El beta caroteno en la lucha contra el cáncer
( Publicado en Revista Creces, Enero 1991 )
Nuestro organismo está expuesto al ataque constante y solapado de los llamados radicales libres, moléculas altamente reactivas y de difícil detección, que al dañar macromoléculas vitales para el metabolismo celular han sido inculpadas de la génesis de enfermedades como el cáncer y la aterosclerosis. La ingesta de algunas vitaminas puede ayudar a combatir eficientemente estos agentes y, de ese modo, proteger nuestra salud.
En el otoño de 1974, y como parte de un programa de salud comunitario, aproximadamente 26000 personas donaron sangre para un banco de suero en un condado del estado de Maryland en EEUU. A partir de ese momento, las muestras fueron guardadas a -70ºC y utilizadas para estudios de nutrientes, hormonas y anticuerpos. En década y media que duró el estudio, algunos de los donantes enfermaron de cáncer y, una vez que se acumulara un número significativo de ellos, se compararon los niveles sanguíneos de algunos nutrientes y hormonas con la incidencia de algunas formas de cáncer. Así fue posible detectar un efecto protector del caroteno - pigmento natural de las frutas amarillas y de los vegetales de hojas verdes- contra el cáncer pulmonar y el melanoma.
A partir de esa fecha, los datos de la epidemiología han seguido sugiriendo que existe una menor incidencia de cáncer en aquellos individuos que ingieren beta caroteno (pro-vitamina A) en cantidades por sobre el consumo promedio.
Las asociaciones más directas siguen estableciéndose entre el bajo consumo - y por tanto bajos niveles plasmáticos- de caroteno y el riesgo de contraer cáncer de pulmón. Correlaciones menos significativas han sido encontradas para el cáncer de esófago, estomago, colon y recto. Otros estudios, realizados en más de 6 mil sujetos, también han mostrado que en el grupo de los fumadores, el riesgo de contraer cáncer pulmonar y bucal es siete veces mayor en aquellos que consumen una dieta pobre en carotenoides que en quienes consumen cantidades cercanas a las recomendaciones.
¿Cuales son las recomendaciones?. Datos de la oficina estatal que regula las recomendaciones dietarias en EEUU (USDA), declaran que necesitamos consumir alrededor de 5,2 mg. de carotenos diariamente para cubrir nuestras demandas fisiológicas. ¿Cuánto consumimos? Datos provenientes de estudios poblacionales realizados en EEUU indican que el estadounidense promedio consume alrededor de 1,5 mg. diarios. En Gran Bretaña las cifras son algo mejores: 2,3 mg.
El rol fisiológico
Se ha inculpado a las oxidaciones celulares mediadas por oxígeno (que conlleven la producción de partículas reactivas) como una de las causas principales de la producción de diverso tipo de enfermedades.
Una serie de reacciones de tipo metabólico - como el proceso de respiración celular y la fagocitosis- generan compuestos altamente reactivos que, por lo general, utilizan como sustrato estructuras celulares ricas en lípidos. En el esquema de la fig. 1 se muestra, para el caso de una molécula lipídica RH, un proceso que se inicia con la pérdida del hidrógeno y la generación de un radical R* . La reacción se continúa, cuando este radical reacciona con oxígeno generando ROO* que en presencia del sustrato iniciador RH, produce ROOH, compuesto de la familia de los hidroperóxidos y que constituye un precursor indispensable en el proceso oxidativo. Una vez iniciado el proceso, se desencadena la formación de radicales, lo que puede finalizar en ruptura de las estructuras celulares comprometidas. Vale la pena hacer notar que por las características propias de la reacción, el evento inicial productor de radicales genera una respuesta por etapas con una gran amplificación respecto del estímulo primero. Dado el papel central que los hidroperóxidos juegan en el fenómeno total, el proceso oxidativo también se denomina lipoperoxidación. Los organismos vivos disponen de al menos dos tipos generales de mecanismos - y moléculas- que le permiten protegerse del ataque de las oxidaciones vía radicales libres. Por un lado están los antioxidantes preventivos que reducen o descomponen los hidroperóxidos a compuestos de tipo no radicaláreo, inocuos desde el punto de vista de la estructura celular, y por otro, los compuestos atrapadores de radicales libres, que dado algunas características estructurales de su molécula, entran fácilmente en reacción con los radicales provenientes de lípidos. Así generan, al igual que en el caso anterior, compuestos no radicaláreos. El primer mecanismo es utilizado por una serie de enzimas como la catalasa, peroxídasa o la molécula de glutatión. Entre los principales atrapadores de radicales libres de importancia celular están la molécula de tocoferol que forma parte de la vitamina E y la enzima superóxido dismutasa.
El beta caroteno pertenece a este segundo grupo de compuestos, dada su gran reactividad con radicales de tipo ROO* (fig. 2) ejercida en condiciones bajas de tensión de oxígeno, perfectamente equivalentes con las presiones reales de los vasos capilares. Además de esta capacidad, el beta caroteno es el más eficiente eliminador del oxígeno singlete, partícula intermediaria reactiva que se produce en las oxidaciones biológicas mediadas por oxígeno.
Es importante hacer notar que mientras la actividad de las enzimas antioxidantes de un organismo puede ser aumentada dentro de márgenes discretos, las vitaminas involucradas en la protección del daño oxidativo pueden ser manipuladas a voluntad a través de un adecuado manejo dietario, con lo que las posibilidades de lograr éxito en este esfuerzo protector mejoran ostensiblemente, sobre todo si los datos de la literatura dan cuenta de una ingesta generalizadamente baja de estas vitaminas.
Para saber más
- Biological Antioxidants. G.W. Burton et al. Phil Trans. R. Soc. Loud. B 311 565-578 (1985).
- B- carotene: An unusual type of lipid antioxidant. G.W. Burton and K.W. Jugold. Science May 1894, 224, 569-573.