Todo parece indicar que cuando comience el verano, el virus Zika vuelva a producir estragos. Por ahora estos han estado declinando, en parte debido la disminución de los mosquitos durante los meses de invierno, como también porque en los países afectados las personas parecen haber desarrollado una efectiva respuesta inmunitaria contra él.
Con todo, preparándose para la nueva temporada, los investigadores han continuado trabajando. Es así como hasta ahora se consideraba que solo unas pocas especies de mosquitos podían trasportar este virus. (Aedes aegypti y Aedes olbopictus), sin embargo, se ha demostrado que también otros mosquitos pueden esparcirlo, habiendo descubierto ya 26 especies diferentes con esta capacidad. Muchas de ellas se encuentran en otras áreas geográficas que hasta ahora no han sido afectadas.
Otros investigadores han descrito nuevas vías de propagación del virus. Gabriela Paz-Bailey, del Centro de Control de Enfermedades de USA ha estado investigando el tiempo de permanencia del virus en los líquidos orgánicos. Es así como han demostrado que en el semen es donde más tiempo se constata su presencia; de 55 hombres infectados, que han sido donantes de semen, la mitad ya no lo tienen después de un mes, pero en un 5% este persiste allí hasta más de tres meses (NewScientist, 11 marzo 2017).
Laurent Hébert-Dufresne del Instituto Santa Fe en Nuevo México, describe que en unos pocos casos se ha comprobado una transmisión sexual, por lo que se presume que el sexo entre los hombres es también un factor de riesgo para la expansión del virus.
Las alteraciones pueden ser muy diversas
Sin duda que el principal daño está en la microcefalia de los niños que nacen, debido a que la madre ha estado infectada
(Cómo actúa el virus Zika durante el embarazo),
(EI virus zika y la microcefalia). En ellos se presentan múltiples alteraciones del sistema nervioso. En algunas ocasiones el recién nacido parece normal y es posteriormente que se desarrollan los más diversos problemas neurológicos, como alteraciones de la visión, mal desarrollo óseo de los miembros, alteraciones de los oídos o trastornos digestivos y respiratorios (JAMA Pediatrics, doi.org/b2qz).
También el Zika tiene consecuencias en los adultos. A él se le atribuyen casos del síndrome de Guillain-Barré, en que el propio sistema inmunológico ataca sus nervios. Por otra parte, investigaciones en ratas han demostrado que el virus puede dañar al adulto, afectando el crecimiento de sus neuronas o produciendo atrofia de los testículos.
Posibles prevenciones
Se ha tratado controlar al virus destruyendo su hábitat, matando a los insectos o utilizando insectos genéticamente modificados. Otros están tratando de desarrollar vacunas
(Una vacuna para el virus Zika), algunas de las cuales parece ser efectivas en ratas y monos. En todo caso, demorarán un tiempo para llegar a disponer de ellas. Lo que, si es cierto, es que por ahora no se dispone de ningún tratamiento.