El litio. La tercera oportunidad para Chile
( Publicado en Revista Creces, Septiembre 1985 )
Todas las personas deseamos una segunda oportunidad, esa anhelada repetición de circunstancias que cuando se presentan por primera vez, o no las vimos o no las supimos aprovechar bien. Es muy probable que aquellos afortunados que tienen su segunda ocasión la empleen favorablemente basándose en su experiencia previa.
Ahora bien, si la segunda oportunidad no se utiliza en la forma más conveniente. ¿Es lícito desear una tercera?
Creo que sí. La dinámica de la vida misma indica que la esperanza es lo último que se pierde, y aunque las probabilidades de la tercera vez son muy bajas, se la debe perseguir con empeño y con el firme propósito de no repetir errores pasados.
En Chile tuvimos esa primera vez, fue la época dorada del salitre. La oportunidad vino y se fue. Nos quedan los recuerdos de unos tiempos de cierto desahogo económico, pero además las añoranzas y ruinas de las salitreras. ¿Nos quedó algo más?
También tuvimos la segunda ocasión o mejor dicho aún la tenemos - es el cobre -, pero se nos escapa de entre los dedos, y no obstante que algo aprendimos de la historia del nitrato logrando introducir un cierto grado de elaboración en la venta de nuestra materia prima no renovable, no hemos concretado una infraestructura que le entregue más valor agregado al metal rojo, dejando de esta manera el beneficio que esto representaría en el país y financiando desarrollos posteriores.
No es del caso analizar las razones económicas internacionales que subyacen en este hecho o la infraestructura de elaboración ya existente en el extranjero, o el exceso de oferta mundial de cobre. .Cualquier esfuerzo por romper tales situaciones no tendría buenas perspectivas económicas. Es lógico que la mejor forma de evitar este cuasi bloqueo de la transferencia tecnológica para explotar eficientemente los recursos propios, es adelantarse a ofrecer el producto elaborado antes que se creen las instalaciones externas, que luego se opondrán por su propia supervivencia a los desarrollos nuestros.
La investigación, la tecnología y el desarrollo, en ese orden, forman una espiral sin fin que se nutre a sí misma y genera mayor bienestar a la sociedad donde se practica. Lo dicho se relaciona con el alba de una tercera oportunidad, y para la cual estamos muy bien ubicados si queremos realmente aprender del pasado. Las coyunturas son los depósitos de litio ubicados en el Salar de Atacama que globalmente alcanzan al 45% de las reservas mundiales conocidas.
En este momento la demanda por litio es bastante baja, por lo consiguiente, su precio no resulta tan atractivo como debería ser, pero eso favorece que no se desarrollen tempranamente los intereses internacionales en el procesamiento y elaboración de litio, dando tiempo para investigar, desarrollar tecnologías y posteriormente explotar con máximo beneficio nuestro recurso. Las actuales posibilidades de este blanco metal se relacionan con la industria del aluminio, cerámicas, grasas, lubricantes, productos químicos, aire acondicionado, caucho sintético, pilas, etc., los que bien explotados indudablemente rinden beneficios, y sus demandas proyecciones, además, van en aumento.
Pero donde el litio muestra su real perspectiva es en el futuro, principalmente en sus aplicaciones energéticas. La modesta y pequeña pila que actualmente usa litio, por ejemplo, puede ser expandida a empleos de más potencia, en baterías secundarias de alto poder específico muy apropiadas para automóviles (y esto significaría un crecimiento explosivo de las demanda por litio). El otro uso del litio se visualiza en la siguiente generación de reactores que funcionan bajo el principio de la fusión nuclear y utilizan este metal como catalizador del proceso.
No podemos desconocer que más allá aún se encuentra el reactor aneutrónico que usa el litio como combustible, induciendo todavía un mayor consumo del metal.
Desde ahora en adelante, cuanto tenga que ver con litio será promisorio. Estamos en el momento justo para adelantamos en la investigación básica y aplicada del recurso y debemos entender como prioritaria y como un desafío la tarea que el desarrollo nos pone por delante.
Nadie como Chile posee ventajas comparativas en este sentido. Existe recurso humano calificado a la espera de que se le brinden las oportunidades para aportar su creatividad, sin que ello desmerezca lo que pueda aprovecharse de la creación mundial. Esta es nuestra hora y por ningún motivo debiésemos dejar de atrapar la tercera oportunidad que está tocando nuestra puerta.
Guillermo Baltra Aedo
Ingeniero Nuclear (MIT)