Sigue el interés por obtener muestras de un lago bajo el hielo antártico
( Creces, 2016 )

Tanto británicos como rusos han emprendido costosos proyectos para perforar lagos glaciales en busca de evidencia de vida, al menos microscópica. Desde 2014, Chile también tiene un candidato para hacer el mismo tipo de exploración.

Más de 380 lagos sub-glaciales se han hallado a más de 2 kilómetros bajo el hielo antártico, pero todavía no se ha podido explorar ninguno. Interesa determinar si en ellos sobrevive algún tipo de vida, pese a que han estado aislados y en completa oscuridad por miles de años. Sería una prueba de lo que se podría encontrar en otros mundos.

El tema se abordó en una reunión internacional realizada en el Centro de Estudios Científicos de Valdivia (CEVs). Justamente sus investigadores, liderados por el glaciólogo Andrés Rivera, detectaron en 2014 el primer lago subglacial en el área antártica reclamada por Chile. Lo bautizaron como CECs, igual a la sigla de su institución.

Los dos mayores intentos por explorar estos sistemas quedaron pendientes y no hay indicios de que vayan a ser retomados en el corto plazo, asegura Rivera.

Los que han estado más cerca fueron los rusos, quienes perforaron el lago Vostok. En el 2012, lograron tomar muestras de hielo en la zona inmediatamente previa al lago, en la base del hielo.

En 2015 anunciaron la perforación de un segundo pozo e incluso habrían logrado extraer una muestra de agua, que se congeló al llevarla a la superficie polar.

No obstante, Rivera reconoce que hay muchas dudas sobre estos logros, porque las técnicas de perforación empleadas no han sido limpias, ya que incluyeron el uso de parafina y otros líquidos, además que tampoco han seguido normas estrictas de esterilización de los instrumentos. Por lo tanto, todas las supuestas muestras biológicas obtenidas podrían estar contaminadas.

Completamente frustrada resultó la perforación del lago Ellsworth, la que estuvo a cargo de científicos británicos. Los taladros solo lograron penetrar 300 de los 34.500 metros que tenían como objetivo. “Se les presentó un problema técnico, pero al menos adquirieron la experiencia para futuras exploraciones”.

El único que si se pudo perforar fue el lago Whillans, pero Rivera reconoce que no cuenta mucho ya que está a 800 metros de profundidad y sus aguas están en contacto con el mar. “No es lo mismo que un lago interior cuyas aguas ha estado aisladas por miles de años”.

En el caso del lago CECs, por ejemplo, está situado a más de 600 kilómetros del mar, bajo la planicie antártica. Su exploración es todavía incipiente. “En diciembre iremos con investigadores británicos a hacer estudios sísmicos. Con este mapeo esperamos determinar el espesor del hielo sobre el lago, medir la columna de agua (es decir su profundidad) y determinar la presencia de sedimento debajo de él”.

En cuanto a una posible perforación, Rivera es cauteloso. “Es una mega empresa; se requiere mucho desarrollo tecnológico y especialistas que trabajen en sistemas estériles. Es un desarrollo tecnológico y humano que no tenemos, pero estamos pensando que esto hay que hacerlo y en algún minuto lo haremos, aunque por ahora no tenemos una fecha concreta.



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