Claudio Gay y la ciencia en Chile
( Publicado en Revista Creces, Mayo 1991 )
Imbuido de las ideas iluministas y positivas propias del siglo XIX europeo, el sabio francés Claudio Gay emprendió una descripción histórica y natural de chile. Su propósito era, en nombre de la ciencia, que las particularidades de nuestro país ingresaran en la historia universal.
Claudio Gay o el método fundante
En el siglo XIX muchos autores en América Latina, imbuidos de las ideas del iluminismo y del positivismo europeos, hacen aportes al desarrollo de las ciencias experimentales pese a la carencia de métodos bien definidos para la investigación científica. Claudio Gay (1800-1873) es uno de esos científicos. Este sabio francés llega al país en 1830 y en septiembre de ese mismo año suscribe un contrato con el Ministro del Interior y de Guerra, don Diego Portales, "para realizar la descripción física del territorio nacional" (1), además de la implementación de un gabinete de Historia Natural (2). Más tarde el Ministro de Instrucción Pública Mariano Egaña le encomienda la redacción de la Historia Política de Chile. Es precisamente a causa de esta obra (Historia Física y Política de Chile, París, 26 volúmenes) que Claudio Gay es conocido en nuestro país.
Esta monumental obra está recorrida -según la expresión de su autor- por el objetivo de "ser útiles a sus moradores" (3). Esto constituye un aspecto central del método de Gay. En la Historia Física y Política de Chile nos describe cada detalle de la flora y fauna, amén de las costumbres, situaciones sociales, económicas y políticas que dan forma al país.
Una tarea tan vasta requería necesariamente considerar aspectos de interés epistemológico: cierta noción del conocimiento en general, de su origen y desarrollo. En el método científico de Gay se persigue asegurar la verdad y superar la crónica o la mera reunión de hechos o anécdotas. De allí su interés por la sistematización, aun de los hechos históricos, privilegiando el aspecto narrativo, alejándose de este modo de las interpretaciones filosóficas o sociologizantes anexas en el discurso. Su objetivo es que sea el lector quien extraiga sus propias conclusiones.
Aun cuando reconoce no poder desprenderse de cierta forma naturalista de ver el mundo, su obra la entiende como un punto inicial. "Los infinitos seres naturales no podrán perfectamente conocerse sino luego que los sabios del país hagan un especial estudio de ellos" (4). Concluye que dicha obra -describir y comparar- no logra su finalidad hasta cuando se transforma en "obra nacional". La visión que los estudiosos tenían sobre Chile a mediados del siglo XIX en lo referente a la flora y la fauna, así como también a la investigación histórica, descasaba aún en el mito y en la fábula. El enfoque predominante no estaba todavía en condiciones de distinguir entre los elementos discursivos que participan de la realidad y aquellos que aluden a fábulas que encarnan diferentes actitudes humanas.
Gay opta por superar las sistematizaciones especulativas, que en el período considerado tenían muchos adeptos (5). El científico francés sabía muy bien que optar por esta forma de sintetizar la historia no permitía alcanzar una adecuada demostración de las premisas explicativas de los eventos históricos, puesto que no se recurre al apoyo documental ni se alcanza la constatación empírica. Su metodología posee una estructura teórica similar a los procedimientos utilizados en las ciencias naturales para conseguir la certidumbre sobre determinados procesos objetivos. Esto significa que logra aplicar al estudio de la historia "el método analítico, la confrontación y experimentación de los hechos" (6).
Para hacer tanto la descripción física de nuestro país como su investigación histórica, recurre entonces a la estructura metodológica que le proporciona la botánica de mediados del siglo antepasado, dando así un salto cualitativo para superar la fantasía del investigador.
El autor: mito y realidad
La Historia Física y Política integra, por una parte, el conocimiento popular sobre la flora y la fauna, y por otro la descripción científica. Esto último es, o pasa a ser presentado como si fuera, la coronación de una experiencia. En el intento por comprender lo peculiar de la obra de Gay no podemos dejar de considerar las interpretaciones de que ha sido objeto. Curiosamente, es visto exactamente desde la perspectiva que él se había propuesto superar. En su visión, se trataba de hacer universal lo que era particular, de hacer entrar en la perspectiva de lo universal lo que era experiencia cotidiana.
De este modo es posible comprender que las referencias a las mordeduras de animales y otro tipo de ataques a seres humanos en su obra hayan creado una tradición y ella es incorporada en términos de lo anecdótico (en letra chica en el texto de Gay), ilustrando la ilustración taxonómica de los animales. Gay utilizó las fórmulas científicas de su tiempo y de su comunidad científica parisina. Era un ilustrado y, como tal, describe, aplica técnicas y conocimientos. El hizo entrar en la universalidad a nuestro boldo, a los maitenes, al quillay, a la palma chilena y al león sin melena (puma). Frente a esto, un problema metodológico a resolver será determinar la autoría de la Historia Física y Política de Chile. Indudablemente el autor es Claudio Gay, pero él mismo dependía de otros en la búsqueda de materiales. Cuando Gay compraba a los niños de Valparaíso, a la gente del Amengual, especies raras a razón de un peso, la pregunta es quién es el descubridor y denominador de esa naturaleza. Fueron sus informantes "de a peso" los que le abrieron el mundo de la naturaleza chilena, los que lo guiaron, los que contaron anécdotas y también aquellos que no revelaron todo.
En el trabajo de Gay, en su sistematización, confluyeron dos mundos; el del encuentro con las cosas en el plano de lo cotidiano, y aquel mundo europeo que por la vía de la nominación estableció legitimidad a esa realidad encontrada. Gay forma parte de una conciencia fundante de las nuevas repúblicas; dicha fundación es entendida como la amalgama de la ilustración romántica y la sistematización que ubica todo en lo abstracto y metódico, es decir en la observación mediatizada. Así, el conocimiento científico de Chile es un proceso de apropiación mediatizado por la experiencia popular.
Historia
Un elemento importante a considerar es su propuesta de observación mediatizada y sistematizada de la historia "natural" del país. Relacionar la historia con la descripción de animales y plantas tiene sus ventajas: considerar la naturaleza como parte de un proceso que es más amplio que la simple empiria de los casos puntuales. La fundación del país pasa por buscar una perspectiva superadora, y ésta no es otra que el concepto de historicidad, que es el modo como se integra lo chileno (la naturaleza y devenir del país) en la universalidad.
Una de las dificultades para percibir nuestra historicidad radica en los mecanismos utilizados para entender el propio mundo. Para ello el camino más adecuado es la catalogación. Gay dice que su clasificación está bajo el método natural. El mismo reconoce no ser el primero que realiza este trabajo. Se trata de continuar el camino señalado por Alonso de Ovalle (1601-1651) y, sobre todo, por Ignacio Molina (1740-1829), quien es para él base de su trabajo. De este modo no desprecia la crónica anterior; es más bien el cumplimiento de lo que ellos no pudieron terminar. De ahí que lo central sea el método. Lo científico en tiempos de Molina fue describir la realidad aun sin averiguar, basado en los testimonios y en la visión de los hechos. Gay aportó ahora la sistematización y el método. Pero uno y otro están en el mundo moderno y responden a las nuevas exigencias de los tiempos que les corresponde vivir. La ciencia y el método dependen, en este contexto, de la comprensión de lo moderno.
Gay no quiere ver, como los antiguos cronistas, que lo que existe en América tiene su referente europeo; más bien podría sostenerse que valora la experiencia vernácula como forma de construir el sentido de la Universalidad. Por ello busca incluir en la totalidad lo que procede particularmente. No deja de llamar la atención que sean éstos los términos con los cuales se construye la primera sistematización científica de la república recién fundada.
Los principios de la ilustración
La obra de Gay es correspondiente a la mentalidad enciclopedista de los ilustrados. Dicha mentalidad se caracteriza por la pretensión de reunir y codificar porciones muy abarcadoras de la cultura, con el propósito de difundir y aplicar estos conocimientos. Ese es precisamente el objetivo principal que señala el propio sabio francés cuando parte señalando en la Historia Física y Política de Chile que espera que tales investigaciones que aborda sean de utilidad a los ciudadanos de la joven República de Chile. He aquí una declaración de principios que indica la opción de una filosofía optimista y al servicio del progreso. Desde esta perspectiva la obra es una síntesis nueva y ordenada de un tipo de naturaleza desconocida en su riqueza específica para el mundo europeo.
Detrás del modelo científico empleado por el investigador francés está la filosofía de la ilustración. Esto significa que la obra de Gay se enmarca en el intento generalizado existente a fines del siglo XIX, de continuar con los caracteres de la cultura ilustrada. Entre los rasgos más destacados de esta cultura están: la existencia de una mentalidad enciclopedista, el optimismo por la razón, la confianza extrema en el método experimental y el telos del progreso.
La filosofía de la ilustración está comprometida con el paradigma de la física de Newton, e intenta aplicarlo universalmente en todos los ámbitos del saber. Los autores de la época manifiestan una confianza extrema en dicho aporte metodológico, hasta el punto de que incluso la filosofía pretende identificarse con el paradigma de Newton, puesto que lo percibe como un instrumento epistemológico que encierra las mejores propiedades producidas por la razón para dar cuenta de los hechos del mundo. La filosofía vislumbra en la razón "una fuerza que no puede comprenderse plenamente más que en su ejercicio y en su acción" (7).
Gay, en este sentido, si bien es un continuador de algunos esquemas teóricos de la ilustración, es también un innovador; un estudioso que utiliza criterios epistemológicos basados en la metodología que utilizan las ciencias naturales y los aplica a las estructuras discursivas de la historiografía. Su rechazo a la especulación para interpretar los eventos políticos y sociales de Chile indica una orientación metodológica definida: la razón no puede dar el paso de lo desconocido a lo conocido sin pasar por un estadio previo que le dé mayor confiabilidad y que posibilite la verificación del discurso. Ese nivel cognitivo es la experiencia. Lo anterior es posible entenderlo como una nota relevante del iluminismo, que en el plano de la historiografía se aprecia en Gay mediante su afán de contar con los documentos originales sobre los eventos históricos.
Los sucesos filosóficos que sirven de marco teórico a la obra del investigador francés son los mismos que se dan en esta época en las comunidades científicas europeas, puesto que este autor nunca estuvo totalmente desvinculado de sus pares. Así, en sus viajes a Francia aprovecha de participar en las discusiones científicas de la Academia de Ciencias de París, y para ello debe hablar el lenguaje científico de la época y utilizar los paradigmas de tales comunidades. Lo propio acontece en su obra Historia Física y Política de Chile, pues el lenguaje y los métodos utilizados necesariamente descansan en algún tipo de creencias sobre lo que se entiende por explicación científica en su tiempo. "No puede interpretarse ninguna historia natural sin, al menos, cierto caudal implícito de creencias metodológicas y teóricas entrelazadas, que permite la selección, la evaluación y la crítica" (8).
Dicho campo teórico corresponde a un determinado paradigma que permite el empleo de conceptos, teorías y leyes científicas; así como también contar con ciertos criterios para abordar los problemas que les interesan a las ciencias naturales defines del siglo decimonono. En este contexto, la Academia de Ciencias de París representa una de las instituciones sociales que reúnen a los científicos que comparten el modelo de trabajo científico de la época. El interés de Gay por incorporarse formalmente como miembro ordinario de la Academia de Ciencias de París es muy fuerte. Por ello solicita su incorporación en dos ocasiones; en la primera, ocurrida en 1854, fracasa, pero lo logra en 1856 (9).
Esto no sólo muestra la conexión del investigador francés con las comunidades científicas. También nos permite observar cómo la ciencia de fines del siglo XIX ya tiene rango de institución social y cuán importante es la aceptación de los pares para contribuir con una crítica oportuna que permita hacer avanzar el conocimiento. Por esta razón Gay envía informes, paralelamente, a la Comisión Nacional que evalúa sus trabajos en Chile y también, a la Academia de Ciencias de París. Si Gay no hubiera participado de los cánones del modelo científico imperante, probablemente su trabajo no se habría considerado como un elemento posibilitante del crecimiento de la Botánica, la Zoología y otras ciencias naturales.
Dr. Mario Berríos C.
Mg. Zenobio Saldivia M.
Para saber más
(1) Feliú Cruz, Guillermo: Claudio Gay, Historiales de Chile, Santiago. Ed. del Pacífico, 1965, pág. 11.
(2) Stuardo Ortíz, Carlos: Vida de Claudio Gay, Santiago, Nacimiento, 1973, Tomo II, pág. 88.
(3) Gay, Claudio: Agricultura Chilena, Santiago, Ed. Facsímil, 1973, Primera Ed. 1862), pág. 14.
(4) Ibídem, pp. 14-15.
(5) Feliú Cruz, G.: Op. cit., pp. 19-20, 67.
(6) Feliú Cruz, G.: "Perfil de un sabio: Claudio Gay a través de su correspondencia", en: Vida de Claudio Gay, Stuardo Ortíz, Carlos, pág. 39.
(7) Cassirer, Ernst: La filosofía de la Ilustración, F.C.E., México, 1982, pág. 43.
(8) Kuhn, Thomas: La estructura de las revoluciones científicas F.C.E., México, 1982, pág. 43.
(9) Cf. Barros Arana, Diego: "Don Claudio Gay i su obra", Revista Chilena, T. III, J. Nuñez, Editor, Santiago, 1875, pp. 11-25.