Transferencia de embriones
( Publicado en Revista Creces, Diciembre 1982 )

El empleo de nuevas técnicas permite aumentar considerablemente el rendimiento de crías de los bovinos mediante la manipulación de los embriones y su transplante a úteros multiplicadores. La masa ganadera nacional se está beneficiando con este aporte.

En los últimos años se han desarrollado nuevos métodos para mejorar la producción de carne y leche en las especie bovina. Para ellos es necesario obtener terneros de padres de alto rendimiento con el fin de mejorar la productividad animal.

Actualmente una vaca seleccionada es capaz de producir entre 6000 y 10 mil litros de leche al año además de gestar un ternero. Estas vacas son cruzadas con toros "probados", es decir, que se conoce en la producción de carne y leche de sus hijas y la diferencia de producción que tienen con respecto a otras vacas nacidas en la misma época, hijas de otros toros.

Desde el punto de vista reproductivo, la vaca es poliéstrica, es decir, presenta ciclos sexuales en cualquier época y es capaz de gestar un ternero al año: ocasionalmente puede tener mellizos. La vida productiva de una vaca es de alrededor de 8 años y durante este período tiene entre 4 y 6 terneros. Los bovinos en general dejan poca descendencia lo cual dificulta y hace lenta la elección de los mejores animales.

Existen otras especies como la porcina, que pueden tener 2 gestaciones al año y en cada parto nacen 10 cerditos acortando el lapso entre generaciones, ya que cada una de estas crías puede quedar gestando a los 6 a 8 meses de edad y tener su primer parto al año de edad, mientras que las vacas tienen recién su primer parto entre 2 y 3 años de edad.


Investigación

El avance científico ha permitido el conocimiento de los eventos fisiológicos que controla la reproducción de los animales. En el organismo existen hormonas que en el ovario de las hembras estimulan la formación de un óvulo, el que al ser fertilizado por el espermio da vida a un nuevo ser.

Estas hormonas han logrado sintetizarse y hoy se usan en forma exógena para producir en las vacas más de un óvulo, lográndose que una hembra produzca hasta 24 óvulos de una sóla vez. Por supuesto las hormonas se aplican a las vacas de alta producción y luego deben ser inseminadas artificialmente. Para obtener los óvulos fertilizados, una semana después de la inseminación, se introduce en el útero un medio de cultivo y se procede a recuperar los embriones. Con posterioridad, estos se seleccionan por medio de un microscopio y luego podrán ser colocados en vacas receptoras que gestarán un nuevo ternero.

Normalmente se recuperan entre ocho a diez embriones, y cada uno de ellos se coloca en vacas receptoras mediante técnicas especiales. De esta manera, una vaca podrá tener en su vida entre 30 a 50 terneros, número mucho mayor a lo potencialmente esperable desde el punto de vista fisiológico. En los países que esta técnica se está aplicando, se han obtenido hasta 10 terneros de una sola vez , al hacer superovular a una vaca.

La transferencia de los embriones se puede hacer mediante métodos quirúrgicos y no quirúrgicos. El primero consiste en la exteriorización del útero por el flanco de la vaca, para así introducir el embrión en el lumen por medio de un jeringa. Esta operación es sencilla y no dura más de 10 minutos. El segundo permite colocar el embrión en el útero por vía vaginal con la ayuda de una pipeta especial.


Sincronización de las receptoras

Los embriones son extraídos de la vaca donante luego de 7 días de producida la inseminación artificial. Las vacas receptoras no gestantes y sanas deben recibir el embrión en un período de tiempo similar a la vaca donante, es decir, deben sincronizarse los celos de alrededor de 10 vacas que recibirán los embriones. Con este fin se usan hormonas que son capaces de hacer entrar en calor a estos animales.

Las hembras receptoras no necesitan ser de alto valor genético, sin embargo se seleccionan aquellas que no tengan enfermedades reproductivas y puedan gestar normalmente el embrión que reciban.

Pueden ser de cualquier edad y raza, sin afectar para nada la calidad del futuro ternero. Esta técnica que se realiza a nivel comercial en varios países del mundo incluyendo a Chile, donde ya han nacido terneros producto de esta técnica, lo cual permitirá mejorar la producción de leche en el país (Creces 1, Vol. 2).

En la Universidad de Colorado (EE.UU.), se ha desarrollado una innovación de esta técnica que posibilita duplicar las terneras obtenidas. Para ello inseminan una vaca que ha sido superovulada, recuperan los embriones una semana después y con un medio de cultivo "lavan" el útero.

Mediante la introducción de pipetas por vía vaginal recuperan los embriones y se procede a dividirlos por la mitad. El procedimiento consiste en seccionar la membrana que proteje el embrión con división del embrión en dos partes, una de las cuales se coloca en una membrana similar pero proveniente de un huevo no fertilizado. Luego se colocan estos embriones en las vacas receptoras y se logra de esta manera obtener dos individuos exactamente iguales desde el punto de vista genético. Estos gemelos están siendo ocupados en investigaciones relacionadas con la aparición de la pubertad y ensayos de nutrición. Esta técnica permitirá entonces producir individuos con idénticas características genéticas, y al apicar diferentes tratamientos se observará exactamente cual es el efecto del medio, ya que genéticamente son iguales. Todas estas técnicas exigen que los agricultores mantengan un nivel tecnológico alto, pues las futuras vacas obtenidas con este sistema necesitan un manejo óptimo para manifestar su potencial genético.



Sergio Carvajal

Escuela de Medicina Veterinaria
Universidad de Chile


0 Respuestas

Deje una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados.*

Buscar



Recibe los artículos en tu correo.

Le enviaremos las últimas noticias directamente en su bandeja de entrada