Detergentes anti-escualos
( Publicado en Revista Creces, Agosto 1986 )
Los científicos de la Universidad Hebrea de Jerusalén han hallado que muchos detergentes tienen el curioso efecto de repeler a los tiburones. Los profesores Eliahu Zlotkin del Departamento de Zoología, y Yejezkel Barenholtz, del Departamento de Bioquímica, trabajan para perfeccionar lo que podría ser el primer repelente efectivo contra los tiburones.
Cada año se registran aproximadamente cien ataques de tiburones contra seres humanos y por años los científicos han estado luchando por hallar un método repelente efectivo. Muchas de las soluciones propuestas -sin embargo- dejaban al nadador, buzo u hombre rana, en peor estado que al tiburón. Por ejemplo: los dardos de anhídrido carbónico sólo son efectivos sí dan justo en el abdomen del tiburón; sí el nadador falla, deberá enfrentarse con un tiburón herido, pero profundamente enfurecido.
La investigación israelí ha demostrado que cuando se dispersan determinados detergentes en la vecindad de la víctima potencial de un tiburón, hasta el más hambriento de los escualos abandonará el ataque y se retirará -por así decirlo- con espuma en la boca. El profesor Zlotkin, que trabaja en conjunto con el doctor Samuel Gruber, de Miami, una autoridad mundial en el tema de los tiburones, dice haber probado esta sustancia con los grandes tiburones azules de la costa de California, obteniendo "resultados sorprendentes".
Para realizar las pruebas, los tiburones fueron dejados sin comida por varios días y luego se les ofreció un sabroso bocado de pescado fresco. Justo cuando el animal estaba por hacer contacto con su presa, se liberó el detergente mediante una jeringa adosada al anzuelo, y el tiburón se dio vuelta repentinamente y se alejó del lugar lo más rápido que pudo. El método no sólo es económico y efectivo sino también humanitario, dice Zlotkin: "Hemos logrado cambiar la conducta del animal, en lugar de simplemente tratar de matarlo". El investigador está preparando experimentos similares para realizarlos en Eilat, el puerto israelí sobre el Mar Rojo.
Imitación de la naturaleza
Lo que condujo a los científicos israelíes a hallar un repelente para tiburones tan inocuo como el detergente fue una rara especie de pez que se halla en el Mar Rojo -el "lenguado Moisés"-, que posee una inigualable habilidad para protegerse de sus enemigos, incluso los más feroces escualos. La fuente de su natural repulsión hacia los tiburones se halla en una sustancia tóxica que secreta, la pardaxina.
Como la pardaxina (o pardaxin) es una proteína altamente compleja (contiene 162 aminoácidos), resulta muy difícil de sintetizar. Zlotkin y Barenholtz decidieron analizar la pardaxina para ver si se parecía a alguna sustancia más simple y ya conocida. Para su sorpresa, encontraron que el producto tenía muchas propiedades semejantes a las de los detergentes, causaba una reducción de la tensión superficial del agua, una disminución en el volumen y el fenómeno característico de producción de espuma.
"No todos los detergentes son efectivos para repeler a los tiburones", previene Zlotkin. De las 15 sustancias detergentes probadas, siete demostraron efectividad, y de ellas dos superaron los efectos de a sustancia secretada por el lenguado. Lo que queda ahora por hacer es aislar la combinación más efectiva de sustancias detergentes y hallar el método más eficiente de liberarla, dice Zlotkin, quien espera que el producto final esté listo en dos o tres años.
La primera beneficiaria del repelente para tiburones, desarrollado en Israel, será la Fuerza Naval de los EE.UU., que financió en parte los estudios. La expectativa es que el producto salve vidas humanas, eleve la moral y proteja a los valiosos equipos submarinos del peligro de los depredadores. Por su puesto que se prevé una versión comercial que dé espuma en agua salada, para un futuro un poco más lejano.
Consciente de que la mayoría de los detergentes son tóxicos, Zlotkin tiene la esperanza de encontrar un compuesto biodegradable que no cause contaminación en el mar. Posiblemente sea presentado en forma similar a la de los desodorantes de liberación prolongada.
(Leora Frucht, Ciencia en Israel, febrero de 1986).