El plomo pasa de la madre al feto
( Publicado en Revista Creces, Octubre 1996 )

El plomo es un metal pesado abundante en el medio ambiente, ya sea por su amplio uso industrial, como también porque se agrega a la gasolina para aumentar su octanaje. Para el organismo humano es muy dañino, ya que, en la medida que se absorbe, se va depositando principalmente en los huesos y también en el cerebro.

Desgraciadamente, el plomo no se elimina, por lo que su ingestión se va haciendo progresivamente acumulativa.

El mayor daño se produce en el cerebro del niño, donde repetidamente se ha demostrado que la alteración se traduce en debilidad mental.

Recientemente, se ha demostrado que el plomo que se ha depositado en los huesos de la madre, pasa a través de la placenta al feto, lo que dañaría el cerebro que se está formando.

Según Bill Jameson, investigador del National Institute of Enviromental Health Science de Washington, "una niña que ha crecido en un ambiente contaminado con plomo, años más tarde al embarazarse, el plomo depositado en sus huesos pasa al feto, que a su vez sifre un daño cerebral" (New Scientist, Junio 22 de 1996).

En condiciones normales, el calcio que la madre posee en sus huesos, es transferido a través de la placenta para que el hijo inicie la formación de sus propios huesos. Si allí también está depositado el plomo, este sigue igual camino.

Para tratar de disminuir esta transferencia, los autores del trabajo sugieren proporcionar, a la madre embarazada que ha estado sometida previamente a un ambiente de plomo, una dosis extra de calcio. En esta forma ella no tendría necesidad de movilizar calcio de los huesos para transferirlo a su hijo. Según ellos, si esto se logra, tampoco se movilizaría el plomo que está depositado en los mismos huesos.


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