La emisión de co2 y el efecto invernadero
( Publicado en Revista Creces, Agosto 1996 )
Algunos gases en la atmósfera permiten el paso de la luz visible, pero sin embargo bloquean el calor que se refleja de la superficie de la Tierra, lo mismo que hacen los vidrios en un invernadero. Es esto lo que se ha llamado "Efecto Invernadero", que en buena medida regula la temperatura de la Tierra. Si este efecto no existiera (que los gases atrapen el calor), la temperatura de la Tierra sería 35 grados Celsius más baja. En tal caso la mayor parte de los océanos se congelaría o cesaría la vida en la Tierra o por último ésta se alteraría completamente. Pero por otra parte, si este efecto se incrementara por modificaciones en la concentración de esos gases, la temperatura de la Tierra se elevaría. Es esta última alternativa la que los expertos creen que está ocurriendo actualmente. Si por ejemplo se duplicara el volumen de esos gases, la temperatura se incrementaría en 1.5 grados, lo que superaría todos los estándares históricos.
Una de las más dramáticas consecuencias del calentamiento de la Tierra, sería una elevación de los niveles del mar debido al derretimiento de los hielos polares. Según la Agencia de Protección Ambiental, de acuerdo a las tendencias observadas ello podría suceder en el año 2300. El ascenso de los niveles del mar sería de tal magnitud, que sumergiría a varias ciudades costeras.
También se pronostica que el calentamiento de la Tierra produciría profundos cambios en la agricultura y algunos estiman, además, que por todo ello se incrementarían las enfermedades infecciosas y parasitarias.
Aparte del vapor del agua, el principal gas que condiciona el efecto invernadero, es el CO2 (dióxido de carbono) resultante de la quema de combustibles fósiles. También el metano producido por descomposición de materiales vegetales por la acción de las bacterias en la alimentación animal. El óxido nitroso, producido por la quema de combustible fósil, por la descomposición de fertilizantes químicos y por acción de las bacterias. Finalmente por los clorofluocarbonos, usado con propósitos comerciales e industriales. De todos ellos, el dióxido de carbono es el más importante. La concentración atmosférica de este gas, antes que comenzara la Revolución Industrial, alcanzaba a 280 partes por milIón. Con el aumento del uso de combustibles fósiles, este se ha elevado en la actualidad a 350 partes por millón.
El temor de que la Tierra se esté calentando, ha comenzado a tener visos de realidad, sobre todo después de las temperaturas muy altas que se han alcanzado en las década de 1980 y 1990. Con todo, hay varios detractores que se niegan a aceptar que el calentamiento sea una realidad y afirman que la teoría no tiene base. Sin embargo, la opinión más generalizada es que realmente el calentamiento progresivo está existiendo, aún cuando haya desacuerdo acerca de la gravedad y sus proyecciones en el tiempo.
Para analizar esta problemática, Naciones Unidas en el año 1992, celebró una gran conferencia a la que asistieron representantes de más de 150 países. Allí se concluyó que habría que controlar la emisión de los gases que producen el efecto invernadero. Todo ello requeriría grandes inversiones y cambios tecnológicos que no todos los países encuentran equitativos ni justos. Desde luego, de la simple observación de mapa, se puede deducir que los grandes culpables son los países industrializados. Sin embargo, todos tenemos que pagar las consecuencias.