Una ameba mortal que se infiltra en el cerebro
( Creces, 2017 )

Una ameba que penetra hasta el cerebro, introduciéndose a través de la nariz y desde allí pasa al cerebro donde comienza a alimentarse, consumiendo el tejido cerebral. Se trata de una meningoencefalitis amebiana, que casi siempre termina con la muerte del enfermo en pocos días.

La causante es una ameba (organismo unicelular), llamado, Naegleria fowleri, que está al acecho para aquellos que se bañan en aguas tranquilas y temperadas de lagos, lagunas, estanques, o en piscinas mal cloradas. Allí ella se desarrolla muy bien a temperaturas de hasta 40°. Parece estar distribuida por todas partes del mundo, ya que se conocen numerosos casos en Estados Unidos (35 casos en los últimos 10 años), Nueva Zelanda, Austria, Checoslovaquia, Bélgica y la India. En América Latina se han descrito en Brasil, Colombia, Venezuela Perú y Chile. En total ya son miles.

Las personas se contaminan al bañarse, sumergiendo la cabeza en aguas contaminadas. Por la nariz, penetra hasta el cerebro, atravesando la zona perforada del hueso etmoides. Abdul Mannan de la Universidad de Aga Khan en Karachi, Pakistán, cree que ella es atraída a esa zona cerebral por una substancia química llamada “acetilcolina”, producida en gran cantidad por las células nerviosas, especialmente las de la zona frontal del cerebro. Se sabe que la acetilcolina actúa como un magneto para atraer algunas células inmunológicas y neuronas, Según Mannan, la ameba tendría ancestralmente en su superficie estructuras proteicas semejantes a receptores de acetilcolina, por lo que se facilitaría el encuentro de la ameba con el tejido cerebral. Casi siempre los pacientes tienen el antecedente de haberse bañado en aguas temperadas, lo que debe considerarse para sospechar el diagnóstico.

En el ciclo de vida de la Naigeria se pueden observar tres etapas: la etapa de trofozoito, de flagelado y quiste. En la primera, su aspecto es cilíndrico, irregular y alargado con uno de sus extremos ancho y el otro romo. Es en esa primera etapa que ya se inician los síntomas porque el extremo ancho comienza a succionar substancia cerebral en forma muy eficiente (ver figura). Los síntomas aparecen muy rápidamente en la medida que se destruye el tejido cerebral: cefalea intensa, congestión nasal, fiebre muy alta, focos hemorrágicos y finalmente necrosis tisular. Los síntomas progresan muy rápidamente hasta llegar al coma. La muerte se produce a la semana de iniciado estos. La sobrevida no sobrepasa el 2%. No se conoce un tratamiento eficaz, aun cuando se recomienda administrar mezclas de diferentes antibióticos.

Mannan sigue trabajando en búsqueda de una droga y piensa que esta podría ser un bloqueador del receptor que se ubica en la superficie de la ameba. “Es tipo de drogas ya existen y se están usando, por ejemplo, en el tratamiento del colon irritable o para regular el ritmo cardíaco”. Maahan ahora está ensayando algunas en lauchas inyectadas con amebas. Pero la solución no es fácil ya que los síntomas aparecen muy rápidamente. Habría que administrarla tan pronto como la persona ha sido infectada, etapa en que aún no es posible hacer el diagnóstico. “El primer síntoma es el dolor de cabeza, pero cuando este llega a manifestarse la ameba ya está instalada en el cerebro” señala Mannan.



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