Bioingenieros británicos desarrollan una enzima que come plástico
( Creces, 2018 )
Es especialmente eficiente en degradar el polietileno, variedad con la que se fabrican sobre todo botellas.
Científicos británicos diseñaron una enzima que puede digerir algunos de los plásticos más contaminantes, lo que podría proporcionar una solución potencial a uno de los mayores problemas ambientales del mundo.
En particular, podría ayudar al reciclaje de millones de toneladas de botellas de plástico, hechas de tereftalato de polietileno o PET, que actualmente persisten durante cientos de años en el medio ambiente.
La investigación, realizada por equipos de la Universidad de Portsmouth y el Laboratorio Nacional de Energía Renovable (NREL) del Departamento de Energía de EE. UU., aparece destacada en la edición de ayer de la revista Proceedings, de la Academia de Ciencias de Estados Unidos.
El profesor John McGeehan, de la Universidad de Portsmouth, y el Dr. Gregg Beckham, del NREL, construyeron en 3D la estructura cristalina de la PETasa, una enzima recientemente descubierta en Japón que digiere el PET, y utilizaron esta información para comprender cómo funciona.
Durante este estudio, diseñaron, sin ser ese su objetivo inicial, una enzima que es aún mejor para degradar el plástico que la que se desarrolló en la naturaleza.
"Aunque la mejora es modesta, este descubrimiento imprevisto sugiere que hay espacio para mejorar aún más estas enzimas, acercándonos a una solución de reciclaje para la creciente montaña de plásticos desechados", destacó John Mc Gehan, director del Instituto de Ciencias Biológicas y Biomédicas de la Facultad de Ciencias Biológicas de Portsmouth.
El equipo de investigación ahora puede aplicar las herramientas de la ingeniería de proteínas y la evolución para permitir su uso industrial y descomponer los plásticos en una fracción del tiempo.
Para la investigación, los científicos trabajaron con especialistas de Diamond Light Source en el Reino Unido. Para ello utilizaron un sincrotrón, un acelerador de partículas que dispara haces de rayos X 10 mil millones de veces más brillantes que el Sol, lo que se traduce en una especie de microscopio electrónico lo suficientemente potente como para observar átomos individuales. Así pudieron ver la estructura atómica tridimensional de la PETasa y construir un modelo de altísima resolución. "Este catalizador biológico nos proporcionó los planos para diseñar una enzima más rápida y más eficiente".