Nuevas posibilidades para combatir las reacciones alérgicas y el asma
( Publicado en Revista Creces, Julio 1999 )

Diversos alergenos que se encuentran en los alimentos, polen de las plantas, pelo de los animales o cucarachas y piojos, pueden desencadenar reacciones alérgicas graves, incluso mortales. Pero nuevas posibilidades terapéuticas podrían prevenir estas sobre reacciones alérgicas y también aliviar el asma, que es una enfermedad alérgica.

El paquetito de maní que compramos al manicero o el que nos dan en el avión junto con el trago de whisky, a más de alguien le podría provocar una reacción alérgica. En ocasiones estas pueden llegar a ser muy graves e incluso producir la muerte. Según estadísticas de Estados Unidos, en ese país fallecen anualmente alrededor de 100 personas por shock alérgico provocado por sustancias que contienen diferentes alimentos, siendo la mayor parte causada por proteínas del maní o de los mariscos, y en menor proporción en muchos otros alimentos alergénicos. Es preocupante específicamente la creciente frecuencia de alergia al maní, especialmente entre la gente joven, hasta tal punto que se ha estado pensando eliminarlo en los colegios y en los aviones (Science, vol. 284, Abril 2,1999, pág. 61).

La reacción alérgica (anafilaxia) se inicia por la acción de un alergeno, como son por ejemplo algunas proteínas del maní, que al ingerirse llegan a atravesar la mucosa intestinal y se une a la inmunoglobulina E (IgE) en la superficie de las "células mast". Esto hace que las células mast liberen histamina y otras sustancias (leucotrienios) que gatillan la reacción sistémica anafilactica. Entre los síntomas, está la contracción de la musculatura lisa de las vías aéreas. Por ello, el paciente presenta ahogos por falta de aire, y a menos que inmediatamente se le administre adrenalina inyectable, éste puede llegar a fallecer.

La única forma de prevenir la reacción anafiláctica es no consumir los alimentos que se sabe producen estas reacciones en determinadas personas. La otra forma es tratar de "desensibilizar" al paciente, lo que se puede hacer inyectándole en la piel pequeñas dosis del alergeno, hasta que el enfermo se desensibilice. Sin embargo, la mayor parte de las veces se fracasa con esta metódica.

Actualmente Kam Roy y sus colaboradores de la Universidad de John Hopkins en Baltimore, estudiando la alergia al maní, proponen un nuevo método para desensibilizar, el cual se podría aplicar a los más variados alergenos. En un trabajo experimental, ellos preparan un trozo de DNA del maní, que codifica a la proteína específica que gatilla la reacción alérgica (Arah2). El trozo lo encapsulan, envolviéndolo con una capa de quitosan (un polisacárido biodegradable, que está en las conchas de los crustáceos, como por ejemplo las jaibas) y lo administran a ratas que se sabe que son alérgicas al maní. A través de marcadores comprueban que el trozo de DNA (el gene), administrado en esta forma, penetra las células del intestino de la rata y éstas comienzan a producir la proteína respectiva (Arah2). Con este tratamiento, las ratas alérgicas al maní se desensibilizan y en ellas no se produce el shock anafiláctico cuando posteriormente consumen maní. A diferencia de ellas, a las ratas que son alérgicas al maní, y que no han recibido este tratamiento, al administrarle maní se les produce el shock anafiláctico y muchas de ellas mueren por dificultad respiratoria.

Los investigadores no tienen una explicación de por qué las ratas que reciben el alergeno directamente, muchas veces no se consigue desensibitizarlas, y si lo hacen en cambio aquellas que reciben el DNA encapsulado en que las células intestinales producen su propio alergeno (Arah2). Con estos resultados pretenden, a futuro, fabricar verdaderas vacunas, para desensibilizar pacientes frente a diversos otros alergenos (Nature Medicine, Vol 5, pág. 387, 1999).


El asma

El asma es una típica enfermedad alérgica, gatillada por alergenos provenientes de las más diversas fuentes, como es el caso de cucarachas, restos de deposiciones de ácaros (piojos), polen o pelos de animales. Durante los últimos años y sin que nadie tenga una explicación clara, su frecuencia se ha estado incrementando en forma alarmante.

En Estados Unidos durante los últimos quince años los casos de asma se han duplicado. Por esta razón son numerosas las investigaciones que se están realizando en busca de un tratamiento efectivo, que vaya más allá que un simple tratamiento sintomático. Ellas se han orientado en búsqueda de sustancias que bloqueen el proceso inmunológico que gatilla el antígeno (Nuevo enfoque para el tratamiento del asma).

Entre ellos cabe destacar un estudio clínico muy reciente que según sus autores, va a permitir reducir o eliminar el uso de esteroides en estos enfermos (cuyo uso tiene una justificación sintomática). Entre ellos, Shaun Holt de la Escuela de Medicina de la Universidad de Wellington en Nueva Zelandia, ha desarrollado una droga que reduce los niveles de IgE, que pueden gatillar el ataque de asma. La droga consiste en un anticuerpo monoclonal que se une a IgE, con lo que se impide la producción de histamina y leucotrienios producidos por las células mast, y que son los culpables de la contracción de la musculatura lisa del árbol respiratorio y de la consecutiva dificultad respiratoria.

El tratamiento consiste en inyectar el anticuerpo monoclonal cada dos horas, durante cuatro semanas, con lo que se reduce, o se elimina la necesidad de administrar esteroides. Según HoIt el anticuerpo monoctonal se une a la IgE, reduciendo sus niveles hasta valores normales en un 99.9%, como los que presentan los individuos no asmáticos.


( New Scientist, Abril 3, 1999, pág. 27).



0 Respuestas

Deje una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados.*

Buscar



Recibe los artículos en tu correo.

Le enviaremos las últimas noticias directamente en su bandeja de entrada