Nuestro más lejano antepasado
( Creces, 2017 )

Nuevos análisis de los restos fósiles encontrados en el año 2002 en el Desierto Durab, en Chad, permiten ahora con mayores antecedentes, afirmar que corresponderían a los más antiguos ancestros humanos conocidos, con una data de siete millones de años.

Los restos fósiles descubiertos por un equipo de antropólogos del Colegio de Francia en Paris, dirigido por Alain Beauvilain, han sido asignados a una nueva especie denominada, Sahelanthropus tchadenis. (Nature 2002; 418:145-151). Por sobrenombre lo han denominado "Toumaï", palabra del idioma kanuri que significa esperanza de vivir. El hallazgo comprende un cráneo, dos fragmentos de mandíbula inferior y tres dientes aislados.

De acuerdo a las primeras investigaciones, los restos corresponderían al linaje humano, en la época en que se separaron del chimpancé, hace siete millones de años. Sin embargo, críticos, como Ivés Coppens (del equipo descubridor de Lucy) o Brigitte Senut, pensaban que, dadas las características físicas del cráneo, estaba más cerca del chimpancé que del hominini. Pero ahora nuevas investigaciones parecen reafirmar que están más cerca de la especie Homo.

Ahora Thibau Bienvenu, miembro del mismo equipo francés, reconstruyeron digitalmente el cerebro de Toumaï, de acuerdo a la cavidad craneana. Así determinaron que este tendría una capacidad de 378 centímetros cúbicos, lo que está dentro del rango de la capacidad craneana de un chimpancé. El cerebro del hombre moderno tiene un volumen tres veces superior. Sin embargo, otras peculiaridades les permiten afirmar que pertenece al género hominideo: no presenta cresta craneal, el lóbulo posterior es más grueso y se proyecta hacia atrás, el tronco cerebral es inclinado y la corteza frontal es expandida. Tiene rostro alto y poco prognado (ver figura).

Por otra parte, Michel Brunet, también miembro del equipo del Colegio de Francia, agrega que otra razón para afirmar que Toumaï es hominino, es que sus caninos son más pequeños, lo que se asocia con una reducción de la agresividad. Además, el foramen magno (donde se junta la espina dorsal con la base del cráneo), está ubicado más adelante, de modo que la columna es recta y calza con la base del cráneo, lo que se asocia con el caminar erguido en dos piernas. En los monos la inserción de la columna es posterior (los antepasados de la especie humana). Bienvenu afirma que Tournaï es la ventana para la primera etapa de evolución del cerebro humano que ya muestra evidencias de reorganización hacia las condiciones humanas, antes que el cerebro comience a incrementar el tamaño y expandirse. Añade que esta primera reorganización puede ser la consecuencia del comenzar a caminar en dos piernas.



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