La astrónoma Linda Spilker del Jet Propulsión Laboratory (JPL) ha estado a cargo de más de trecientos investigadores que han monitoreado la sonda robótica que en el año 2004 llegó hasta la cercanía del planeta Saturno (La sonda Cassini se sumerge en los anillos de Saturno). “Ahora estamos al borde del gran final”, señaló la astrónoma. La despedida será en grande, porque a partir del sábado 22 de este mes (abril 2017) se insertará en una órbita que cada semana pasará por la brecha que separa el anillo más cercano y Saturno mismo (ver figura).

Desde esta aproximación va a ser posible obtener información más precisa sobre la antigüedad y componente de los anillos del planeta. Un aspecto clave es su masa: si resultan estos ser más masivos de lo que se estima, podrían ser mucho más antiguos que el planeta mismo. Al contrario, si su masa es menor, su data no sería mayor a los 100 millones de años y podrían ser resultado de la colisión de una luna contra el planeta gigante.

Otra duda pendiente es su composición. Se sabe que en un 99% correspondería a agua congelada, pero no hay certeza todavía del restante 1%. ¿Podría este estar compuesto por partículas de hierro, silicatos, o materia orgánica? Estas mediciones ayudarían a resolver el dilema. La aproximación también va a permitir obtener fotografías de alta resolución, tanto de los anillos como del planeta mismo.

Una vez que complete su última órbita, de las 22 previstas (ver figura), la sonda se precipitará contra la atmósfera del planeta, con lo que se espera estudiar su composición. Además, intentará analizar si contiene un núcleo sólido del tamaño de la Tierra. Esto será una batalla contra el tiempo, ya que una vez que alcance la atmósfera esta se desintegrará pasados cuatro minutos, como máximo.