos y no va a ser fácil venderles la idea de incorporarlos en su dieta. Pero los entusiastas de comer insectos, piensan que cuando los animales de granjas comiencen a comerlos, los humanos van a comenzar a encontrarlo menos repugnante y en consecuencia mejoren su aceptabilidad. En todo caso lo importante es que los animales de granja los consuman y que ellos sean la transformación necesaria entre el insecto y el hombre; insecto-animal-hombre.

Como funciona el proceso

Dentro del proyecto PROetINSECT, ya se desarrollado las tecnologías para producir miles de kilos de larvas de moscas (gusanos) que han sido cultivadas en estiércol de pollo o con mezclas de otros sub-productos alimenticios, y con ellas ya han comenzado a alimentar peces, cerdos y pollos.

Para ello, cada mañana, en un compartimento cerrado, que contiene las moscas, colocan en el suelo bandejas que contienen estiércol de aves. Luego espera un tiempo (dos o tres horas) para que las moscas coloquen sus huevos en su superficie. Luego se traslada la bandeja a otro compartimento para que estos maduren. En pocas horas las larvas, saliendo de los huevos, comienzan a madurar alimentándose del estiércol, el que se debe mantener húmedo para que poco a poco se vayan introduciendo las larvas dentro de él. A los pocos días comienzan a desplazarse hacia los lados de la bandeja; ello significa que ya están listas para la cosecha. A algunas de las larvas ya maduras se les proporciona una alimentación especial (restos de pescado) y se las utiliza para reponer el stock de moscas. Cuando ya se desarrollan, vuelven a repetir el ciclo. Pero la mayor parte de ellas se destinan a desarrollar el alimento para animales. Cuando ya están maduras, se separan de la bandeja con el estiércol, se homogenizan con un mortero y luego se secan hasta obtener un polvo fino.

Si bien es cierto que esto es un proceso artesanal, bien se puede imaginar como se puede industrializar, automatizándolo con una maquinaria adecuada. El hecho es que ya en el año 2014 se produjeron en el mundo alrededor de 980 millones de toneladas cuya venta produjo 460 mil millones de dólares. (Science: 350; 267, 2015).

En la actualidad más del 80% de la producción de soya del mundo se usa para alimentar animales. Su cultivo requiere de una enorme cantidad de tierra y agua. Es evidente que los insectos jamás van a llegar a reemplazar totalmente a la soya, pero pueden llegar a ser un porcentaje significativo. En todo caso, se necesita una hectárea de tierra para producir una tonelada de soya al año. La misma área de tierra puede producir 150 toneladas de polvo de insecto.

La proteína de insecto puede producir aun un mayor impacto en acuacultura, la que actualmente consume el 10% de la harina de pescado, para alimentar otros pescados. Durante los últimos tiempos la producción de harina de pescado ha sido muy errática y su precio se ha ido incrementando rápidamente, desde 500 dólares por tonelada en 1990, a 1500 y 2500 dólares en los años recientes. Las empresas productoras de salmones ya no son rentables y los empresarios buscan desesperadamente otras fuentes de proteínas. Es aquí donde la harina de insectos tienen su cabida, utilizándola como substituto de la harina de pescado, ya sea reemplazándola completamente o al menos en un porcentaje importante.

Ya en la Ciudad del Cabo en Sud África existe una empresa llamada AgriProtein Technologies que ha llevado el proceso a escala industrial y está pronto a iniciar la producción de la harina de moscas. Ella nació con el aporte de 11 millones de dólares de la fundación Bill & Melinda Gates, más otros aportes privados. Han calculado que cuando alcance su capacidad máxima de producción va a estar consumiendo 110 toneladas de desechos orgánicos diariamente, para llegar a producir 24 toneladas de gusano. Ello reducido a polvo, se podrá vender a menor precio que la harina de pescado.



*Fuzz Food: Feeding insect meal to livestock could help the planet, but will be good for people? Science 350; 267, 2025



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