La actividad humana y el medio ambiente
( Publicado en Revista Creces, Marzo 1999 )

Hasta hace algunas décadas nadie pensaba que por acción del hombre se podía llegar a dañar la atmósfera. ¡Todo parecía tan estable y tan naturalmente regulado! Pero nadie se había detenido a pensar que la atmósfera que rodea a la Tierra es una capa tan fina y delicada como podría ser la cáscara de una manzana. Basta ascender a la montaña para darse cuenta que comienza a faltarnos el oxígeno para respirar.

Durante los últimos años, se ha podido comprobar que la Tierra se está calentando, probablemente debido a un incremento del CO2 atmosférico, y también que está disminuyendo peligrosamente la capa de ozono de la estratósfera. Frente a esta realidad, dos diferentes reacciones se han producido. Unos que afirman que los cambios del CO2 atmosférico son cíclicos, debido ya sea a grandes erupciones volcánicas u otras, descartando así la acción del hombre. Lo mismo afirman de la disminución de la capa de ozono. Otros en cambio, miran estos fenómenos con gran preocupación, y piensan que se debe a la acción del hombre, a la quema excesiva de combustibles fósiles y al uso de productos químicos industriales que destruyen el ozono.

La discusión ha arreciado. Los primeros hablan de los "ecologistas histéricos". Los segundos hablan de la irresponsabilidad y desidia, que está llevando a fatales consecuencias. Sin embargo, poco a poco la comunidad científica se ha ido convenciendo de que el principal culpable de los cambios ambientales que se están produciendo es el propio hombre, que se ha multiplicado demasiado y produce y consume en forma muy desordenada (ver pág. 14). La toma de decisiones no ha sido fácil, porque el cambio requiere esfuerzos y sobre todo tiene grandes costos económicos. Por ello no es raro que los países que más contaminan, sean precisamente los que más insisten que los cambios climáticos que estamos observando son cíclicos y no dependientes de la actividad humana. Mientras tanto puede afirmarse que, hasta ahora, el mundo subdesarrollado es el que menos ha contaminado, debido a su retraso en el desarrollo industrial. Sin embargo, las consecuencias las deberán pagar todos. Es así como el problema del daño atmosférico se ha convertido en otro factor que divide al desarrollo y al subdesarrollo. Pero ya la realidad se está haciendo evidente, y se hace urgente tomar medidas. Para ello se han realizado diversas reuniones internacionales, con resultados muy relativos, dejando la sensación de que se trata de eludir responsabilidades, principalmente de parte de aquellos que más han contribuido al deterioro.

"Si el daño ha sido producido por el hombre, éste debiera ser capaz de corregirlo". El hombre ha sido capaz de llevar a la comunidad al estado actual gracias a la enorme cantidad de conocimientos nuevos que ha generado. ¿Por qué no va a ser capaz de generar más conocimientos y solidariamente abordar este problema mundial?

Sin embargo, la solución no parece fácil. El hombre, como individuo o grupos de individuos, ha podido enfrentar con éxito los más variados problemas. No obstante, pareciera que no tiene la capacidad de responder como "especie humana". Tal vez, es ésta la primera vez que se ve enfrentado a una amenaza global, y parece que no tiene mecanismos para responder, aunque la especie se ponga en peligro. Siendo ésta la primera vez, ojalá que esta incapacidad sea solo una impresión, y que pueda desarrollar los mecanismos necesarios que permitan abordar con eficiencia el problema global. Pero parece que el daño ya está hecho, y cualquier implementación que ahora se inicie será para no aumentarlo más y preservar las futuras generaciones, para que a especie humana pueda continuar gozando de las maravillas de la Tierra que Dios nos dio.



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